CARLOS REYES
El jueves a las 19.30 horas se inaugura una exposición del artista plástico Fernando Cabezudo (Montevideo, 1927), consistente en unos 15 grabados y pinturas de diverso tamaño, que van desde obras grandes (de más de un metro y medio de lado) hasta dibujos pequeños (de 25 centímetros). Las técnicas de las obras son óleo sobre fibra (y una sobre tela), estampa y técnica mixta.
"El criterio para armar la exposición -contó a El País Enrique Badaró, artista plástico que en este caso oficia de curador- fue trabajar sobre el pasaje en Cabezudo desde lo narrativo a la abstracción. En unas pinturas se reconocen figuras, animales, árboles, y luego se nota como se introduce en la abstracción hasta llevarla a la totalidad. Sin embargo en todos los casos predomina la capacidad para crear atmósfera por medio de color".
Las variaciones del color que se pueden apreciar en la muestra recorren la paleta baja, con muchos grises, pasando por los colores vinculados a la tierra (entre ellos el verde) y otros más fuertes, como el rojo y el naranja. La fusión entre el fondo y la figura es otra de las característica de algunos de estos cuadros, cuyas fechas van desde 1970 al presente.
Badaró señala que dejó de lado las obras de los períodos anteriores, principalmente porque quiso remarcar la fuerte actividad de este pintor ya en su madurez; además, no se trata de una retrospectiva. "Ya se hará una retrospectiva", anhela el curador, quien señala que las obras expuestas son todas del acervo del pintor, a quien sería bueno que la capital de Soriano le dedicara un museo.
Badaró viajó a Mercedes en tres oportunidades para elegir en la casa de Cabezudo los cuadros que integran la muestra, debatir el proyecto curatorial y pasear por la ciudad con el artista, para compartir su mirada.
Temáticamente, el curador señala que en las obras aparece todo ese mundo del pintor, destacando el rescate que hace de la marginalidad de los pueblos del Interior. "El murguista de pueblo, que no tiene nada que ver con el murguista montevideano de hoy, aparece con todo su patetismo. También imágenes de esperpentos, que trabajan sobre la monstruosidad. Pero en esos casos se rescata también la dignidad del pobre, la miseria con la dignidad de estar vivo".
El mundo acuático es otro distintivo de esta muestra, que según Badaró conjuga el expresionismo (con su crítica social y sus personajes sórdidos), con la abstracción latinoamericana y el realismo mágico. Otro referente es la madera, elemento que está presente en la vida diaria del artista en su taller.
"Él tiene por costumbre recoger maderas del río, a las que el agua le han comido la parte blanda. Las maderas rodean al artista en su casa, como si fueran esculturas, también las usa para hacer los grabados, o para pintar sobre ellas en las fibras. Es como un entorno para crear, muy referencial para él. Cabezudo toma esas maderas como metáfora del esqueleto, de lo que va quedando, de la muerte. Los buitres ante la carne de un animal, la osamenta, es otro de los temas de su obra, con una morbosidad que nunca llega a lo chabacano".
Fronteras es una exposición de la Alianza Francesa (Br. Artigas 1229, tel. 4000505) e irá hasta el 10 de octubre, de lunes a viernes de 10 a 20 horas.