entrevista

Trabajó con Sofóvich, dejó todo por amor y ahora conduce un programa sobre mujeres emprendedoras

La actriz y comunicadora Carolina González habla de su vida en Argentina, los motivos de su regreso a Uruguay, y su programa "Mujeres con poder".

Carolina González.
Carolina González.
Foto: Darwin Borrelli.

Por Nicolás Lauber
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Es actriz, pero hoy se define más como comunicadora. Carolina González fue una de las primeras uruguayas que cruzó el charco para trabajar en producciones argentinas. Llegó a participar en telenovelas y programas de televisión, cambió todo por amor. En Uruguay se encargó de conducir Vía aérea en Canal 5, el magazine Estetic en Canal 4 y programas del verano como Lo mejor de Punta, y Lo mejor del Verano, para canal 7 de Punta del Este. Para ese canal, y desde hace tres años conduce Mujeres con poder (domingo a las 18.00) donde visibiliza y difunde el trabajo de emprendedoras de distintos ámbitos. En esta entrevista con Sábado Show, Carolina González habla de su carrera a dos orillas, el trabajar con Gerardo Sofóvich y cuenta de sus ganas de hacer teatro en Uruguay.

—Eras actriz de teatro en Uruguay, y a mediados de 1980 fuiste a probar suerte en Argentina.
—Exactamente. Acá había hecho Vía aérea en Canal 5. Estudié teatro con Alfredo de la Pena, crucé a Argentina y Pablo Rago me da la oportunidad de ir a los estudios en Martínez porque necesitaban para hacer un bolo de una mesera. Era para la telenovela Amándote que protagonizaba Arnaldo André. Fui, me dieron ese bolo y después quedé en los 365 capítulos. Entré como mesera y terminé siendo la dueña de la cafetería, y me metía en los problemas que tenía la telenovela. Mientras trabajaba ahí me llamaron para Detective de señoras, una miniserie creada por Hugo Moser. También fui ayudante de Mirtha Legrand, pero muy poco porque me llamó Sofovich para hacer La noche del domingo de Gerardo Sofovich, y ahí me quedé en el programa. Era la secretaria, lo que después fue Panam. Hice teatro en Corrientes con la gente de Brigada Cola que se llamaba Power Rangers, yo era la rosada. Esos son mis años de recorrido.

Carolina González.
Carolina González.
Foto: Darwin Borrelli.

—¿Conocías a Pablo Rago?
—Sí, estaban haciendo Clave de sol y sabían que en Amándote necesitaban una mesera. Me propuso y nos fuimos. Me acuerdo que era un jueves, y me acuerdo porque ese fin de semana volvía a Montevideo, porque yo había ido de visita a Buenos Aires, no a buscar trabajo. Me animé, me presentaron a Raúl Lecouna que era el productor de Amándote, me sacaron fotos, hablamos un poco y volví. El viernes me llamaron, me tomé el Aliscafos y llegué el lunes. A las siete había que estar en el estudio de Martínez y me sentía como una paisana, porque estaban todos en maquillaje y yo no sabía ni qué hacer. No había nadie de mis conocidos, porque ahí no trabajaba Pablo.

—¿Y películas?
—Me contrataron para Los Extermineitors 2 que protagonizaron Guillermo Francella, Emilio Disi y Beatríz Salomón, pero me fui al segundo día de grabación porque me asusté. La película tenía muchos efectos explosivos, hacía de una ninja y el traje era todo de lycra, y en una escena una de las chicas se prendió fuego porque le saltó una chispa. Eso me impresionó y no fui más. Tuve problemas con el contrato, pero no me importó nada.

—Volviste a Uruguay a inicios de los noventa, ¿por qué?
—Porque, o seguía en el mismo ambiente, o cambiaba mi vida. Conocí a una persona, regreso a Uruguay, me caso y tengo una hija.

Carolina González.
Carolina González.
Foto: Darwin Borrelli.

—Así que cambiaste todo por amor.
—Cambié todo por amor, claro, pero porque es una vida muy vacía la del artista. Estaba en una edad, tenía 30 años, y era el momento para cambiar. Me habían llamado para hacer la película Tango con Sancho Gracia en España, pero era continuar por ese camino, y renuncié. Me acuerdo que Raúl Lecouna nunca me lo perdonó. Me decía: tenías que haber seguido. Son elecciones de la vida de las que no me arrepiento.

—Pero en Uruguay no es que te quedaste quieta, trabajaste en Canal 4 y Canal 5.
—Sí, en Uruguay pude realizar programas, como el magazine Estetic que se pasaba los sábados de tarde en Canal 4. Hoy hablan todos de la mujer, y yo tuve un programa sobre mujeres hace 30 años. Después en Canal 5 hice Mujer mujer que también se emitió en el canal América de Buenos Aires, como Estetic. Así fue desarrollándose mi vida, pero desde hace un tiempo a esta parte, más vinculada a la comunicación.

—Durante la época que estuviste en Buenos Aires, ¿cómo era trabajar con Sofovich?
—Maravilloso. Tenía una carácter muy fuerte, pero a mí me adoraba. Me decía: “La uruguaya”. Es que hay dos temas en este ambiente, una es hacer lo que te gusta, y otra es hacerlo por necesidad. Siempre que lo hice, fue porque me gustaba. Date cuenta que yo me venía los fines de semana a Uruguay y veían que lo que hacía, me gustaba hacerlo. Entonces, Sofovich, conmigo siempre fue un señor. Sí reconozco su carácter fuerte, pero era la forma de que él llevaba su programa. No le gustaba que no lo escucharan. Yo siempre lo hice porque me gustaba.

—Y tampoco te gusta mucho meterte en polémicas.
—No, prefiero que hablen de mi carrera y no de chismes. Igual, en esa época el único chusmerío era Lucho Avilés, era el que estaba. Nunca me presté a ninguna parte del chumserío, y antes se respetaba un poquito más.

—También había una distancia con los famosos, no se podía acceder a lo que decían o pensaban como ahora con las redes sociales.
—Exacto. Hoy en día todo se promociona con los chusmeríos, el mete lío. Crean la promoción de esa forma. Antes estabas y permanecías si eras bueno, si medías, era diferente.

—Pese a esa vida que tenías en Argentina, renunciaste a todo.
—Sí. Volví, me casé y tengo una hija maravillosa, pero no hacer lo que a uno le gusta, creo que es lo peor que le puede pasar al ser humano. Por eso tengo como eslogan: No dejes nunca de hacer lo que te gusta, al precio que sea. Y fue así. Crié a mi hija y al tiempo retomé el trabajo pero ya desde otro enfoque. El primer programa fue Estetic, también estuve en el canal de la mujer pero tuve que levantar el programa en el canal América porque era la época en la que te pagaban con Patacones, y se me hizo una bola de nieve. Porque te pagaban, y tenías que ir a la provincia para cambiarlos. En definitiva, levanté el programa porque más una deuda que un placer hacerlo.

Carolina González.
Carolina González.
Foto: Darwin Borrelli.

—¿Ahora estás con ganas de volver al teatro?
—Estoy haciendo el programa Mujeres con poder y tengo unas ideas de hacer algo en teatro.

—Imagino que una comedia.
—Claro, por supuesto. Mi fin es dar una alegría, ser solidaria pero siempre dando algo positivo. Ya sea con el programa que hago ahora, que surgió como una idea y se fue transformando, porque hoy es el apoyo a todas las emprendedoras, es un espacio que no tienen a veces, y con el tema de las tablas, la idea es la misma. Dar alegría, pero también un mensaje, y que te vayas con energía para arriba.

—Vivís en Montevideo, ¿el programa lo hacés acá o viajás a Maldonado?
—Lo grabamos en Montevideo porque los estudios de MVD Films están acá. También he grabado en Argentina, porque tengo un lazo muy especial, muchas amigas. Argentina es como mi país. Fueron muchos años. Si me decís con qué país te identificás más, sería con Argentina. Capaz que porque mi papá era argentino, y a veces la sangre llama. Entonces hoy, que mi hija es grande e independiente, decido irme un fin de semana y no vuelvo por una semana, y el programa lo hago desde allá. Son esas cosas que nos dejó la pandemia. Con el Covid la comunicación avanzó muchísimo, amo el Zoom, te lo juro. Todos hablan del covid y las cosas malas, pero miremos lo bueno. Para mí, lo mejor que dejó fue el Zoom, la comunicación. Fue un avance, y fijate que yo soy de la época de la televisión blanco y negro y del fax. Mi generación ha pasado por todo.

—Tenés una carrera de casi cuatro décadas. ¿Qué pensás cuando mirás para atrás?
—Soy sincera porque a esta altura no miento. Nada es fácil, y es todo proponérselo. El hacer lo que a uno le gusta, contra viento y marea, yo lo logro. Porque sino no es vida. Vos podés vivir para trabajar, criar chicos, pero a esta altura de mi vida mi hija está grande y ya tiene su vida hecha. ¿Qué voy a hacer, quedarme, leer libros? No, si puedo seguir dando, lo voy a hacer. Para mí, es un logro impresionante porque no es la misma energía de los 30 años, pero la saco. Más energía y alegría me queda reflejada en otras personas, en que les estás dando una mano y la oportunidad para que vengan al programa, que hablen de su actividad, presenten sus productos. Que sientan que son escuchadas. Eso, para mi es ganar. Y la verdad es que en el programa hago de todo, producción, ventas, conducción, todo. A veces la venta no es buena pero lo bueno viene por otro lado. Lo que te enseña la vida, lo que me dejó, es que los problemas a veces vienen solos. Entonces, que vengan y los resolvés, pero mientras puedas, hay que poder enfocarse para proyectar y hacer lo que te gusta. Eso es fundamental.

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