Por primera vez en Uruguay se presenta hoy a las 20 hs. el artista mexicano Jorge Reyes, quien realiza una curiosa fusión de antiguas músicas prehispanas con ritmos electrónicos. El espectáculo, que llega desde México, va en la Sala Vaz Ferreira (18 de Julio 1790) en una única presentación, como forma de rendir tributo al día de los difuntos, fiesta popular mexicana de profundas raíces históricas.
Auspiciada por la Embajada de México, esta suerte de ceremonia escénica será complementada con la exhibición de un altar con ofrendas alusivas a la fecha. Además, la fiesta —que es con entrada libre—, se celebrará siguiendo la costumbre de compartir el tradicional chocolate y pan del día de los muertos.
El espectáculo se basa en conjugar sonoridades musicales y poéticas, a las que se suman luz y color para causar cierto efecto hipnótico e incluso catártico. Esos resultados consigue Jorge Reyes a través de un arsenal de instrumentos de origen mesoamericano: caparazones de tortuga, piedras, sonajas, tambores, ocarinas, trompetas de caracol y silbatos.
Esos instrumentos de viento y percusión son acompañados por la voz, que empleada a manera de oración se convierte en un elemento propiciatorio del misterio y la evocación. Ahí entra la participación de la actriz Ariane Pellicer, que asume el recitado de la poesía funeraria. Completan este singular espectáculo ritual los trabajos del pintor Carlos Gutiérrez Angulo con una performance y el artista Víctor Zapatero, a cargo del diseño lumínico.
FUSION. Nativo de Uruapan, Michoacán, donde vivió hasta la adolescencia, Jorge Reyes estudió flauta travesera en la Escuela Nacional de Música de la UNAM. En los años 70 vive en Alemania, donde transita por la música clásica, el jazz y la electrónica. También viaja a la India, profundizando estudios de música hindú y tibetana. A su regreso a México en 1980 funda el grupo Chac Mool, con el que graba cuatro discos en los que vuelca sus investigaciones musicales. En ellos establece lo que será la columna vertebral de sus trabajos posteriores: la interpretación de ritmos autóctonos desde una tecnología musical de avanzada.
Desde entonces, procesando sonidos y trabajando con ecos, reverberaciones y armonizadores, el artista grabó 21 CD’s, que ha presentado en Estados Unidos, Canadá, Europa y América del Sur. Esa música sugestiva, de efecto envolvente y orgánico, ha hallado su entorno ideal en sitios arqueológicos mexicanos, con las ruinas de Teotihuacan, o en escenarios monumentales, como el Espacio Escultórico de la Ciudad Universitaria de México D.F. y la isleta del Lago de Chapultepec.
Habiendo trabajado junto a artistas de las más variadas tendencias, desde el pop mexicano hasta la guitarra española, Reyes define su música como un lugar de encuentro: "El sonido concebido como el ropaje de una revelación, vínculo entre el cielo y la tierra, entre lo humano y lo divino. La música como un mitológico conjuro que encarna la creación de todas las cosas visibles e invisibles".