HUGO GARCÍA ROBLES
LAS COLUMNAS
El abogado Maxim Viktorov, coleccionista de violines, organizó en Moscú, un concierto privado en Pskov House para exhibir el Guarneri del Gesú, en manos del violinista Pinchas Zuckerman, que subastó en Sotheby`s, en febrero pasado. Viktorov pagó la cifra récord de U$S 3.900.000, convirtiendo al Guarneri en el instrumento más caro del mundo.
El concierto tuvo lugar el pasado lunes 24 de marzo y Zuckerman actuó con la orquesta del Teatro Bolshoi, interpretando conciertos de Bach, Mozart y Bruch.
Los ciento sesenta invitados que estaban presentes allí, escucharon el sonido del Guarneri por primera vez en setenta años. Había pertenecido a Henry Vieuxtemps, el virtuoso y compositor belga que fue solista en la corte del zar Alejandro II.
Viktorov probó el Guarneri durante pocos segundos en Londres, antes de comprarlo, pero luego no volvió a hacerlo más. "Quise que el maestro que vive de su arte fuera el primero en tocarlo porque así el violín siente el respeto que merece", comentó sobre esta decisión.
El concierto fue repetido un sábado, poco después, en el Conservatorio de Moscú, ante una audiencia mucho mayor a la que tuvo en esas circunstancias. La información del periódico The Guardian señala que el Concierto en La Menor de Juan Sebastián Bach recibió un aplauso cortés, mientras que el destinado al Concierto en la mayor Nº 5 de Mozart fue escaso en comparación.
Pero el conocido y arrollador último movimiento del concierto de Max Bruch, hizo que el público aplaudiera con mucho mayor entusiasmo. Ello obligó a Pinchas Zuckerman a salir tres veces al escenario para saludar, ante algunos pocos gritos de "bravo".
La razón por la cual un Guarneri alcanza esos astronómicos precios se debe básicamente, al margen de la calidad de su factura, típica de los violeros de Cremona, porque existen unos pocos ejemplares.
Han sobrevivido aproximadamente ciento cincuenta Guarneri del Gesú, mientras que no menos de seiscientos cincuenta Stradivari multiplican esa cifra varias veces.
Zuckerman, también poseedor de un Guarneri del Gesú, cuando probó el instrumento de Viktorov, dijo que había sentido lo mismo cuando hizo sonar el propio por primera vez.
El Guarneri de Viktorov fue construido en 1741, mientras que el de Zuckerman es del año siguiente. "Son instrumentos hermanos", dijo el virtuoso, "y se conocieron en Moscú hace más de 250 años".
Mucho se ha dicho y especulado sobre la misteriosa calidad que hace de los Guarneri, Amati y Stradivari, instrumentos únicos. Se ha atribuido esto a secretos barnices, a las maderas especialmente elegidas y estacionadas. En realidad, todo ello y otras razones reposan en la insustituible maestría de los artesanos que producían los instrumentos para los Corelli, Vivaldi, Geminiani, Locatelli: la pléyade de maestros de la Escuela Italiana del Violín.