A esta altura es imposible referirse a una película de la Segunda Guerra Mundial como lo es Corazones de hierro pasando por alto la amplia filmografía que existe sobre el tema y que lo aborda desde diversos ángulos y con resultados de todo tipo.
El mayor desafío de este film dirigido por David Ayer y con Brad Pitt como caballito de batalla es, entonces, responder a una sola pregunta: ¿por qué contar una nueva historia sobre la Segunda Guerra Mundial en 2014, después de encares tan distintos como los de Doce del patíbulo (1967), La delgada línea roja (1998) o Rescatando al soldado Ryan (1998)?
El director Ayer es un confeso admirador de Doce del patíbulo de Robert Aldrich, antecedente directo de El botín de los valientes (1970) de Brian G. Hutton y Bastardos sin gloria (2009) de Quentin Tarantino. Pero más allá de Brad Pitt en un rol de Collier, sargento autoritario al frente de un grupo de soldados, es poco lo que vincula a Corazones con Bastardos y aquellas películas.
La de Ayer no tiene la carga satírica y la ironía de las cintas mencionadas, se vuelca más hacia el dramatismo de la guerra y a un retrato crudo, salpicado de reflexiones y pasajes bíblicos, aunque, claro, sin llegar (por intenciones y por capacidades) al punto de La delgada línea roja de Malick.
Estamos en la Alemania de finales de la guerra, cuando Hitler manda a la ofensiva todo lo que le queda. La acción se centra en un comando que atraviesa el país sobre el tanque Fury y hace énfasis en la relación de camaradería de sus tripulantes.
La primera parte de la película, la que consiste en mostrar la devastación de una guerra que saca lo peor de las personas y dispara el odio y la violencia hasta límites inconfesables, es inapelable tanto por su pulso narrativo como por una apuesta visual envolvente y unas actuaciones (Pitt, Shia LaBeouf, Michael Peña y Jon Bernthal en especial) destacadas. Para esta película no hay héroes, solo pura demencia.
El problema es que en la segunda mitad la película se vuelve esquizofrénica y hacia el final cae en la épica de un Brad Pitt heroico. En la primera parte el sargento Collier (Pitt) le repite al novato Norman (Logan Lerman) que "no se trata de ser bueno o malo; se trata de matar al enemigo". Hace de todo, incluso lo obliga a matar a un prisionero de guerra como bautismo de sangre, para que se "haga hombre". Y al final lo convence y el joven echa ráfagas de balas al grito de "malditos nazis". La verdad es que cuesta creerle (Lerman no ayuda para nada) y celebrar la matanza indiscriminada como algo moral y bíblicamente justificable. El personaje de Lerman involuciona: pasa de ser un humano a una máquina de matar y odiar nazis. Divertidos, sus compañeros lo apodan "máquina". Y es un héroe de guerra, claro, porque los nazis incluso se matan a sí mismos en varios momentos de la película; no tienen, parece sugerir la película, los códigos de guerra que sí tienen los americanos.
El retrato de la primera mitad de la guerra como algo nada heroico y más bien traumático, se va desdibujando progresivamente hasta que la película, probablemente por un indeleble sello hollywoodense, termina quedando bien con Dios y con el diablo.
Si hay un problema en Corazones no es cinematográfico sino conceptual: Ayer se debate entre la crudeza y lo heroico hasta el final. No termina por elegir ninguno de los dos extremos y se decanta por un final explosivo pero ambiguo. Probablemente se le haya cruzado por la cabeza aquella frase de Stanley Kubrick sobre La lista de Schindler, que decía que no se puede hacer una película sobre el Holocausto desde el triunfo, que algo así solo se puede contar desde el fracaso.
Lo mejor de la película aflora cuando ésta deja de lado su preocupación creciente por justificarse y se limita a exponer las consecuencias de la guerra, o a plantear situaciones de alta tensión.
Brad Pitt, que oficia también como productor, no está al nivel de Bastardos sin gloria pero ejerce un destacado rol de agresivo líder antinazi. Y su buena performance ya no sorprende: a excepción de El abogado del crimen, en los últimos años cuesta encontrarlo en un proyecto que no sea de muy bueno para arriba.
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CORAZONES DE HIERRO (***)
Título original: Fury. Dirección: David Ayer. Guión: David Ayer. Fotografía: Roman Vasyanov. Música: Steven Price. Con: Brad Pitt, Logan Lerman, Shia LaBeouf, Jon Bernthal, Michael Peña, Xavier Samuel, Scott Eastwood, Jonathan Bailey, Branko Tomovic, Adam Ganne. Estados Unidos 2014.

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