Crítica
Producida por Nickelodeon, es una película sobre adultos lidiando con niños con resultados graciosos
omo si fuera un rito de consagración, todo forzudo del cine tarde o temprano tiene que hacer una película infantil. A Arnold Schwarzenegger le tocó Kindergaten Cop y a Dwayne Johnson, Hada por accidente y ahora, John Cena (que al igual que Johnson viene de la lucha libre) protagoniza Jugando con fuego, una comedia familiar, ligera y en la que debe lidiar con el más difícil de los rivales: un grupo de niños.
Producida por Nickelodeon, la película no sale del terreno de una sitcom infantil. Cena interpreta a un bombero rescatista que, después de un incendio, debe llevar al cuartelillo del que es encargado, a tres niños en espera de sus padres. La película transcurre básicamente en esa única locación, lo que no ayuda a disimular la impronta televisiva que tiene todo este asunto. Hasta tiene un formato episódico.
Ese tono se aplica a los personajes secundarios (los tres niños son traviesos pero de una manera simpática; todos son de buen corazón; ni el perro es tan malo como parece) que todos cumplen sin disimular el estereotipo y sin salirse del rumbo.
Lo mejor es Cena que es musculoso y con tendencia a la comedia lo que dejó claro en la divertida No me las toquen . Acá utiliza los mismos dos recursos a su favor, es un improbablemente gracioso jefe que, de a poco, va a poder distenderse gracias a su contacto con su lado más infantil.
Dirige Andy Frickman, cuyos antecendentes incluyen La montaña embrujada y Héroe del centro comercial 2, lo que no lo convierte precisamente en un autor. Acá solo se encarga de que las cámaras estén en su lugar y que esto pase lo más livianamente posible.
Director: Andy Fickman. Guion: Dan Ewan, Matt Liebmerman. Fotografía: Dean Semler. Editor: Elisabet Ronalddóttir. Música: Nathan Wang. Con: John Cena, Judy Greer, Keegan-Michael Key, John Leguizamo, Brianna Hildebrand, Dennis Haysbert, Christian Convery, Finley Rose Slater, Tyler Mane. Duración: 96 minutos.