La vuelta del espíritu "hippie"

Concierto. Se acerca el film "Bienvenido a Woodstock" del director taiwanés Ang Lee

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GUILLERMO ZAPIOLA

Fueron tres días de "paz y amor" o de "sexo, droga y rock` n`roll", según los gustos. El recital musical más famoso de la historia es evocado en "Bienvenido a Woodstock", film dirigido por Ang Lee que se estrena el próximo viernes.

Bienvenido a Woodstock se basa en las memorias de Elliot Tiber (llamado Elliot Teichberg en el film, e interpretado por Demetri Martin), un joven diseñador de interiores del Village neoyorquino que para ayudar a sus padres (Henry Goodman, Imelda Staunton), dueños de un muy venido a menos motel del pueblo de Catskill, se convirtió en una pieza clave para la concreción del célebre concierto que reunió a decenas de músicos, miles de aficionados, y pasó a la historia. Para conseguir algo de dinero, Tiber se puso en contacto con los organizadores del evento y les ofreció un espacio donde actuar.

Interpretada por un elenco que incluye también a gente como Emile Hirsch, Eugene Levy, Paul Dano, Dan Fogler y Liev Schreiber, Bienvenido a Woodstock entrecruza la historia individual de un muchacho a quien las circunstancias obligan a convertirse en un adulto con una crónica generacional sobre un agitado momento de la historia de los Estados Unidos: las movilizaciones contra la guerra de Vietnam, el giro conservador en Washington a partir de la llegada a la Casa Blanca de Richard Nixon.

El director Ang Lee conoció a Elliot Tiber en San Francisco cuando estaba promoviendo Crimen y lujuria (2007), y recibió el libro de manos del autor. Lo leyó, le pareció divertido y se lo entregó a su frecuente productor y libretista James Schamus, con quien ya trabajó en Pushing hands (1992), Banquete de bodas (1993), Comer, beber, amar (1994), La tormenta de hielo (1997), Cabalgando con el diablo (1999), El tigre y el dragón (2000), Hulk (2003) y Crimen y lujuria. Se pusieron rápidamente de acuerdo en que allí había material para una película, y que el más interesante era el que tenía que ver precisamente con Woodstock (las memorias de Tiber abarcan un lapso más amplio).

EVOCACIONES. Lee, nacido en 1954, vivía en Taiwan cuando vio por televisión por primera vez las imágenes del recital de Woodstock, y recuerda que en ese momento los periodistas taiwaneses lo describieron como "la invasión hippie". Hoy razona que aquel acontecimiento adquirió con el paso de los años un significado simbólico, el de la pérdida de la inocencia de una generación que perseguía una forma pacífica de convivencia.

El director ha recordado también haber visto por primera vez Woodstock (1970), el célebre documental de Michael Wadleigh sobre el recital, en los años ochenta, en un cine de Nueva York, y está convencido de que dista de reflejar lo que ocurrió realmente en esos tres días. Según él, se ha glorificado y "romantizado" en exceso a Woodstock, algo que recién entendió al hacer su propia película. "Cuando enfrenté el material me di cuenta, por ejemplo, que todo eso del millón de personas no podía ser", sostiene. Simplemente, no había espacio suficiente para acomodar en el lugar a tantas personas.

ESTILO. Quienes han visto el film lo ubican entre la comedia negra y el falso documental (donde no falta una secuencia "lisérgica"), y han destacado no solamente sus calidades de fotografía a cargo del francés Eric Gautier, sino también las virtudes de una edición que apela a veces a la "pantalla partida", la "split screen" que estuvo de moda a fines de los sesenta y que también fuera usada en el célebre documental de Wad- leigh sobre el concierto. A veces, el film de Ang Lee hace coincidir hasta cuatro imágenes simultáneas.

Lee ha demostrado que puede pasar de la adaptación de Jane Austen (Sensatez y sentimientos) a un cómic (Hulk) y de la historia de amor `gay` de Secreto en la montaña a la crónica de sexo y guerra de Crimen y lujuria. Lo llamativo es que esos cambios de tema, estilo y tono no han derivado casi nunca en la impersonalidad o la rutina. Cada film de Lee puede ser distinto, pero la mayoría de ellos tienen un real interés.

Vuelco a la comedia y el cine de aventuras

El director Ang Lee ha explicado que su objetivo al emprender Bienvenido a Woodstock era volver a hacer comedia, un género que declaradamente lo atrae, luego de seis tragedias consecutivas. Y parece decidido a seguir cultivando una línea de mayor liviandad: actualmente tiene en preproducción Life of Pi, una aventura basada en el `best seller` de Yann Martel acerca de un joven náufrago y varios animales que padecen un naufragio y deben luchar por la supervivencia en una perdida isla del Pacífico.

El autor, el actor, las fotos

El autor del libro original de "Bienvenido a Woodstock", Elliot Tiber nació en Bensonhurst, Brooklyn, Nueva York, en 1935. Tenía veinte años cuando su familia se mudó a White Lake, Bethel, donde compró el motel El Monaco. En los años sesenta llevó una suerte de doble vida, trabajando con sus padres en el motel, desempeñándose como presidente de la Cámara de Comercio de Bethel y al mismo tiempo participando en las movilizaciones del "poder gay" que condujeron a varios encontronazos callejeros con la policía en 1969, incluyendo el célebre "motín Stonewall" (28 de junio de ese año) de cuya fecha deriva el Día del Orgullo Gay.

Además de alquilar el motel y sus alrededores para que allí se celebrara el festival de Woodstock, Tiber es autor de otros libros (el primero de los cuales, "High Street", fue llevado al cine en Francia, con libreto propio), y enseña o ha enseñado escritura creativa en la New School University, artes en el Hunter College, e historia del diseño artístico en el New York Institute of Technology.

"Bienvenido a Woodstock" puede constituir también el verdadero lanzamiento estelar de su protagonista Demetri Martin (Nueva York, 25 de mayo de 1973), quien viene de la televisión, donde trabajó fundamentalmente como escritor para el "Late show of Conan O`Brien" (134 episodios entre 2003 y 2004) y tiene actualmente su propio programa ("Important Things with Demetri Martin"). Ha hecho también algunas cosas como actor en cine y televisión, pero el film de Lee parece su verdadera primera gran oportunidad.

El concierto de Woodstock fue registrado por muchos medios, pero su "fotógrafo oficial" fue Elliott Landy, que tenía entonces 27 años y que tomó centenares de fotografías del acontecimiento, que se difundieron ampliamente en la prensa "contracultural". Evocando melancólicamente el clima de entonces, Landy ha señalado que pudo fotografiar lo que quiso, sin que vinieran los guardias luego de la tercera foto, como ocurre ahora.

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