REBAR
En Buenos Aires, el tango sigue mandando. El campo estará fundiéndose: todos los meses, aumentarán por decenas de miles los desocupados; las arcas del Estado continuarán siendo saqueadas por los muchachos del gobierno y adyacencias... (¡y dale que va!)... pero en ésas y muchas otras situaciones semejantes, siempre habrá un tango para cantar en el corso a contramano y acercarlo, como edulcorante que se vende en tabletas de 2 x 4, al turista que llega y quiere conocer ese fenómeno tipificante de un país.
Tal vez, deseoso de entregarle a la actual presidenta de la nación en tiempo compartido (con el marido) un obsequio que refleje "el alma porteña", el Jefe de Gobierno bonaerense -Mauricio Macri- le regaló a la Reina Cristina... ¡un bandoneón!... Aclaro: no se trata de un bandoneón como el que todos conocemos, sino de un bandoneón simulado -réplica a escala del verdadero- que hace las veces de envase, para presentar una colección de siete DVD conteniendo más de diez horas "tangueadas" de material inédito.
El inventor de todo eso es un ingeniero de sonido llamado Andrés Mayo, argentino, de 43 años, quien según informa la periodista de "Perfil" Marilina Esquivel, fue premiado el año pasado por su original creación con dos "Grammy Latinos", amén de que figuran en su "curriculum" elogiosas actuaciones en Estados Unidos, Alemania e Inglaterra.
Cuando Cristina extendió sus brazos para recibir aquella misteriosa caja de madera, de manos de su queridísimo doble M, por un momento pensó que la atención del ex presidente de Boca transmitía una insinuación: darle a ella la oportunidad de contar con algo muy contundente para estrellarlo contra el kirchneriano cráneo del copresidente en ejercicio... sobre el alambre. Macri adivinó el gesto dubitativo de la dama, y dijo para sus adentros: "Eso no: sería un desperdicio; el `fueye` está realizado artesanalmente, en nogal".
Convertido en el regalo favorito del capo de la porteñada para agasajar a ilustres personalidades, ya tienen su bandoneón el Alcalde de Londres, Boris Johnson y el gran director orquestal Daniel Barenboim, entre otros.
-¿Cómo me dijiste que se llama el inventor de esta preciosidad?... preguntó, interesada, Cris.
-Mayo... Andrés Mayo...
-Voy a tenerlo en cuenta para los festejos del bicentenario de la Revolución de 1810. Ordenaré a alguno de mis secuaces que piense en hacer con esto un buen negocio: junto con las escarapelitas podemos vender, a precio aniversario, el bandoneón de Mayo.