SEBASTIÁN AUYANET
Lo que esperábamos: Madonna comienza a hacer frente a su crisis de la mediana edad embarcada en el proyecto de prolongar su dominación en el mundo del pop con un show que perfila nuevos récords y que visitará el Cono Sur en diciembre.
El Millenium Stadium de Cardiff, capital de Gales, es un modernísimo estadio acondicionado para recibir unas 40.000 personas en una ciudad que, en el mapa, no representa un polo musical ni mucho menos.
Sin embargo, aparte de ser un buen banco de pruebas con un escenario modélico, Cardiff no está tan lejos de Inglaterra. Desde allí acudió una buena cantidad de fans que el sábado pasado, sobre la hora del festival, merodeaban los alrededores del recinto.
Según cuentan varios medios presentes en el antes, el durante y el después de este primer concierto de Madonna, cuando el sol recién estaba bajando tras el Millenium Stadium todavía quedaban fans desesperados por la reventa. A 125 euros la entrada más popular, una de las puertas del estadio se abría y una silla estaba a disposición.
Ya con las luces bajas y el techo corredizo resguardando de la lluvia que cayó en la noche de Gales, el director de cine Guy Ritchie llegó al backstage del concierto, besó a su mujer, le convidó con un trago de whisky doce años y se sentó a ver su show en primera fila junto a un periodista del diario The Sun. "Es mi cuarto tour. He ido a cada show en el último tiempo, pero no he visto nada como lo de esta noche. Me encantó. Adoro todas sus canciones oscuras. Algunas vienen de sufrimientos genuinos, te diré", le explicó al periodista del tabloide sensacionalista que consiguió lo que ningún otro medio del mundo.
Lo que ya puede verse en los videos de Youtube colgados por fans no sorprende. Ostentoso y de inmensas proporciones, el escenario cuenta con varias pantallas gigantes retráctiles que dan inicio al show proyectando dos enormes "M". Luego comienzan a mostrar distintas imágenes de lo que parece ser una fábrica de caramelos surrealista. El "tic... toc" que Madonna puso de moda en su nueva canción 4 minutes suena de fondo. Una golosina redonda gira en las pantallas, que luego proyectan la palabra "Candy" (caramelo) mientras parte del cuerpo de bailarines se acerca al centro del escenario.
Ahí es el momento en que aparece Madonna -parafraseando el nombre de un famoso disco de rock- en una vulgar demostración de poder. Sobre un trono de color negro que emerge desde las profundidades del escenario, plantada como la jefa que todo el público espera que sea, la Ciccone comienza a cantar Candy shop, otra de sus nuevas canciones más o menos relevantes, de piernas abiertas.
Es imaginable que el Millenium Stadium se convirtió el sábado pasado en la discoteca del nuevo siglo más grande de la historia. Según los cronistas, a su servicio estuvo un sonido perfecto, una voz tan lejos de ese concepto como de la necesidad de alcanzarlo y las actitudes con las que sólo Madonna logra no caer en el lugar común. El sadomasoquismo, la religión e incluso el ecologismo son algunas de las que señala la prensa.
Esta última ya provoca revuelo: según el sitio ecologista carbonfootprint.com, parece que Madonna va a emitir unas 1.635 toneladas de dióxido de carbono (principal culpable del efecto invernadero) durante la gira. Es la misma cantidad que producen en un año 160 británicos, cifra que choca contra su apoyo a los shows del Live Earth que armó el político Al Gore meses atrás.
Sí, claro que hay más números: 250 personas en el equipo de 20 nacionalidades, 3.500 piezas de vestuario, un tiempo total de ensayos que alcanza las 653 horas, 200 esponjas triangulares para aplicar maquillaje, tres contenedores de guardarropa, 69 guitarras, dos millones de dólares en joyas que la diva usará en cada concierto y un minuto y medio para que se cambie en cada una de sus ocho mutaciones durante el espectáculo. Si esta no es la realeza en tiempos del pop, pega en el palo. Y el impacto para una tranquila ciudad como Cardiff alcanza los diez millones de dólares a favor por el mero movimiento turístico.
Los que estén aprontándose para la visita de Madonna a Buenos Aires en diciembre pero dejaron de comprar sus discos hace cinco o diez años pueden quedarse tranquilos. Hung up es de los pocos temas "nuevos" (pertenece a su anterior Confessions on a dance floor) y el resto alterna algunas canciones del estrenado Hard Candy con los ultraclásicos: La isla bonita, Vogue, o Like a prayer encendieron a los galeses y también a sus 16 bailarines. Como casi todo show de alcance global, se reserva un espacio para la demagogia política. Así, entre fotos de Hitler y Robert Mugabe apareció el candidato republicano John Mc Cain y luego de Madre Teresa de Calcuta (sin toreos al cristianismo ni a ningún otro credo), lo hizo el mencionado Gore y Barack Obama, como para que no queden demasiadas dudas.
Vio, arrasó, coqueteó y bajó línea ideológica. Todo eso en un show de música pop que ya está activo y gira por el mundo, haciéndolo más completo. Y esto tampoco es una novedad: no hay música pop concebible sin Madonna.
Las cifras
250 son los millones de dólares que se estima como piso de recaudación de la gira, según la empresa Live Nation.
653 fueron las horas de ensayo que empleó la cantante junto a los veintiocho artistas que pone en escena para el show.
Con la prensa en el bolsillo
"La cantante es, definitivamente, la madre más sexy del mundo. Veintidós canciones en total y una espectacular coreografía con varios bailarines convirtieron el estadio en una discoteca gigante, quizá la más grande del mundo. Sólo le hace falta levantar una ceja para asombrar, pero ayer en Cardiff hizo una demostración de atleta, digna de cualquier campeona de Juegos Olímpicos" (El País, de España).
"La diva es absorbente y omnicomprensiva y su show, un collage de iconos e ideas irreconciliables, unidos sólo por el hilo invisible de su descenso blasfemo hacia la inmortalidad (...). En cuanto al leitmotiv del concierto, hay que buscarlo en el aliento camaleónico de la diva y en su voluntad inequívoca de no envejecer jamás. Sólo así se comprenden el título `Sticky & Sweet Tour` -Dulce y pegajosa-, el estilismo de tienda de chucherías, las gafas de corazones de Lolita y los saltitos de colegial (...). Parece decidida a cumplir años hacia atrás y convertirse cada dos o tres años en una mujer distinta" (El Mundo, de España).
"El momento de mayor animación fue cuando Madonna cantó `Like a prayer`. Yo mismo, sentado con un block en la mano, anotando todo lo que fuera posible, sentí ganas de bailar. Madonna no paraba. Cambió de ropa ocho veces, pero lo hizo tan rápido que no se notaba su ausencia" (O Globo, de Brasil).
"¿Desafinó con la guitarra en `Give it 2 me`? Nadie lo sabe. Nadie lo vio. Lo que vieron fue a Madonna jugando con el cuerpo (sí, ella continúa arrastrándose por el suelo. Y mucho), jugar con los símbolos (una pirotecnia de mensajes sub y supraliminares en la inmensa pantalla que ocupaba todo el fondo del escenario), de la moda (desfiló y bien, looks de Givenchy creados por el italiano Riccardo Tisci). Y, claro, con fuego" (Estado de Sao Paulo, Brasil).
"Está más viva que nunca, frente a vos, de una manera diferente" (The Guardian, de Gran Bretaña).
El 8 de septiembre se ponen a la venta las entradas de Argentina
Si bien hasta el fin de semana se manejaba la idea de que Madonna daría tres recitales en Buenos Aires, se confirmó que sólo será uno, el sábado 6 de diciembre. Las entradas se pondrán a la venta el lunes 8 de septiembre, y es fácil prever que se agotarán en cuestión de minutos, dada la inusual expectativa que ha generado su inminente show. Los precios aproximados en dólares serán: 238 por la VIP y también por las plateas preferenciales; 187 por la platea baja; 68 por la platea alta; 83 por el campo; y 37 por las generales.
Además de los paquetes que las agencias de turismo vienen reservando desde hace más de un mes, desde Uruguay las entradas se pueden comprar a través del sitio web Ticketek, si se tiene una tarjeta de crédito regional o internacional. Para evitar complicaciones debido a la alta demanda, se recomienda que los interesados en comprarlas entren desde las 0 horas de esta noche a www.ticketek.com.ar/madonna y se registren. La idea es que de esa manera se puedan obtener las entradas de forma más rápida y segura. Este registro, aclaran, no asegura la compra, pero facilita los trámites y disminuye el congestionamiento que complicará el proceso el día de la venta.
El show en Chile, por otro lado, será uno de los más caros de toda su gira.