Entre monstruos sigue el nuevo 3D Monsters vs aliens

| La película que se estrena este viernes abrirá las salas 3D de Moviecenter

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NEW YORK TIMES | BROOKS BARNES

"Monsters vs. aliens", el film en tres dimensiones es la mayor prueba del rumbo que toma la industria. Con él, el poderoso estudio Dreamworks cambió su modo de producir películas familiares.

Cuando Rob Letterman y Conrad Vernon firmaron sus contratos como directores de Monsters vs. aliens, la última película animada de Dreamworks, estaban nerviosos por las cuestiones habituales de estos proyectos: contar una buena historia, conseguir celebridades para hacer las voces y sobrevivir un proceso de producción de cuatro años y varios colapsos nerviosos. Entonces Jeffrey Katzenberg, jefe ejecutivo de la empresa, arrojó una nueva bola hacia ellos. Cuando la película ya estaba bien encaminada, les dijo que tenían que finalizarla en tres dimensiones.

"Estábamos totalmente abatidos", dice Vernon, "No firmamos para hacer algo chillón". Pero Katzenberg tenía una justificación artística para hacer esta película en 3D. La historia de monstruos que se unen para salvar a la Tierra de la destrucción por parte de alienígenas fue diseñada como un homenaje a las películas de criaturas de los cincuenta y sesenta. Letterman y Vernon, además, ya venían dirigiendo sus miradas hacia películas como El monstruo de la Laguna Negra para inspirarse.

Katzenberg ha enfocado el futuro de su compañía en este formato, comenzando con Monsters vs. aliens, a partir de la cual cada una de sus películas será en 3D. Le dijo a los directores que el 3D ya no era un chiche para hacer que la gente se estire tratando de tocar las cosas o las esquive, gracias a los avances en tecnología digital. Y por otra parte, hacer una película desde el comienzo en tres dimensiones (en lugar de hacerla bidimensional y luego convertirla, como han hecho hasta ahora muchas otras) le podía dar como resultado un nuevo lenguaje visual.

Quienes siguen con admiración esta nueva tecnología dicen que es el equivalente a la aparición del color y el sonido en el cine. El ojo ve naturalmente en tres dimensiones, así que agregar profundidad a la pantalla le aporta una experiencia realista. Y las náuseas son cosas del pasado. Los nuevos sistemas de proyección y los lentes mejorados eliminan los dolores de cabeza y mareos. En una entrevista reciente Katzenberg aparecía dirigiéndose a los directores con los que trabajaba, diciéndoles "Estoy totalmente seguro de que no hay negocio que pueda funcionar si hace sentir mal al cliente".

El hombre, por supuesto, también vio en esto una nueva oportunidad de negocios. Las entradas para las funciones 3D pueden ser vendidas a precios especiales y también son más difíciles de piratear colando una cámara filmadora dentro del cine (forma frecuente de las copias piratas). Coraline, en Estados Unidos, demostró esto recientemente con buen retorno de taquilla.

De este modo, el equipo de Monsters vs. aliens se dedicaron a aprender sobre 3D. La historia que intentaban hacer se centra en Susan, una muchacha común de pueblo chico que, tras ser golpeada por un meteorito, crece hasta quince metros de altura. Un curtido monstruo la guía hasta una prisión secreta de monstruos, donde le presenta a una pandilla que incluye al Dr. Cucaracha, científico brillante con cabeza de este insecto, un pez-simio llamado Missing Link, un extrañísimo ser de Bicarbonato y otros compuestos químicos y una cosa gelatinosa formada cuando un científico quiso combinar un tomate modificado genéticamente con una salsa ranchera.

aprendizaje. Aunque Katzenberg les presentó el 3D como una forma creativa para crecer, los artistas, directores y productores al trabajar en el proyecto descubrieron que se sentían como si estuviesen caminando sobre las piernas de Bambi. "Fue como si hubiesen estado haciendo su trabajo en inglés y de pronto yo quería que comenzasen a hacerlo en ruso", comenta.

Letterman y Vernon empezaron por pedir consejo a John Bruno, un oscarizado diseñador de efectos especiales por su trabajo en El secreto del abismo, que además había colaborado con James Cameron para hacer un parque de atracciones en 3D sobre Terminator dentro de los Universal Studios. "Eso nos calmó bastante", cuenta Vernon, un hombre cuyos antecedentes como director incluyen Shrek 2. "John nos dijo que ya sabíamos pensar en 3D al intentar mostrar profundidad y movimiento en un medio de dos dimensiones", agrega.

La productora, por su parte, estudió Beowulf, el film de Robert Zemeckis que se apoyaba mucho en las tres dimensiones. Los movimientos de cámara y recursos usados en esa película le dieron la pauta de que una película tridimensional no podía tener cortes rápidos de imagen a imagen debido a lo que puede registrar el ojo.

Los animadores también debieron aprender trucos muy sutiles. Experimentaron con los focos y la iluminación, pero al final debieron dedicar mucho tiempo (y por lo tanto dinero) a los detalles del fondo, como árboles y edificios lejanos.

Katzenberg quería estrenar la película en 5.000 cines 3D por lo menos, pero como había menos salas con esta tecnología de lo que esperaban, se estrenó también en el formato tradicional. Aunque ha prometido que el 3D no será usado como un chiche, Dreamworks no pudo evitarlo. Cuando la película estuvo casi por ser terminada, Katzenberg le pidió al equipo creativo que crease más "¡Pow!" tridimensional, según expresión usada por Vernon. La mayor parte de ese "¡Pow!" había sido aplicada al único ojo que tiene el ser de Bicarbonato y otros compuestos químicos, que todo el tiempo se saltaba hacia la audiencia, y a los restos de las explosiones, que ahora ya no saltan hacia la sala. Pero conservaron uno en particular al comienzo de la película: una secuencia con una pelota de pádel. "Esa escena éramos nosotros diciéndole al público lo que podíamos hacerles, pero también avisándoles que nos íbamos a controlar", dice la productora Lisa Stewart.

Larvas, gelatinas y bichos prehistóricos

Al comienzo la idea de mirar ciento cincuenta películas de serie B de las décadas del 50 y 60 en DVD sonaba como una manera interesante de investigar personajes para Monsters vs. aliens.

Pero a cierta altura del proceso, cuando miraban el film de los sesenta Leech Woman, la tarea se convirtió en algo más pesado y bizarro que un disfrutable paseo por la historia de las películas más inocentes. Así y todo, los directores de Monsters vs aliens, Rob Letterman y Conrad Vernon, siguieron adelante en nombre del objetivo que se habían planteado. "Hay algo muy divertido y confortable en cuando a estos viejos monstruos", comenta Vernon, ahora que aquella tarea quedó atrás. "Comparado con todos los horrores que vivimos hoy, me quedaría con una criatura de la laguna con tentáculos pegajosos cualquier día de la semana" dice. Por su parte, Letterman no pudo comentar nada, ya que está muy ocupado en Londres dirigiendo Los viajes de Gulliver.

Cada uno de los cinco monstruos de esta película tiene un ADN rastreable a aquellas viejas películas, aunque ninguno sea una copia de un personaje más viejo.

Susan es una mujer normal que crece a raíz de un accidente con un meteorito, al estilo de El ataque de la mujer gigante. El Dr. Cucaracha, que tiene la cabeza de uno de estos insectos debido a un feo accidente, representa dos películas: La mosca y La maldición de Frankenstein.

Todo un subgénero de resbaladizos y pegajosos personajes (La mancha voraz, The crawling eye), se convirtieron en B.O.B. un amigable monstruo de bicarbonato que comenzó su vida como un tomate genéticamente alterado. "Es totalmente querible, pensando en retrospectiva", comenta Vernon. Insecosaurus, una gigantesca larva convertido en monstruo por la radiación nuclear, es un guiño a Mothra, polilla gigante muy famosa del cine japonés.

Y finalmente está Missing Link. "Aunque El monstruo de la Laguna Negra" sea una inspiración obvia", dice Vernon, "Link representa simplemente cualquier cosa prehistórica que vuelve a la vida y aterroriza a la gente".

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