En el Ateneo, el Fausto en clave de una ópera rock

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Un extraño pacto, firmado con sangre, sella el acuerdo maldito entre una figura demoníaca y un cirujano plástico. A partir de allí se desarrolla Lo Fausto, un musical de gran despliegue que tuvo el sábado pasado su función de preestreno y hoy se estrena en el Ateneo de Montevideo, que ha sido acondicionado para crear el clima de misterio que este espectáculo demanda.

La idea del espectáculo, que dirigen Adriana Ardoguein y Marcel Sawchik a partir de la dramaturgia de este último, es ofrecer un musical que no tenga el tono frívolo ni de comedia que tantas veces caracteriza al género. Por el contrario, una estética dura, vinculada al rock, está en la base de esta obra que parte del mito de la venta del alma.

"Trabajamos sobre tres bases -relató Sawchik a El País-, la plástica, la dramática y la musical, utilizando la gran sala José Enrique Rodó, del Ateneo, que es de los pocos espacios que pueden recibir una escenografía tan grande. Además el edificio tiene esa majestad, con esos mármoles y escaleras, que contribuye al clima que queremos comunicar".

Con unos 15 actores en escena, el grupo hizo un entrenamiento previo a los ensayos, modificando el libreto con el aporte de los intérpretes. Surgen así en escena el tema de la tentación, el de la posibilidad de elección del ser humano, y el de la reconstrucción a través de la destrucción, todo eso por medio de un mundo ficticio llamado Suburbia, representado por un edificio de mil pisos.

Allí, el cirujano y ese ser maldito comienzan un camino en el que encontrarán a una prostituta a punto de abortar, a un ciego que anuncia el Apocalipsis, o a un ser andrógino que se encarga de explotar mujeres, mientras una mujer que se encarga de la cremación de los cuerpos.

Paralelamente el edificio se va pudriendo por la fuga de gases tóxicos: la muerte va arrasando inexorablemente toda forma de vida, mientras sus personajes se relacionan desde la traición y la miseria. Consultado Sawchik sobre si su visión es nihilista, él afirma que no: "Yo creo que el ser humano tiene el don de cambiar: si lo sabés leer, el espectáculo es muy positivo".