Hacia nuevos rumbos

| Luego de haber hecho "Hiroshima", el codirector de "Whisky" y "25 Watts" estrena este viernes su segunda película en solitario. Se llama "3" y es una comedia familiar.

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Si se dice que 3 es una comedia familiar con Humberto de Vargas, los prejuicios aparecen de inmediato. Pero el espectador tiene que dejar de lado la imagen del conductor y pensar en el actor de buen registro que se prueba en un papel distinto a lo que ha hecho en cine. Stoll también se prueba con un tipo de película algo distinta a lo que ya hizo y que lo muestra como un director y guionista que puede sorprender y renovarse. Aunque para parte del público sea aún el autor prestigioso que con su amigo Juan Pablo Stoll sorprendió en los festivales de Cannes y en Berlín.

MATÍAS CASTRO

-"3" irá primero a salas comerciales. ¿Te condicionó el estigma de las películas "festivaleras" para decidir cómo estrenar?

-No me condicionó, pero tomé en cuenta lo que se ha dicho. Esta no me parece una película especialmente festivalera, yo sé cómo son esa clase de películas y qué se espera en algunos festivales. Esta es una comedia de la clase media uruguaya y no encaja en eso. Si fuera una de indios guatemaltecos tal vez sí.

-Sin embargo los festivales y premios les dieron mucho impulso a tus películas anteriores.

-Si no hubiera sido por el premio en Rotterdam para 25 Watts no hubiéramos podido estrenar en Montevideo. Ahí ganamos diez mil euros que nos permitieron hacer las copias en cine y además acá nos empezaron a dar pelota. Después lo de Cannes, con Whisky, se dio un poco de casualidad porque quedamos afuera del festival de Berlín. Pero así como cada película tiene su forma de filmarse, de narrarse también tiene su forma de distribuirse y estrenarse. En el caso de 3 me parecía que no era necesario hacer ese camino.

-Se ha hablado mucho de las películas y los directores que trabajan para viajar de festival en festival y currar con eso.

-Lo que pasa es que las películas para festivales nadie las ve. Y también pasa que los festivales son grandes mercados donde no entrás con una película rara. Entrás a Cannes con una película rara si sos Almodovar. Cannes es un gran mercado, donde vi a George Lucas presentando La guerra de las galaxias. En los grandes festivales el público es la industria, gente que vive de eso. Es más lo que se dice de lo que realmente pasa.

-Once años después de estrenar "25 Watts" siguen siendo más o menos el mismo equipo. ¿Sintonizan todos con estas decisiones de estreno o es resolución tuya como director?

-Las decisiones al principio las tomábamos con Juan (Pablo Rebella), después también con Fernando Epstein (productor y montajista) y también con Agustina Chiarino (productora).

-A esta altura que han colaborado tanto con la fotógrafa Bárbara Álvarez y el diseñador de arte y guionista Gonzalo Delgado, ¿no hay sintonía total entre ustedes?

-Con Gonzalo generalmente no me pasa. Pero hablamos todo siempre, y de hecho por eso él dirige arte, es coguionista y hasta terminó actuando. Con él nos conocemos desde los dieciséis años y la relación de amistad va más allá del laburo. Y Bárbara eligió también con quién quería trabajar y cómo. Yo confío en ellos y les puedo decir con confianza lo que me parece. Es lo bueno de trabajar con amigos.

-Muchas veces se ha escuchado la crítica de que la productora Ctrl-Z es un grupo cerrado.

-Una vez hablé con una chica que era estudiante de cine y que había inventado la expresión "Ctrl-secta". Me parece que es una gansada. No tenemos la llave de nada. Creo que lo que tienen que hacer es montar una productora, presentarse a los concursos con los amigos y los pueden ganar o no, igual que cuando empezamos. De hecho cuando empezamos había menos concursos que ahora.

-En Ctrl-Z se ha depositado mucho peso: primero que eran la nueva esperanza del cine uruguayo, después se dijo que eran los grandes productores.

-Nunca me pareció que fuéramos una productora como la Warner. Somos cuatro amigos, la empresa funciona en una especie de garaje y tenemos un empleado. Mi idea de tener una productora es para hacer películas yo, por eso soy productor de lo mío. Después todos tenemos otros laburo. Me parece que el problema de eso es que hay gente que son vagos, que no quieren ponerse a hacer las cosas.

-También desde el punto de vista de los que hacen esas críticas es que si a ustedes se les han abierto puertas, ustedes tendrían que hacer algo así con otros.

-La Pasiva no lo hace. No te da la formula de la mostaza porque vos ponés un carrito. Somos un grupo de amigos que a veces nos va bien, pero no ganamos todos los premios. Y siempre nos concentramos en un solo proyecto. Es nuestra forma de laburar. Hay gente que manda guiones. Por ahí hay uno bueno, pero una película implica un proceso caro y largo. De repente un guión está buenísimo y el director es un pedorro y ¿voy a estar cinco años con un tipo así? Igual nunca le dijimos que no a ninguno de los que nos vino a pedir un consejo. Y otra cosa que hacemos es que pagamos siempre por los laburos.

-¿Entonces ustedes no se dedican exclusivamente a las películas de Ctrl-Z?

-Fernando (Epstein) es editor. Gonzalo (Delgado) trabaja como director de arte. Agustina (Chiarino) es productora de Canal 10. Y yo pichuleo por ahí, dirigiendo y escribiendo cosas. Siempre hay otras cositas, de alguna manera tenemos que bancar la productora en cierto momento. El otro año, por ejemplo, viví de un contrato con Fox con el que estuve escribiendo una serie de hombres lobo; que no va a salir.

-No te imagino haciendo algo de hombres lobo.

-Te sorprenderías. Me gusta todo el cine, es como esté hecha la película, no el tema. Y no es un tema de ser director de género o no. ¿Qué carajo es eso? Sos director de cine y punto. Hay una idea de que en los fondos se apoya determinado tipo de proyectos y creo que no es así. Hay gente que no se presenta a fondos porque considera que el jurado no lo va a aceptar. O sea ¿sos tan importante que creés que tu idea no puede ser sometida ante un jurado? No perdés nada. Me parece que hay pocas ganas de laburar y en el fondo muy poco compromiso. Hacer películas lleva tiempos, no es super difícil, pero exige paciencia. En cada película aprendes, creo que por eso no me voy a recibir nunca de director de cine.

-¿No será que en Uruguay se idealiza mucho lo que puede pasar en otros lados? ¿Qué la gente sueña con que haciendo lo mismo en otro lado se llenaría de plata?

-No te hablo de Estados Unidos, te digo que si yo viviera en Córdoba, nunca hubiera filmado un fotograma en mi vida. Cuando hicimos 25 Watts, ganamos en un festival y por eso salimos en la tapa del diario más importante de Uruguay. Un argentino con ese mismo premio no sale en la tapa de los diarios grandes ni de casualidad. Acá hay un Instituto de Cine con un millón de dólares por año, tendrá problemas pero está. En Córdoba o Rosario, por más que se quiera el cine, no tienen eso.

-La película presta mucha atención a detalles pequeños que pintan cosas de los personajes. ¿Esa idea ya estaba cuando la empezaron a escribir con Rebella?

-Lo que escribimos con Juan fueron treinta y seis páginas en las que estaba el espíritu de esto, pero no había detalles a ese nivel. Queríamos que fueran tres personajes y que fueran igual de importantes. Ni siquiera se llamaba igual. Después de la muerte de Juan estuve como tres días para leerlas, porque no podía. Después las dejé en un cajón y durante el rodaje de Gigante, donde fui asistente de dirección, me colgué con escribir eso de vuelta de noche y de cero. Y lo terminamos con Gonzalo. Mucho tiempo después, encontré esas treinta y seis páginas y había cosas parecidas; se mantenía el espíritu, aunque los hechos puntuales son distintos.

-¿De dónde surgió la historia?

-No recuerdo bien. Yo tenía una reforma en mi casa y me había mudado con mi vieja. Mis viejos son divorciados y hay algo personal ahí. Juan tenía una experiencia de hospital con un pariente internado. Y entre una cosa y otra se fue armando.

-La película funciona como una reivindicación de Humberto De Vargas.

-Con él no hice casting, sabía que tenía que ser él. En Alma Mater hace un papel muy cortito y la rompe. Creo que la reivindicación estaba ahí. Después hubo un laburo que hizo sobre todo él, para crear un personaje distinto al que conocemos. Él propuso tener barba, propuso su peinado y luego buscó el personaje desde un lugar en el cual no fuera el de la televisión y por eso hubo un trabajo fuerte en la voz. También hizo con un gusto increíble el ponerse en un lugar medio ridículo y con eso se entregó de una forma increíble.

Un apartamento puede ser un personaje más

Quien vea "3 "y haya gustado de Whisky encontrará un trabajo cinematográfico bastante distinto, con muchos movimientos de cámara, fuerte uso dramático de la música, cámaras lentas y otros recursos de montaje. La fotógrafa Bárbara Álvarez es la misma, pero en sintonía con Stoll, le dio un aire muy distinto, con otro ritmo, muy lejos de los encuadres inamovibles de Whisky, por citar el ejemplo más premiado y reconocido de lo que hicieron juntos. El apartamento en donde pasa buena parte de la historia, es casi un personaje desde el punto de vista de la fotografía. "Donde mirabas era película, todo era set, parecía armado para eso y todo servía", contó el director. De hecho hubo escenas del guión que podían sufrir modificaciones grandes si no encontraban el apartamento ideal. La cámara tenía que seguir a los personajes en su continuo movimiento y en eso, la locación tenía que abrir muchas posibilidades.

Conexión cómics

Pablo Stoll (1974) confiesa que eligió hacer películas porque es incapaz de dibujar historietas, aunque llegó a escribir algunos intentos en su adolescencia con sus amigos Gonzalo Eyherabide y Nicolás Branca. Hoy solo es lector y, curiosamente 3 incluye entre sus agradecimientos al maestro japonés del manga Jiro Taniguchi. Mientras estaba filmando, consiguió los libros Barrio Lejano, una de las obras más populares de este autor y los leyó en paralelo al rodaje: "En realidad no tiene nada que ver. Pero las cosas que consumo durante la película, porque me sirven para pensar en la película o porque me alejan, las pongo como agradecimientos. Creo que en la película hay lo que yo llamo cortes de cómic, con elipsis que marca determinadas cosas".

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