Sofía Rodríguez: la rispidez con Carballo, la experiencia traumática que vivió y su trabajo más insólito

Redacción El País
Cada tarde después del colegio, Sofía Rodríguez merendaba mirando Causa común, el programa de María Laura Santillán. La idolatraba y soñaba con ser como ella. También se fascinaba con las señales internacionales de noticias y fantaseaba con conducir un noticiero.

Estudió Ciencias de la Comunicación y, en paralelo, comenzó a trabajar en Radio Sarandí, donde aprendió de figuras como Sergio Puglia, Gerardo Sotelo, Jaime Clara e Ignacio Álvarez.

Fue pasante en Todo Punta (Canal 4), e hizo de todo: desde servir café hasta tirar cables. Luego llegó la oportunidad de producir Los viajes del 12, el recordado ciclo de Julio Alonso.

Más tarde debutó como panelista en Desayunos informales (Teledoce) y luego pasó a Canal 4, primero en Algo Contigo y después como conductora de Maybelline Model y Vespertinas, junto a Adriana Da Silva y Valeria Tanco.

Volvió a Canal 12 como investigadora de ¿Quién es la máscara? y su última aparición televisiva fue fugaz, en Ahora Caigo Celebrity (Canal 4).

El 29 de setiembre cumplió 44 años, y por ese motivo repasamos cinco curiosidades de la periodista, conductora e influencer.

VALERIE MACON/AFP fotos

Antes de consolidarse en los medios, Sofía Rodríguez trabajó durante las mañanas en una agencia marítima, mientras estudiaba Comunicación y comenzaba su carrera en radio. Su tarea era asistir al armador de buques de pesca de merluza negra, un trabajo que, aunque no tenía relación directa con su carrera, le resultaba apasionante.

“Tenía que preparar los barcos para mareas de hasta 180 días. Iba al puerto a pagar jornales vestida de ‘Cholito’, a sacar permisos de pesca, entender la ubicación de la merluza, los elementos de seguridad”, recordó en El Living (Canal 5). Por las tardes trabajaba en Radio Sarandí, donde hizo escuela, y a la noches asistía a clases en facultad. “Fue una etapa superenriquecedora”, dijo.

En una entrevista con Búsqueda, la comunicadora confesó que le tiene “pánico a los médicos” y que evita los hospitales porque cada vez que entra le sudan las manos. El temor, explicó, se origino a raíz de una experiencia que arrastra desde que llegó al mundo: “Nací con un problema congénito en el oído. Hasta los siete años no sabían qué tenía y me supuraba el oído todas las semanas”.

Finalmente, un especialista descubrió que la piel del tímpano estaba deteriorada y debieron reconstruírselo. “Fue un evento traumático. Tenía toda la cabeza vendada y me tuvieron que cortar el pelo”, recordó, y admitió: “Me aterra el dolor y el sufrimiento. Me encantaría morirme durmiendo”.

A su fobia a los médicos, se suma un temor que la desestabiliza por completo: el miedo a volar. Y no es infundado. “Cuando se estrelló el avión de Austral en Fray Bentos yo estaba viajando a Buenos Aires”, recordó en diálogo con Búsqueda. Aquel vuelo fue una experiencia traumática. Viajaba junto a su familia y el avión no dejaba de moverse.

“Mi hermana rezaba y yo pensaba que nos íbamos a caer. El corazón me iba a mil”, confesó. Lo peor llegó después: al llegar al hotel y prender la televisión, se toparon con una placa que anunciaba que un avión había desaparecido. “Fue espantoso”.

Con el tiempo, creyó haber superado ese miedo, pero lo revivió en un vuelo de regreso de Río de Janeiro en 2018. “Se movía sin parar. La gente empezó a gritar. Me había tomado una pastilla para estar tranquila, pero no podía aguantarlo. Le pedí a mi esposo el bolso y me tomé otra”, contó. El susto fue tan grande que, al aterrizar, pasó tres días desencajada.

Foto: Archivo El País

Decidió dar un paso al costado de Algo Contigo, el ciclo que conduce Luis Alberto Carballo, para enfocarse en Maybelline Model y evitar la sobreexposición: temía que su imagen cansara a la gente. “El que mucho abarca, poco aprieta. No me parecía honesto con el público ni con el canal”, dijo en Selfieteen.

Agregó que sentía la necesidad de salir de su zona de confort y probar nuevos desafíos, aunque eso implicara miedo o incertidumbre. Al ser consultada por su vínculo con Carballo, fue sincera: “En su momento hubo una cuestión de incomodidad, pero lo hablamos y está todo bien. Es propio de la vida. Si no, estaríamos todos en nuestro primer trabajo”.

En 2021 enfrentó una semana especialmente dura: en apenas siete días se terminaron Arde la ciudad (Radio Cero) y Vespertinas, los dos programas en los que trabajaba. “Fueron días complicados. Lo de la radio fue más brusco porque no nos pudimos despedir de la audiencia. Me dio mucha pena”, contó a Sábado Show.

“Con Robert Moré y Nicolás Núñez nos hicimos amigos, se me caían las lágrimas de reírme en cada programa. Que se terminara Arde me tocó el corazón”. Contó que los primeros días se aisló en su casa para encontrarse: “Venía viviendo a 2000 kilómetros por hora y de la nada fue: ‘¿Ahora qué hago?’”, recordó. “Lloré al final de Arde y tuve unos días de retraimiento. Lo que más dolió fue no compartir más con mis amigos”.

Ese mismo jueves le confirmaron el final de Vespertinas, por Canal 4. “Fue muy difícil perder dos trabajos en una semana, pero a partir de ahí se reactivaron trabajos en redes y me llegaron propuestas buenísimas. Siempre digo que tengo un angelito de la guarda: cada vez que se termina algo, aparece otra cosa”.