Antes de Pablo Escobar, de Gilberto Rodríguez Orejuela, los hermanos Ochoa, Félix Gallardo y “El Chapo” Guzmán, estaba Griselda Blanco, quien se convirtió, con perseverancia y sin muchos escrúpulos, en la reina de la cocaína.
Apodada “la viuda negra” (sus maridos solían morirse) y creadora del Cartel de Medellín, lideró el tráfico de droga a Estados Unidos de fines de la década de 1970 a comienzos de la de 1980.
Se trata de un personaje que ya ha sido llevado a la pantalla chica en Griselda: la reina de la cocaína que protagonizó una muy maquillada Catherine Zeta-Jones para la cadena Lifetime. El persona también aparece en Pablo Escobar: el patrón del mal (está en Netflix), aunque bajo el nombre de Graciela Rojas e interpretada por la colombiana Luces Velásquez.
Griselda, que se estrenó el jueves en Netflix, es un desafío para su protagonista, Sofía Vergara, quien es recordada por la serie Modern Family (está en Star+) que le valió nominaciones al Emmy y al Globo de Oro; nunca los ganó.
La actriz, quien también figura como productora, leyó sobre Griselda Blanco hace más de 15 años, y desde entonces dijo estar esperando el momento para interpretarla.
“Siempre estoy buscando personajes porque no hay mucho que pueda interpretar con este estúpido acento”, le dijo en broma a Los Angeles Times. “No puedo interpretar a un científico, ni estar en La lista de Schindler. Mis trabajos como actriz son algo limitados”, agregó Vergara, quien en Griselda habla en español e inglés.
La colombiana tuvo que pasar por varias horas de prótesis y maquillaje, como se lo hizo saber a Kelly Clarkson en un video que se hizo viral en los últimos días; también tuvo que aprender a fumar y a “consumir cocaína”, como también anduvo revelando a Jimmy Fallon durante la gira promocional.
Sofía Vergara snaps at Kelly Clarkson for calling ‘Griselda’ transformation ‘slight’ https://t.co/T0Nq6yOO9P pic.twitter.com/aIHmPEU3du
— Page Six (@PageSix) January 25, 2024
Además, Griselda significa el debut en la actuación de la cantante Karol G. Aquí interpreta a Carla, una de las chicas que comienzan a viajar desde Colombia a Estados Unidos, escondiendo la droga de su jefa en su ropa interior.
Creada por Doug Miro y Eric Newman, responsables de la exitosa Narcos (también en Netflix), Griselda comienza con una escueta frase de Pablo Escobar: “Al único hombre al que le tuve miedo fue a una mujer llamada Griselda Blanco”. Pocas veces una frase adelanta tanto sobre lo que se viene, sobre todo teniendo en cuenta quién dice esas palabras.
Esa cita marca el tono de esta miniserie de solo seis episodios de una hora que inicia en la Medellín de 1978 con la protagonista marchándose, herida y desesperada, a Miami junto a sus tres hijos.
Ella busca escapar de un marido que la maltrata, de un negocio del que dice no querer ser parte pero con la intención de armar su propio imperio narco donde ella sea la jefa.
Así, Griselda con apenas un kilo de cocaína en su poder se vincula con los narcos de Miami. Al principio no le va bien. No la toman en cuenta por ser mujer, intentan robarla, extorsionarla y hasta matarla; pero la determinación de Griselda no le permite dar ni un paso atrás.
En paralelo se cuenta de June (Juliana Aidén Martinez), la única mujer en la comisaría de Miami -y la única que habla español- y la primera en entender que hay una mujer que comienza a trazar su camino en ese mundo criminal.
Su trabajo es reunir pruebas y escribir memos que nadie lee. Al igual que Griselda, June se enfrenta a un mundo de hombres que no la escucha, ni la toma en cuenta.
Griselda no se queda mirando el techo esperando que le lleguen las oportunidades: ella las busca, o las genera, sin importar el precio.
Traspiés por medio, encuentra un socio importante para el tráfico, y cuando un negocio no sale como se esperaba, se reinventa. Comienza a venderle su producto a los ricos y aburridos residentes de Miami a través de fiestas exclusivas llenas de desenfreno. Sus clientes son profesores de gimnasia, amas de casa, banqueros y millonarios, aquellos que no quieren salir de su casa a buscar droga. Y ella, con gusto, se encarga de satisfacer esas necesidades.
La DEA estima que Griselda Blanco logró amasar una fortuna de más de 500 millones de dólares en su carrera, firmó la sentencia de muerte de más de 200 personas y convirtió a la tranquila Miami en uno de los lugares más peligrosos de Estados Unidos.
Algo de eso se muestra en esta serie que hace difícil eso de sentir empatía por su protagonista, quien en poco tiempo pasa de ser una sobreviviente a un monstruo que no tiene piedad ni por sus socios, y es implacable con sus enemigos.
Igual, con un ritmo ágil, una buena ambientación, bastante violencia y una genial protagonista, la serie muestra cómo esta mujer decidida a no rendirse se convierte en la persona más peligrosa y buscada del mundo.