El compositor, cantante de tango y bandoneonista argentino Rubén Juárez falleció ayer a los 62 años, producto de un cáncer que sufría desde hacía varios años, informó su hijo.
Juárez murió en el sanatorio privado Güemes de Buenos Aires, donde había sido llevado tras varias semanas de internación domiciliaria cuando su salud se agravó por una metástasis en los huesos, a dos años de haberle sido diagnosticado un cáncer de próstata.
El músico nació en la provincia de Córdoba el 5 de noviembre de 1947. Sus padres se mudaron a la periferia Sur de Buenos Aires, donde a los seis años Rubén ya estudiaba bandoneón y a los nueve ingresó a la Orquesta Juvenil del Club Atlético Independiente. En 2005, fue declarado ciudadano ilustre de Buenos Aires.
Sus restos fueron velados en la tarde de ayer en la Legislatura porteña. A lo largo de su carrera compartió escenarios con grandes figuras como la célebre Mercedes Sosa, el español Joan Manuel Serrat, los tangueros Roberto Goyeneche, Raúl Lavié y el cantante Chico Novarro, así como con Luis Salinas, Charly García y Pedro Aznar, entre otros destacados músicos del jazz y rock argentinos.
El tango es tango, Mi bandoneón y yo, De aquí en más y El álbum blanco de Rubén Juárez, son sus trabajos más conocidos. Cuando irrumpió en la escena argentina el tango presentaba un panorama bastante pobre, según afirmaba José María Otero en una nota publicada en El País de Madrid. En tiempos en que los efectos de la dictadura se hacían sentir y en que la llegada de música extranjera parecía dominar el panorama, Otero decía que la voz "de barítono" de Juárez llegó para cambiar el paisaje.
Se destacó como un gran bandoneonista y con ese instrumento "refrescó" viejos poemas tangueros e incorporó nuevas canciones. El mismísimo Aníbal Troilo le dio un gran impulso cuando le dijo "Pibe, sos un regalo del cielo. Gracias por llegar". La otra gran figura detrás de sus comienzos fue su propia madre.
Debutó en radio El Mundo, usando el seudónimo de Jimmy Williams, tiempo después de haber estudiado guitarra a escondidas y haber probado con diferentes grupos. Aníbal Troilo lo apadrinó y lo consideró un hijo. Julio Sosa había sido su principal referente en la música y por ello cuando murió en 1964 le dejó un espacio a completar.
Durante la década siguiente cosechó éxitos fuera de fronteras y en su Argentina natal. Se presentó en distintos escenarios y recogió aplausos incluso en Uruguay.