"La adrenalina del teatro no la tienen el cine ni la televisión"

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El País

CARLOS REYES

La obra que llega en gira el viernes próximo tiene tres particularidades. Una, que es el estreno mundial del último texto de Carlos Gorostiza, luego de varios años sin escribir teatro. Dos, que uno de los papeles protagónicos está a cargo de Juan Manuel Tenuta, quien regresa a actuar luego de un paréntesis en los escenarios montevideanos. Y tres, que el otro papel protagónico va por cuenta del actor argentino Eduardo Blanco, que por primera vez actuará para el público uruguayo de teatro.

Se trata de El alma de papá, cuyo elenco completan Javier Lombardo y Mabel Manzotti, con puesta en escena de Daniel Marcove. De ésta y otras obras, Blanco habló con El País.

-En teatro es la primera vez que me va a ver el público uruguayo, que ya me vio en cine, en El hijo de la novia, Conversaciones con mamá y Luna de Avellaneda. Y me resulta muy excitante porque es una obra de un gran dramaturgo como es Gorostiza, que tiene 86 años y hacía 12 que no escribía. El dice que es su anteúltima obra, cosa que me causa mucha gracia, en cuanto a su estímulo de seguir trabajando, de seguir escribiendo con una lucidez y un estado físico envidiables.

-¿Cómo es su personaje?

-La premisa es un hijo que en su cuarto de la casa de sus padres tiene a su papá muerto sobre la cama. Y esto, que parece un drama terrible, en realidad es una obra de teatro conmovedora, sí, pero con muchísimo humor. Porque ese hijo no quiere dejar ir al padre, porque dice que el padre le dijo que no se quería morir ni un minuto antes ni un minuto después de lo que le correspondiera. Y mientras esa alma no se va de ese cuerpo, digamos, la madre, el cuñado y los de la funeraria van a tratar de convencerlo de que deje que se lleven al padre.

-¿Y cómo es ese vínculo entre padre e hijo?

-Bueno, el personaje del padre, que lo hace Tenuta, no está muerto toda la obra, por el contrario, él también habla y tiene mucha participación, siendo el personaje más vital de la obra. Tenuta es una persona de una calidez humana fantástica, y con una ternura que por suerte la imprime en muchos de sus papeles. En éste se lo van a querer comer, les va a encantar.

-¿Cuál sería el sentido último de esa relación?

-Es una obra que habla de los vínculos afectivos, de las emociones y de las relaciones, en especial esas relaciones tan primarias, esos vínculos familiares fuertes. Creo que hay un lugar de inseguridad afectiva que todos en algún sitio tenemos, y mi personaje tiene además ciertas imposibilidades de crecimiento, de desarrollo personal, por estar demasiado atado a sus propias inseguridades.

-¿Encuentra puntos de contacto entre esta obra y algunos de sus personajes de cine?

-Un poco en el género, porque tanto El alma de papá como, por ejemplo, Conversaciones con mamá, se pueden definir como comedias dramáticas. Porque el humor en mis películas, al menos en las que se vieron acá, está muy presente, pero a la vez tienen un trasfondo emocional fuerte. La mezcla del humor y la emoción, que es tan difícil de conseguir, es algo que yo disfruto mucho como espectador, y como actor lo disfruto doblemente.

-¿Cuál fue para usted su primer trabajo teatral significativo?

-Yo hice hacia 1982 una obra con Juan José Campanella, el director de El hijo de la novia, que se llamó Off Corrientes, y que hablaba un poco de eso, del off. También era una comedia dramática: tanto a Campanella como a mi nos gusta mucho ese género, porque la vida tiene drama y humor, y lo mejor es si uno los dramas se los puede tomar con humor. Creo que eso es muy italiano, es decir, los italianos eran maestros en eso, y digo "eran" porque el cine que yo amé de los italianos lo tenía, aunque últimamente no llega tanto cine italiano como el que llegaba cuando yo era más chico.

-¿Qué otros hitos destacaría de su carrera teatral?

-Recuerdo uno maravilloso: era una adaptación de Sueño de una noche de verano que hicimos con una mezcla de títeres y actores. Pero no títeres de mano, sino muñecos de cinco metros de altura. Es difícil, sin embargo, citar una, porque tuve la suerte de haber sido dirigido por grandes talentos, como Norma Aleandro.

-¿Qué proyectos tiene en cine?

-Tengo entre manos un par de películas. Una es española pero todavía no está claro dónde y cuándo se va a rodar. La otra es argentina y está basada en una novela de Claudia Piñeiro Tuya. Pero con estas cosas, uno hoy en día no sabe cuándo se van a rodar: los tiempos de las películas son así.

-¿Se siente más actor de cine, de televisión o de teatro?

-Yo empecé en teatro y el cine me hizo trascender, pero creo que soy de los pocos actores que son convocados para cualquiera de las tres áreas. Y las tres me gustan porque cada una tiene algo que las otras no tienen. La adrenalina que tiene el teatro no la tenés ni en la televisión ni en el cine, pero la popularidad que te da la televisión, con la posibilidad de entrar en millones de casas simultáneamente. Y el cine tiene una proyección mundial única. Por ejemplo: Conversaciones con mamá, que la hice con China Zorrilla, fue la película argentina más vendida al mundo en el 2004, y mientras el teatro y la televisión pasan, el cine tiene la trascendencia de poder quedar y poderse ver 50 años después. O sea que me siento a gusto en los tres, dependiendo fundamentalmente de lo que haga.

Eduardo Blanco

El intérprete argentino se presenta desde el viernes en el Stella para protagonizar junto a Juan Manuel Tenuta la comedia "El alma de papá", estreno mundial de la última obra del prestigioso dramaturgo Carlos Gorostiza

El alma de papa

Dónde. Teatro Stella

Cuándo. Viernes 1° y sábado 2 (21 hs.) y domingo 3 (19 hs.)

Entradas. $ 350, $ 320, $ 280

Carlos Gorostiza y Juan Manuel Tenuta se juntan para hacer hablar a un padre que acaba de morir

En 1942 Carlos Gorostiza ingresaba a las filas del teatro independiente argentino a través de la compañía La Máscara, bajo dirección de Ricardo Passano. Ante sus protestas de por qué se hacía un teatro calcado del extranjero, alguien le sugirió que se ocupara él de escribir obras distintas. Ante ese desafío surgió en 1949 El Puente, que marca un hito en el teatro argentino, tanto por su estructura novedosa como por su naturalismo nada esquemático.

El potencial de esta obra fue advertido por Armando Discépolo, que la pide para hacerla en el teatro comercial, donde se mantuvo dos años en cartel a sala llena. Mientras, sus obras iban edificando un estilo propio, destacando, entre otras, El pan de la locura, que había nacido a partir de una nota que el autor leyó en una revista francesa.

A partir de un hecho real (un grupo de personas padecieron una especie de locura temporal por comer un pan en mal estado), el autor pone en el tapete el problema de la responsabilidad individual en los hechos sociales. La pieza fue capaz de probar su vigencia cuando fue llevada a escena por el director Luciano Suardi, quien estableció un paralelo entre el planteo de la obra y el problema de la responsabilidad civil en el caso del incendio de Cromañón.

El uso de malas palabras y su capacidad "para mostrar que los pobres realmente existían", hicieron que la literatura de Gorostiza fuera resistida en ciertos ámbitos, aunque el tiempo lo consagró como uno de los grandes de su generación.

Con más de 30 obras teatrales en su haber (y habiendo vuelto a las tablas luego de 50 años sin actuar), el prestigioso autor argentino estará presente en Montevideo para el estreno mundial de su último título, El alma de papá, que también permite el reencuentro de Juan Manuel Tenuta con el público uruguayo. "Vivimos en sociedades enfermas y en gran orfandad: es necesario crear anticuerpos para contrarrestar tanta estupidez y escepticismo", afirma el autor de textos tan entrañables como Aeroplanos.

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