A. LALUZ
En un acto realizado ayer a media tarde en el Auditorio Nelly Goitiño, asumió el nuevo Consejo Directivo del Sodre, que está integrado por Fernando Butazzoni (presidente), Jorge Bruni (vicepresidente), quien estará en el cargo a partir de abril, y Ariel Cazes (vocal).
Con un tono distendido, coloquial, los discursos oficiales apuntaron a un balance muy genérico de la gestión anterior, donde se puso especial énfasis en la concreción casi total de las obras del nuevo Auditorio Nacional, y su valor simbólico en la historia del instituto. Por otro lado, también se esbozaron las macro líneas y principios que orientarán el trabajo de las nuevas autoridades.
La Dr. Azucena Berrutti, presidenta saliente del instituto, elogió en sus palabras el acompañamiento de quienes consideró "amigos del Sodre", con los cuales fue posible llevar adelante la gestión de este último año. En ese sentido, aclaró que al momento de asumir el cargo no era consciente de la dimensión del desafío. No obstante, y pese a la reticencia que manifestaron al principio algunos sectores del organismo, el balance final es positivo. "Estoy satisfecha por el trabajo realizado", subrayó. Una evaluación que se sustenta en el proyecto del Auditorio Nacional, y, como lo confirmaron a El País fuentes extra oficiales, en el resultado favorable que dio la revisión en los criterios aplicados a la administración del presupuesto.
Fernando Butazzoni, por su parte, no adelantó mayores detalles sobre el programa de trabajo del Consejo que preside desde ayer, ni de cuál es su percepción del complejo estado de la institución. En su lugar señaló que esta gestión pondrá especial énfasis en la profundización del carácter nacional de las propuestas del Sodre. De esta forma, todas las actividades sinfónicas, corales o coreográficas deberán llegar, con sus distintos formatos, tanto a los escenarios de la capital como del Interior del país.
Esta política, que fue definida como una declaración de principios, se apoya en un legado histórico que convirtió al Sodre "en una marca registrada" para la sociedad y en "un activo" para la cultura.
"Es un tesoro de la memoria", enfatizó, que congrega las experiencias simbólicas de muchas generaciones, pero que desde el incendio del Estudio Auditorio en 1971 quedó sistemáticamente postergada en manos de la ineficiencia. Por ello la inauguración del Auditorio se ha convertido en un símbolo muy importante, clave en la proyección al futuro tanto de los cuerpos estables como de toda la propuesta cultural.
En este punto, Butazzoni destacó el valioso apoyo recibido del exterior para completar esta ambiciosa obra. La lista estaba encabezada por el financiamiento del gobierno español a través de la AECID, la gestión de Hortensia Campanella del CCE, y en un capítulo aparte, el valioso trabajo realizado durante varios años por el Cr. Enrique Iglesias.
Finalmente, explicó que la nueva gestión tendrá que sustentarse en la interacción con todos los sectores de la institución, para que el Sodre se reafirme como una herramienta para el diseño de nuevas políticas culturales.