La banda sonora de un gran cineasta

2007-12-18 00:00:00 400x400

HENRY SEGURA

No es habitual que un director de cine se haga cargo de la edición de discos con las canciones de sus películas. Pero ese ha sido el camino elegido por Pedro Almodóvar con "BSO", el doble compacto que acaba de salir en España por el sello Emi.

Lo normal es que la música de cine salga en discos individualizados por una película. De esos también tiene Almodóvar (con Todos sobre mi madre, Carne trémula o Hable con ella, por ejemplo), pero el camino personalizado que ahora hace con BSO registra un antecedente. Diez años atrás, el manchego había editado Canciones de Almodóvar, una selección que incluía sus asociaciones con McNamara en los años de la "movida madrileña".

En las películas del director es imposible disociar imagen y sonido, sobre todo en secuencias claves donde lo que se canta agrega información y carga de más sentidos a lo que muestra la imagen. Es difícil olvidar a Penélope Cruz cantando (con la voz prestada de Estrella Morente) Volver en una versión a la andaluza que a los oídos rioplatenses en lo previo podría sonar a algo estridente, y que finalmente no lo es. O asociar las lágrimas de Darío Grandinetti con la melancólica interpretación de Cucurrucucú paloma que hace Caetano Veloso en Hable con ella. Los dos ejemplos son parte del Almodóvar de los últimos años, donde se acentuaron ciertos aspectos románticos y más serenos, muy distantes de las estridencias que se escuchaban en las iniciales Pepi, Lucy, Bom y otras chicas del montón.

"Las canciones en mis películas son parte esencial del guión, una especie de voz en off musical que explica, desvela secretos y enriquece la acción donde aparece", explica en el librillo que acompaña a su nuevo disco. "En esta banda sonora recopilatoria de las canciones que han aparecido en mis películas hay de todo, y sobre todo intérpretes geniales (con la excepción de un servidor berreando el divertimento que lleva por título Gran ganga)". El tema al que hace referencia fue interpretado por Almodóvar junto a McNamara en Laberinto de pasiones.

Aunque él diga que las canciones forman parte de los guiones, el cineasta reconoce que cuando está escribiendo no puede escucharlas por ser demasiado figurativas, como confesó a El País madrileño. Si bien es un adicto que siempre está escuchando música, cuando entra en proceso creativo opta por una música de "down tempo o buen tecno, de ese que no deja huella en las neuronas".

También el azar ha jugado en su relacionamiento con la música. Si el Espérame en el cielo de Mina terminó marcando a Matador, su encuentro fue accidental, mientras filmaba aquel título que lo proyectara internacionalmente.

Pero en todas las circunstancias, los temas elegidos sufren transformaciones. El director ha explicado los cambios para que las canciones tengan una función dramática y narrativa porque "son tan descriptivas como los colores, la luz, los decorados o los diálogos". Como también ha ejemplificado, el valor de la música en su universo va más allá del de cortina de fondo, hasta adquirir la misma importancia dramática que tiene el diálogo.

Por eso hay una "lectura" de Almodóvar que no siempre ha sido bien recibida por los músicos que componen la banda musical de sus películas. Él mismo reconoce ahora duros enfrentamientos con Ennio Morricone, porque se negaba a poner Resistiré entre los temas de Átame, y durante varios años no se habló con Bernardo Bonezzi porque este no quería utilizar las canciones Puro teatro y Soy infeliz en Mujeres al borde de un ataque de nervios.

En la citada entrevista con El País madrileño, Almodóvar se declaraba más que feliz con el tándem hecho con Alberto Iglesias desde La flor de mi secreto. "Alberto no tiene ningún ego, está al servicio de la película. Si impongo una canción tengo su convicción y su aprobación. Sabe que no son decisiones caprichosas". De Iglesias agrega que es su colaborador imprescindible y una de las personas que más contento está de haberla conocido.

Entre los 29 temas acuñados en los dos discos que componen BSO, hay intérpretes de primera línea. Entre ellos figuran Caetano Veloso, Chavela Vargas, Sara Montiel, Los Panchos, Xavier Cugat, Miguel de Molina, Elis Regina, Antonio Carlos Jobim, Maysa Mataraso, Lucho Gatica, el Dúo Dinámico (de enorme popularidad en España). Entre ellos hay espacio para algún miembro del "under" contemporáneo, como el catalán Albert Pla que ya ha recalado un par de veces por Montevideo.

Esas figuras del cancionero mundial están asociadas con clásicos de la canción que, al decir del cineasta, "fueron reconstruidos totalmente para darles un sentido nuevo, que es lo que me interesa para mis películas". A La cumparsita se la puede escuchar en la versión hecha por Xavier Cugat, por ejemplo, y piezas del género lírico español por excelencia, la zarzuela, también se cuelan entre sus preferidas, como ocurre con Las espigadoras de La rosa del azafrán.

Pero aparte de los grandes nombres, al momento de presentar sus discos, Almodóvar se mostró como un creador que no se queda en ellos. Entre las figuras emergentes a las que ha dado notoriedad se encuentra La Lupe, a quien conoció en un local de travestis latinas de Nueva York en los años 80, donde interpretaba Puro teatro que el director terminó haciendo escuchar en Mujeres al borde de un ataque de nervios. Algo similar ocurrió con Luz Casal, quien interpretó Un año de amor en Tacones lejanos. Como quien dice, nada le es ajeno a Pedro.

El ecléctico que admira a Clint Estwood y a Angelopoulos

El universo musical de Almodóvar es tan variado como los personajes que lo habitan. En él conviven rumba, flamenco, música brasileña y tradición española. "Impera el eclecticismo, hay mucho desgarro, pero también hay pop ligero, incluso disco music y ternura y emoción a raducales", escribe el cineasta en el libro de BSO. Posiblemente el Almodóvar de los últimos tiempos se vaya inclinando hacia una canción más depurada, desgarrada, melancólica y profundamente romántica. La opción, empero, no es la expresión literal de un estado de ánimo. "A mi las canciones tristes no me ponen triste... todo lo contrario. Lo mismo que con los dramas tórridos, me dan mucha energía, mucha euforia. La tristeza nunca es un sentimiento blando", confesaba a El País de Madrid. Pero la omnipresencia de lo musical en su obra no lo hace adicto a ciertos medios que recurren a la música para existir, como ocurre con los musicales. Paradojalmente, el cineasta dice disfrutar con el cine musical y admira lo que hacen Clint Eastwood y Theo Angelopoulos con la música.

Tres ídolos del cineasta

Caetano Veloso

Con el gran bahiano, Almodóvar mantiene una relación de amistad y admiración mutua. La proximidad fue bastante más allá del empleo de lo musical: el compositor hizo una breve pero inolvidable aparición en "Hable con ella", donde interpreta un clásico de la canción latinoamericana: "Cucurrucucú paloma".

Chavela Vargas

"A Chavela la descubrí cuando lo único que me preocupaba era el pop y mi vida era absolutamente popera". De la formidable intérprete mexicana, dueña de una voz ronca y una expresión implacablemente romántica, Almodóvar incluye en su disco doble los temas "Luz de luna" y "En el último trago"

Los Panchos

Una cita inevitable con un trío que con el tiempo ha tenido diversas formaciones. Uno de sus clásicos, "Lo dudo" es empleado de la manera más impensada por el cineasta en La ley del deseo: acompañando el último encuentro entre los personajes de Banderas y Poncela, mientras que en la calle lo escucha Maura.

El nuevo film con Penélope se acerca al cine de los `50

Al momento de presentar sus discos, Almodóvar también confirmó que en enero empieza la pre producción de su película Los abrazos rotos, donde contará nuevamente con Penélope Cruz al frente de un elenco en el que también estarán Blanca Portillo y Lluis Homar.

Se disculpó de no dar demasiadas explicaciones por recomendación de sus productores. Pero sí dijo que con ella tratará de acercarse al estilo de los años `50, ofreciéndole a la Cruz "un registro interpretativo que ningún cineasta ha mostrado hasta ahora".

Pero el llamado de atención del cineasta no fue para la actriz que con su interpretación de Raimunda en Volver aspiró a un premio Oscar. Advirtió a los periodistas que uno de los personajes lo escribió pensando en Blanca Portillo y no dudó en catalogarla como una de las actrices más dotas del cine y del teatro actual.

Aparte del personaje de Homar (que trabajó con el director en La mala educación), la película incluirá otros tres actores masculinos pero se reservó nombres, entre otras cosas porque el guión sigue siendo escrito. Es el más largo de todos los que escribió hasta ahora y asegura que los personajes de Penélope y Blanca son equiparables en cuanto al volumen de papel. "No va a ser una comedia, aunque el humor estará presente", anticipó.

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