A la edad de cincuenta y cuatro años falleció ayer en Londres el cineasta británico Anthony Minghella, autor de films como El paciente inglés y El talentoso señor Ripley. Era también el presidente del prestigioso British Film Institute. La semana pasada había sido operado de un tumor en el cuello.
Hijo de padres italianos, Minghella había nacido en la británica isla de Wight. De joven enseñó literatura en la Universidad de Hull antes de comenzar a escribir obras de teatro en 1981. En 1984 el Círculo de Teatro de Londres lo calificó como "el dramaturgo más promisorio del teatro inglés". Dos años después su obra Made in Bangkok fue considerada como la mejor de la temporada.
Su objetivo era empero el cine, y su film Truly, Madly, Deeply (1991), con Alan Rickman, pudo llamar la atención de Hollywood: allí llegó para hacer ¿Con quién caso a mi mujer? (1993), una comedia con Matt Dillon y Annabella Sciorra que tenía su gracia aunque no obtuvo una gran repercusión en taquilla. De ese par de films menores (en términos de producción), Minghella saltaría a la ambición de metraje, despliegue de medios materiales y énfasis épico y romántico proporcionado por una novela de Michael Ondaatje para hacer El paciente inglés (1996), con Ralph Fiennes y Juliette Binoche, una superproducción que cosechó varios premios Oscar y algunas reticencias de la crítica.
Luego Minghella hizo El talentoso Sr. Ripley (1999), con Matt Damon, Jude Law y Gwynneth Paltrow, para muchos la segunda mejor adaptación de Patricia Highsmith que el cine haya proporcionado nunca (la mejor es por supuesto Pacto siniestro, 1951, de Hitchcock, que a Highsmith no le gustaba). Luego volvió a la superproducción y la epopeya con Regreso a Cold Mountain (2003), una historia de la Guerra de Secesión en la que el soldado confederado Jude Law desertaba del frente para reencontrarse con su esposa Nicole Kidman, en un drama donde mucha gente encontró paralelismos con la homérica historia de Ulises y Penélope.
Más recientemente había hecho Violación de domicilio (2006), sobre problemas afectivos de un arquitecto (Jude Law) que trabaja en un proyecto de reformulación urbana mientras debía lidiar con el progresivo alejamiento de su pareja (Robin Wright Penn), inmigrante sueca con hija autista. Esa historia se entrelazaba con la de otra inmigrante, para el caso bosnia (Juliette Binoche), sobreviviente de la guerra de los Balcanes que intentaba impedir que su hijo adolescente cayera en la delincuencia. El resultado, libretado por el propio Minghella, parecía más ambicioso y lleno de buenas intenciones, verdaderamente logrado, a pesar de los esmeros del elenco.