A. LALUZ
Edward Elgar, Claude Debussy y Johannes Brahms darán forma a "Júpiter", el nuevo concierto de la Filarmónica de Montevideo en el teatro Solís.
La cita tendrá nuevamente como invitado al director francés Martín Lebel, quien ya ha dirigido a esta orquesta en otras oportunidades (como en la puesta en escena de Madamme Butterfly, en 2008). Los solistas de esta noche serán el pianista portugués Antonio Rosado y el cuarteto de cuerdas uruguayo Anahí.
El primer interés que presenta este nuevo viaje sinfónico-interplanetario, está en la combinación (o mejor dicho, el contraste) de pensamientos estéticos y lenguajes que atraviesa la selección musical.
La riqueza de los encadenamientos armónicos, los cromatismos de Elgar llegan como signos de los últimos alientos del romanticismo. Un lenguaje que reconoce raíces brahmsianas y wagnerianas (el primero, en la atención al tratamiento formal; el segundo, en la vehemencia e intensidad sonoro-expresiva), y que en este Introducción y allegro Op.47, para cuarteto y orquesta de cuerdas, reconoce una madurez particular. Es una obra muy exigente para el cuarteto solista, con una escritura que alterna grandes bloques virtuosísticos, que demandan sólidos desempeños de todos los instrumentistas, con otros de honda profundidad casi contemplativa que por momentos parecen suspender el flujo del tiempo.
De Brahms se escuchará el Concierto para piano N°1, con Antonio Rosado como solista. Se trata de una obra fundamental en la evolución de este subgénero sinfónico, ya que plantea, a través de un lenguaje ya maduro, una concepción muy activa de la orquesta en el diálogo con el solista, dejando de lado la función de escenografía sonora para el lucimiento de un instrumento protagonista.
Por último, Debussy, el punto de mayor contraste: el alejamiento de la lógica discursiva y el acercamiento, casi microscópico, al detalle tímbrico del decurso (y otra vez: el no discurso) sonoro. Y en este caso con una obra mayor de su sinfonismo: La mer.
Batuta, piano y cuerdas por 4
Lebel vuelve a dirigir en Montevideo y otra vez con la Filarmónica. Un director de sólida formación, mucha experiencia, de la que se destaca su atención por el detalle de los equilibrios y contraste que pueden (o deben) fluir por la masa orquestal. Para el concierto de Brahms, un descubrimiento en Uruguay: el pianista Antonio Rosado, que viene precedido de muy buenos antecedentes, entre los que se subrayan el interés por la diversidad de su repertorio. Y con la "Introducción allegro" de Elgar, el joven cuarteto Anahí (Carolina Hasaj, BetinaCháves, Mariana Mastrogiovanni, Lucrecia Basaldúa), tendrá una instancia para probar (otra vez) su versatilidad interpretativa.