La fuerza de actores que secundan

MAGDALENA HERRERA

Los tres proyectos cinematográficos más ambiciosos de Hollywood lo convocaron a sus filas. John C. Reilly es el marido de la trepadora Renee Zellweger de Chicago, es el esposo de la depresiva Julianne Moore de Las horas e interpreta al policía corrupto en Pandillas de Nueva York. Pero es su papel en Chicago que lo acerca por primera vez al Oscar, en una reñidísima categoría que también tiene como candidatos a mejor actor de reparto a Ed Harris (Las horas), Paul Newman (Camino a la perdición), Christopher Walken (Atrápame si puedes) y Chris Cooper (El ladrón de orquídeas).

Méritos sobran por todos lados. Por su parte, Reilly tiene 29 films interpretados luego de una formación teatral en Chicago. Debutó con Brian De Palma en Pecados de guerra y desfiló por todas las realizaciones de Paul Thomas Anderson, incluida una gran interpretación en Magnolia. Anderson lo considera su actor favorito y no es el único.

El director de Chicago, Rob Marshall, reconoció que Reilly fue el primer actor en el que pensó para el papel, "superando incluso con creces el espíritu de su personaje durante el número musical de Mr. Cellophane, un lamento sobre el hecho de ser tratado como si fuera transparente. Razones tenía: en Chicago, la ambiciosa Roxy (Zellweger) no tiene espacio en su vida para su esposo Amos Hart (Reilly), salvo para que vaya a prisión en su lugar. Amos no quiere fama, igual que su intérprete. "Siempre he atesorado mi intimidad y cuanto más famoso me vuelvo, menos me gusta", aseguró Reilly.

El artista no desdeña del rótulo que lleva: actor de carácter. "La belleza puede convertirse en una trampa. Mis amigos Brad Pitt y George Clooney me dicen que les gustaría tener mis papeles, que son los más interesantes. Yeah!!, pero ellos se llevan a las chicas. Hablando en serio, es un honor cuando la gente habla de mi como un actor de carácter. En días malos pienso que es una limitación y que no me quieren dar protagónicos. Pero casi siempre pienso que un actor de carácter significa un buen actor, alguien que no actúa de si mismo todo el tiempo".

COMPETENCIA. Más allá de los logros actorales de Reilly, la estatuilla tiene otros clientes con credenciales de sobra. La crítica ha elogiado sobremanera al poeta homosexual, desahuciado por el Sida, encarnado por Ed Harris en Las horas. No es la primera vez que Harris, otro actor de carácter, ambiciona la estatuilla. Fue candidato a mejor actor por su interpretación en Pollock (2000), así como en la categoría de actor secundario por El show de Truman (1998) y Apollo 13 (1995). "Mi carrera está basada en la interpretación de personajes de carácter. Yo nunca he sido una estrella", confesó con transparencia.

El infeliz esposo de Chicago o el poeta homosexual de Las horas podrían ser vencidos por el mafioso de Camino a la perdición, interpretado por Paul Newman. "Es mucho más de lo que puedes esperar. Más relajado y sin pretensiones", reconoce Tom Hanks quien compartió con Newman el film del director Sam Mendes.

Su trabajo en Camino a la perdición le otorga al actor de 77 años la novena candidatura al Oscar, aunque la primera como actor secundario. En el 86 se llevó la estatuilla por El color del dinero (1986), y su última nominación fue en 1994 por Nobody’s fool. Además, Newman aspiró en una ocasión al Oscar a la mejor película como productor de Rachel, Rachel (1968), dirigida también por él, y cuenta en su poder con otras dos estatuillas, la dedicada a toda su carrera (1986) y el premio Jean Hersholt por su labor humanitaria (1994).

En el film de Spielberg, Atrápame si puedes, Christopher Walken interpreta al padre del famoso estafador estadounidense, Frank Abagnale, encarnado por Leonardo DiCaprio. Las escenas que lo muestran son escasas en la película pero suficientes para que el actor de 59 años se gane la pantalla en esos minutos. "Se trata del actor con los mejores instintos naturales para este trabajo", dijo Spielberg luego del rodaje.

En total, Walken trabajó en 99 películas, en las que en una gran proporción encarnó al chico malo. Pero se llevó un Oscar, hace 25 años, por su interpretación de un muchacho traumado por la guerra en Vietnam, en El francotirador.

El último competidor es un debutante a las candidaturas de los Oscar, Chris Cooper. Elogiadísimo por la crítica, Cooper interpreta a John Laroche, un ladrón de orquídeas, basado en una persona y real protagonista de una novela en la que se basó el film El ladrón de orquídeas. "Era un papel maravilloso, alguien del que pensé que podía sacar algo", señaló el actor de 51 años

Así como recientemente ganó el Globo de Oro, el Oscar le podría llegar a Cooper junto con uno de los personajes que más ha disfrutado encarnar, y por el que tuvo que perder peso, dejarse caer el pelo y lucir sin algunos dientes en la pantalla. "El anti-héroe", como lo ha definido la prensa especializada. Muchos aseguran que Cooper tiene grandes posibilidades de llevarse la estatuilla, pero otros apuestan por Harris, Walken, Reilly y hasta por Newman. La decisión está tomada. Solo resta esperar al domingo.

Cierre de urnas: la suerte se selló

La suerte de la 75 edición de los Oscar quedó sellada ayer con el cierre de las urnas y el recuento de los cerca de 6.000 votos secretos que, sin embargo, no pueden ocultar la casi segura victoria de la gran favorita: Chicago.

Según las normas de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, todas las papeletas tenían que encontrarse en poder de esta organización ayer antes de las 17 horas (01 GMT), cuando quedó cerrado el plazo. A partir de ese momento la firma PriceWaterhouseCoopers comienza un recuento que mantendrá en secreto hasta que se proceda a la apertura de los sobres durante la ceremonia de los Oscar.

Sin embargo, a juzgar por críticos, las apuestas y algún miembro charlatán de la Academia, la victoria está cantada en favor de la película Chicago.

El triunfo parece tan claro que la casa de apuestas Ladbrokes Ltd., en Londres, ha dejado de aceptar jugadas en favor de Chicago, dado que todo el mundo da al film como ganador. La duda puede estar, como ha indicado esta firma, en cuántos premios consigue.

En la categoría mejor actor, tanto en las apuestas de Las Vegas como la revista Entertainment Weekly, aseguran que "Day-Lewis puede hacer pedazos la oportunidad de Nicholson de alcanzar un nuevo récord con una cuarta victoria".

Como mejor actriz, la competencia también está muy reñida entre dos de ellas, Nicole Kidman por Las horas y Renée Zellweger por Chicago. Ambas están tan a la par en las apuestas, que la posible victoria "por una nariz" de Kidman ya se ha convertido en una broma habitual en Hollywood. EFE

No pisarán la alfombra roja

Los vientos de una posible guerra contra Irak se han cobrado una nueva víctima en la celebración de los Oscar con la supresión de la famosa alfombra roja que conduce a las estrellas a su cita con la estatuilla.

De acuerdo con los organizadores de la velada, aunque la simbólica alfombra seguirá flanqueando la entrada del teatro Kodak, las estrellas podrán acceder a la sala sin someterse a las cámaras de la prensa o el griterío de los aficionados. "Sería muy inapropiado tener medio centenar de aficionados gritando Julia o Tom", subrayó el productor de la ceremonia, Gil Cates.

Sus palabras resumen los últimos planes para la 75 edición de los Oscar, que de momento sigue programada para el próximo 23 de marzo aunque bajo la sombra del posible comienzo de un conflicto bélico contra Irak. Cates indicó que la decisión responde a las preocupaciones expresadas por algunos de los candidatos e invitados. Muchos de ellos, como Nicole Kidman, Daniel Day-Lewis, Catherine Zeta-Jones o Ed Harris, dejaron oír sus opiniones durante un almuerzo de los candidatos. "Lo importante es que encontremos la forma más sutil de proceder", confesó Day-Lewis. "Sería obsceno ir con todo el glamour sobre la alfombra roja", añadió el candidato.

Cates subrayó que estos cambios "no están para nada relacionados con la seguridad" de los asistentes, si bien la policía de Los Angeles ha mencionado la convocatoria para ese mismo día de dos manifestaciones, tanto en contra como a favor de la guerra. EFE

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