CARLOS REYES
Unas 600 piezas vinculadas a las campañas electorales uruguayas serán exhibidas en la Biblioteca Nacional. Se trata de una selección de las más de 15 mil que alberga el Archivo de Propaganda Política, que dirige el profesor Carlos Zubillaga.
Curiosamente, éste no es un archivo sólo de papeles: gorros, camisetas, caretas, banderas y balconeras integran también este acervo, que fue fundado en 1989 en el Departamento de Historiología de la Facultad de Humanidades. Además de volantes y afiches, allí se conservan fotos, videos y CD vinculados al mismo tema. Incluso grafitis políticos, que son fotografiados para su preservación: "A veces les sacamos una foto y dos horas después ya no está más porque le escribieron encima", comenta el prestigioso profesor Zubillaga a El País.
La exposición será en el hall de la Biblioteca Nacional y contará con proyección de videos. El acto de apertura es el viernes a las 19 h en la Sala José Pedro Varela de la biblioteca, con un panel integrado por Ana Frega, Tomás Linn, José Rilla y el director del emprendimiento.
Zubillaga afirma que tanto el archivo como la exposición buscan contemplar la pluralidad de fuerzas políticas, desde la mayor a las de menor entidad. Entre las piezas más interesantes están las que circularon clandestinamente durante la última dictadura, que en algunos casos no aducen a qué grupo pertenecen, y cuya conservación fue riesgosa en su momento.
"Este archivo lo impulsé desde el curso de Teoría y Metodología de la Historia como una tarea práctica con los alumnos y, desde entonces, hace 19 años que venimos relevando y preservando todo el material electoral que en general estaba destinado a desaparecer", señala el historiador, agregando que luego empezaron a recibir donaciones de períodos anteriores, entre las que sobresale el material aportado por Enrique Mena Segarra.
El archivo, que está indexado y abierto al público, recibe visitantes uruguayos y extranjeros, en general vinculados a la historia política y la sociología electoral, pero también es consultado por estudiosos de la comunicación visual y las artes plásticas.
"Hay una evolución en el diseño de la propaganda electoral que es la misma de la publicidad y el diseño gráfico -sostiene Zubillaga-, aunque en algunos casos presenta la particularidad de tener unos diseños primitivos que dan cuenta de las dificultades económicas con que fueron realizados. Décadas atrás eran más monótonas y creo que estaban dirigidas a un público con una decisión electoral más clara, mientras que ahora apuntan a un público más diverso, y están más influidas por las estrategias publicitarias".
El historiador asegura que el archivo se ha regido por un criterio incluyente, aunque tratando de no duplicar lo que está en otros lugares. Por eso, aunque guardan propaganda televisiva, no conservan la propaganda de los diarios, que se pueden hallar en las hemerotecas.
Según el docente, otros archivos de este tipo tendrían que ser creados, para conservar, por ejemplo, los catálogos de las grandes tiendas: "Un día, dentro de 50 años, van a extrañar lo que nos tiran por abajo de la puerta y generalmente no conservamos. Porque esta tarea la hacemos también pensando en el investigador del futuro".