MATÍAS CASTRO
Sentado bajo el sol, frente a niños que juegan en pleno Prado, Mickey Rourke no hace justicia a la leyenda que lo precede. Se supone que es un tipo problemático, que bebe en exceso y que es difícil de tratar.
Los prejuicios no son gratuitos. Hace exactamente una semana salió de la cárcel tras pagar una fianza. La policía lo había arrestado por conducir, supuestamente, en estado de ebriedad. Tampoco parece exactamente lo opuesto a lo que cualquiera puede imaginar, vestido para su personaje en The informers: un guardia de seguridad que, desesperado, decide secuestrar a un niño con ayuda de dos jóvenes.
Junto a él, además de sus dos Chihuahuas, está su compañera de elenco, Angela Sarafyan. "Ella es una prostituta que conocí la otra noche", dice Rourke en broma al presentar a la chica y contribuyendo con su propia leyenda negra. Angela se ríe. Enseguida él aclara, "Angela es una joven y muy talentosa actriz". Ella tiene 24 años y acá podría estar interpretando su primer papel de importancia en el cine, luego de muchísimas apariciones breves en series exitosas como 24, Cold Case, CSI, The Shield y hasta Buffy la cazavampiros.
Al igual que Rourke, Angela se refiere al director de la película, el australiano Gregor Jordan. "El es un gran director", dice usando la que tal vez sea la frase más repetida entre los actores de Hollywood que hablan sobre sus respectivos directores. "Es bueno porque nos permite trabajar con libertad. No está controlando absolutamente cada cosa que hacemos", agrega.
Rourke tiene otro parecer, aunque siente un gran respeto por el director. "Lo que me entusiasmó con esta película fue Gregor, por encima de otras cosas. No lo conocía de antes. Nos presentaron mediante este proyecto y me entusiasmaron sus ideas. El reescribió este personaje para mí, y lo hizo tan bien que me atrapó", dice.
Chupando un Lollypop, como su compañera de reparto, Rourke espera sentado en su silla. Cada una tiene el nombre de quien la usa y detrás tienen el logotipo de la película. El actor no parece especialmente interesado en dar notas, pero no se niega y responde las preguntas. Al igual que pasó hace poco tiempo, Uruguay resulta para los extranjeros un país sorprendentemente tranquilo. El padre de Inti Tupac, el niño argentino que interpreta al secuestrado por Rourke y sus secuaces, dice que es justamente eso lo que le gusta del país.
Más allá de las extensas jornadas de rodaje y los equipos técnicos concentrados en la calle Buschental, el panorama en el que está Rourke parece casi de vacaciones. Parque verde. Sol. Tranquilidad. Su forma de trabajar con el director parece adaptarse a este ambiente. "Escucho todo lo que Gregor tiene para decirme, eso hace que el trabajo sea más fácil. Yo no tomo ninguna decisión. Lo que él quiera, lo acepto. Lo que ocurre es que Gregor tiene muy buenos instintos sobre la dirección hacia la que quiere ir", afirma mirando hacia un costado.
Rourke y el resto del equipo se trasladarán hoy a una casa en Carrasco para filmar otra parte más de su historia, que es una de las siete que cuenta la película. El sábado será su último día en Uruguay, y luego de eso volverá a Estados Unidos.
Luego de esta película tiene dos rodajes por delante. Uno se llama The wrestler, o El luchador, dirigido por Darren Aronofsky, el de Réquiem por un sueño. La otra sería La ciudad del pecado 2, el próximo año, donde supuestamente volvería a interpretar a Marv, el personaje que hizo en la primera. Sin embargo, no quiere adelantar nada sobre esta secuela que dirigirá Robert Rodriguez, aunque ya se sabe que estará en ella. "No sé nada sobre eso", dice, y con una sonrisa agrega "eso será mucho más adelante en el futuro".
Cuando The informers llegue al cine, el año próximo, nadie que no conozca más o menos bien las calles de Montevideo y Punta del Este podrá reconocer las locaciones donde fue filmada. Estas escenas en el Prado, serán modificadas en la posproducción. Se le agregará digitalmente a cada toma, por detrás de los árboles, el fondo de los edificios de Los Angeles. Sólo un espectador uruguayo alertado podrá darse cuenta de ésto. Lo mismo ocurrirá con lo que se filmó en el interior del hotel Sheraton, donde se pusieron pantallas verdes sobre las ventanas para agregar paisajes falsos. Punta del Este, la semana próxima, se convertirá del mismo modo en California y las playas de Hawaii.
Las cifras
170 Es la cantidad aproximada de personas que implica el rodaje de The informers en Uruguay. Esto es sin contar a los extras.
Productor alemán en la película
El productor alemán Marco Weber, a la cabeza de este rodaje, estaba satisfecho con su trabajo en Uruguay. "Encontramos aquí las locaciones perfectas para esta película. Además tenía una buena relación con (el alemán afincado en Uruguay) Miggel Schwickerath, que es el productor local y amigo mío. El ambiente se disfruta mucho y además podemos producir de forma efectiva por los costos, cosa que es buena para la película", explicó. Tiene, además, motivos personales en este proyecto. "Yo era un adolescente cuando me convertí en un gran fan de los libros de Bret Easton Ellis... Creo que es alguien subestimado en su país. Lo otro es que siempre sentí que las películas que se han hecho hasta ahora sobre su trabajo, como "American Psycho" y "Menos que cero", no reflejaron lo que es su obra. Por eso era fundamental para mí que en esta película él mismo escribiese el guión, lo que lo ha hecho más auténtico.
El secuestrado admirando a su secuestrador en Uruguay
El cine permite curiosidades y situaciones que parecen inverosímiles. En la foto se puede ver al niño argentino Inti Tupac, sacándole una foto a su padre, Hugo, con Mickey Rourke. La gracia de la escena consiste en que, minutos antes, Rourke, así vestido, se había bajado de una camioneta para secuestrar al pequeño, que caminaba por el parque con su skate en la mano.
Un falso crimen de un famoso en pleno parque montevideano
A pesar de que la escena que filmaron ayer era bien sencilla, requirió muchas tomas y horas de trabajo bajo el Sol. Rourke y sus dos socios, interpretados por los jóvenes Angela Sarafyan y Brad Renfro, avanzan con su camioneta por el parque. Siguen a un niño que camina solo. Se detienen bruscamente junto a él. Rourke baja, se lo lleva y luego lo atan. El padre del niño-actor miraba todo con atención.