MATÍAS CASTRO | LA FARÁNDULA
Eddie Murphy deberá pagar 52 mil dólares de pensión para su hija, tras una larga puja judicial con su ex pareja, Melanie Brown, de las Spice Girls. Sam Shepard pidió disculpas y dijo ser culpable de los cargos que se lo acusaba: condujo ebrio y pasó el límite de velocidad. Se lo multó con 600 dólares y quedó bajo vigilancia por dos años más. Lejos de allí, en Bahamas una jueza se negó a reducir la fianza del chofer de ambulancias que está acusado de intentar extorsionar a John Travolta por 25 millones de dólares tras la muerte de su hijo. En Argentina Nazarena Vélez está en pleno juicio contra su ex pareja y productor, Luciano Garbellano y hasta Moria Casán y Luis Ventura han debido declarar. También allí el diseñador Roberto Piazza participa de un juicio contra su hermano, acusado de pedofilia. Y la lista de casos sigue en estas últimas semanas.
De pronto la temporada se ha vuelto un poco agitada en cuanto a noticias complicadas sobre famosos que están en juicio. Y eso sin contar a Michael Jackson y sus infinitos juicios (aunque esto no es algo particularmente anormal ni excepcional, sino parte del delirio que es su actual existencia).
Hacía tiempo que no aparecían tantos casos de figuras enfrentando situaciones difíciles ante el juez. Ahora, luego de un largo período en el que prácticamente solo se hablaba de chismes menores, algún que otro divorcio, rumores y acusaciones varias, las aguas se han agitado.
Los escándalos extra judiciales resultan más llamativos igualmente, y hasta más jugosos para los chismes. Se resuelven con cámaras de por medio, con exabruptos y exclamaciones. Con un juez de por medio, la cosa se pone mesurada y el tono de la discusión baja de perfil. Por eso, casi siempre, se comenta mucho más una pelea de vedettes que el juicio de una de ellas a su ex productor.