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El rosarino que nos enseñó a reír y sigue vivo en libros, obras de teatro y hasta en la radio uruguaya

Roberto Fontanarrosa no pierde vigencia: se reestrena "Fontanarrisa" con seis de sus cuentos y editorial Planeta publica una colección de relatos inéditos.

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ROBERTO FONTANARROSA
Roberto Fontanarrosa

Los mejores siempre están cerca. Y eso aplica, por ejemplo, a Roberto Fontanarrosa, escritor, dibujante e historietista que murió en 2007, pero que parece así de presente.

Y son datos, que no intuiciones.

La editorial Planeta acaba de sumar un título a su Biblioteca Fontanarrosa con 100% negro, una nueva colección de cuentos inéditos que funciona, además, como una suerte de diario de vida. Vuelve a dejar clara su influencia directa en escritores como Alejandro Dolina (de hecho, un cogeneracional) o Hernán Casciari.

El sábado, o sea mañana, vuelve a la Vieja Farmacia Solís ya que se reestrena Fontanarrisa, la obra que Eduardo Cervieri viene dirigiendo, en diversos formatos y en varias locaciones, hace 30 años. En esta versión están tres de los actores originales y hay seis cuentos del rosarino en escena.

La presencia de Fontanarrosa es tan notoria como para que haya un popular programa radial vespertino bautizado como uno de sus cuentos más conocidos, “La mesa de los galanes”.

Y ahí está además, el discurso sobre las malas palabras en el III Congreso de la Lengua en 2004 que es un éxito menor en internet repetido en un montón de canales que, reunidos, juntaría un par de millones de visionados. Es una lección de sensatez, humor, inteligencia y una desfachatez y desparpajo que hizo interesante tan ilustre encuentro académico.

Mírelo, en el panel está el expresidente uruguayo, Julio María Sanguinetti, quien por momentos parece matarse de la risa.

Todos esos atributos son los propios de la carrera literaria y pública de Fontanarrosa, quien nació y murió en Rosario en 1944 y 2007, respectivamente. Publicó su primer chiste en 1968, creó su primer personaje clásico (Boogie, el aceitoso) en 1971 y al año siguiente su carrera se impulsó con sus trabajos en la revista cordobesa, Hortensia (donde debutó su otra gran creación, Inodoro Pereyra, el renegau) , y en la porteña Satiricón, dos hitos del humor argentino.

Publicó, con la siempre fiel Ediciones de la Flor, 23 libros de Inodoro Pereyra, un gaucho pampeano acompañado por su fiel cusco, Mendieta, y una esposa fiera y opresiva, la Eulogia. Hay unos loros molestos y unos indios alzados y menos amenazantes de lo que aparentan.

De Boogie, el aceitoso, un mercenario a la usanza de la guerra fría, editó 12 volúmenes. Y a eso hay que sumar un montón de libros de relatos, algunas novelas (Best seller y Área 18, por ejemplo) y unos 5.000 viñetas humorísticas. Oarte de su producción, que es un montón, está disponible a través de la Biblioteca Fontanarrosa que Planeta lanzó en 2012.

100% negro tiene todos los atributos clásicos de su humor: un tono entrañable que pasa del costumbrismo a lo mágico y donde se incluyen referencias futbolísticas, giros locales y una prosa rica, fluida, perfecta.

Hay historias personales y para viejos seguidores, se cruzan nombres como Crist, Grondona White y frases tan ocurrentes como “Lo primero que aprendí leyendo La Ilíada, amigo lector de la audaz pupila, es que hay que abrazar la fe de las religiones monoteístas, si es que tenemos suficiente fe y no hay otra cosa más excitante para abrazar”. Es una crítica ocurrente del texto clásico y hay algo de Woody Allen, en el estilo.

La obra de Fontanarrosa ha tenido numerosas, exitosas y persistentes adaptaciones teatrales en el medio local.

En 1983 se estrenó en La Candela (cuando estaba en 21 de setiembre y Coronel Mora) una versión de Inodoro Pereyra con Horacio Buscaglia como “el renegau” y Héctor Guido como Mendieta. Tuvo varias versiones desde entonces incluyendo una, fechada “a comienzos de la década de 1990” y que está para ver en YouTube.Fontanarrosa estuvo en Montevideo para su presentación y para el festejo de las 100 funciones.

En 1988, se estrenó ¡Ah machos!, de la que también ha vuelto periodícamente a la cartelera teatral y tiene como base el cuento “El mundo ha vivido equivocado” pero incluye textos de otros autores. La dirigió Fernando Toja y el elenco original lo integraban Jorge Bolani, Walter Etchandy, Enrique Vidal y Domingo Lado. El propio Toja remplazó a Bolani en la década de 1990 y con ese elenco se reestrenó en 2012 y 2017, por lo menos.

La misma presencia en cartelera ha tenido Fontanarrisa que se estrenó en 1993 en el Teatro Circular y ahora vuelve a Vieja Farmacia Solís (Agraciada 2623), una locacion donde estuvieron entre 2007 y 2012. Va estar los cuatro sábados de junio a las 21.00 con entradas a la venta a través de RedTickets.

Esta nueva versión de Fontanarrisa tiene “similitudes” con aquella, dice Cervieri quien la dirige de su primera función y se define como un fanático del rosarino. En elenco están Carlos Rodríguez, Ariel Caldarelli y Marcelo Rocca, todos desde la versión original y “el nuevo” Javier Iglesias. Son los mozos del lugar que, a escondidas del patrón, cuentan las historias que conforman la obra.

El estreno original de Fontanarrisa coincidió con una exposición de Fontanarrosa en Montevideo. Cervieri lo contactó, lo invitó a ver la puesta y venció el recelo del rosarino por la adaptación del cuento “Sueño de barrio”. En otra visita fue a una cena a lo de Cervieri con la única condición de que estuviera invitado el Pepe Sasía, una gloria que había pasado por Rosario Central. Se comieron empanadas y vinos.

“Era simpatiquísimo y de perfil bajo”, recuerda Cervieri. “Tenía un humor como pícaro y era sumamente afable”. Solía decir que Montevideo le recordaba a su Rosario.

Ahora se incluyen tres cuentos nuevos. El repertorio incluye, entre otros momentos un prólogo sobre los guapos barriales y los cuentos “María Antonia Barrales”; “Te digo más”, “Asignatura pendiente” y una adaptación de “19 de diciembre de 1971”, que traslada una hazaña de Rosario Central, el equipo del que era hincha Fontanarrosa, a la final de la Copa América de 1995 entre Uruguay y Brasil. Hay una versión de “La cumparsita” con “traducción simultánea”.

“Le busqué la vuelta para hacerle adaptaciones que no eran tan cantadas”, dice Cervieri, que se entusiasma cuando habla de la obra. “El Negro”, como le dice, ha sido una parte importante de su vida.

“No aspiro ganar un premio Nobel”, dijo alguna vez Fontanarrosa. “Me basta con que en la calle alguien me diga “Negro me cagué de risa con tus libros”.

Y hay tanto verdad en ese elogio que explica de porque siempre, como los así de grandes sigue estando así de cerca.

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