Roma, segunda temporada

| Con el desafío de contar la historia más desde la esencia humana que desde los hechos conocidos, la serie vuelve a HBO.

La primera temporada concluyó con la muerte del César (Ciarán Hinds). Corría el año 44 Antes de Cristo y el Imperio quedaba sin su impulsor. En su segunda temporada, que se estrena mañana a las 22 horas por HBO, Roma retoma la historia en los minutos, horas y días más tensos que siguieron a la muerte del emperador, pero con una diferencia respecto a la temporada anterior. Esta última había posado sus ojos en los hechos históricos como prioridad, la que comienza este domingo asumió como desafío poner en primer plano el drama humano, lo que pasó con la esencia humana a partir de los acontecimientos históricos. "En un nivel más amplio, la segunda temporada de Roma es acerca de todo aquello que pasa cuando el padre muere. El hombre alrededor de quién el mundo gira se ha ido y ahora, ¿qué harán sus hijos?, ¿qué harán sus sucesores? A nivel político es una intensa lucha de poderes, pero a nivel personal es también una intensa lucha por continuar sin la figura central", explica Bruno Heller, productor ejecutivo de la serie y también autor de varios episodios de la nueva temporada junto a John Milius y William Macdonald.

La idea de encarar este segundo año por el lado de la psicología de los personajes y por cómo ésta incidió en la historia que todos conocemos, obligó a los guionistas a imprimirle un nuevo giro a personajes que traen como complejidad adicional el hecho de ser tan conocidos y recreados cuando hablar del Imperio Romano se trata. Para ello se buscó llegar a un equilibrio entre las expectativas del público, derivadas de personificaciones anteriores, y el mencionado acercamiento más natural a los personajes. "Una de las formas más acertadas de ser auténticos es adentrándonos en la moralidad romana. Nosotros no podemos imponer un punto de vista judeo-cristiano de este mundo. Pudiéramos no estar de acuerdo con la forma cómo los romanos miraban el mundo, pero lo cierto es que ellos eran bastante más brutales y sin escrúpulos que nosotros. Ellos eran bastante directos en sus actitudes sobre la sexualidad y la conquista: cuando alguien quería algo, simplemente salía y lo obtenía", dicen Heller y otra figura fundamental del equipo, el consultor histórico y coproductor Jonhatan Stamp.

NUEVOS INGREDIENTES. Sin descuidar los detalles que hicieron exitosa a la primera temporada, los productores debieron ir en busca de ingredientes que hicieran gustosa también a la segunda. Uno de ellos fue la religión. El abordaje fue sutil y se dio a través del avance del monoteísmo, que llega a Roma por medio de la comunidad judía de la ciudad, que en la serie se reflejará en el personaje de Timon (Lee Boardman). "Aún cuando estamos en la era pre-cristiana, está en el horizonte. Existen indicativos que muestran la existencia de una comunidad judía en Roma 250 años antes del nacimiento de Cristo, lo cual la convertiría en una de las comunidades judías más antiguas de la Tierra", señala Stamp.

Otro de los atractivos de la nueva temporada es la nueva visión que introduce sobre una relación de la que se han dicho muchas cosas y que ha sido llevada al cine y la televisión en numerosas oportunidades: el romance entre Marco Antonio (James Purefoy) y Cleopatra (Lynsdey Marshal). "Todo el mundo ha escuchado sobre la relación entre Marco Antonio y Cleopatra -manifiesta Stamp-, pero nosotros hemos plasmado una versión un poco diferente. En nuestra historia, Cleopatra no es la única pasión de Marco Antonio, él también tiene fuertes lazos con Atia (Polly Walter). Esta confusión de sentimientos añade una complejidad bastante interesante en la historia. El elemento crucial es la obsesiva e inmoral desesperación en la que se sumergen Marco Antonio y Cleopatra, creando una relación tóxica que termina consumiéndolos".

ROMA EN ROMA. Conocido por su participación en la realización de El sexo y la ciudad, John Melfi es uno de los productores ejecutivos que se sumaron a la segunda temporada de Roma. Una de sus mayores preocupaciones fue la logística de una serie que se graba en los estudios italianos Cinecittá, que es lo mismo que decir en el lugar mismo donde hace siglos ocurrieron los hechos que se relatan. "El estudio está construido en las ruinas de Roma. La Via Apia está muy cerca. Grabar en la ciudad donde los eventos realmente sucedieron influye en la atmósfera de la producción y te obliga a querer contar la mejor historia posible", remarca Melfi, quien trabajó con un equipo de más de 500 personas en cinco acres y seis estudios de sonido de Cinecittá, separados en dos unidades para poder grabar dos capítulos al mismo tiempo. La idea era ahorrar tiempo y dinero, pero en contrapartida se multiplicaron los dolores de cabeza porque había que sincronizar las agendas de actores y equipo creativo. "El tiempo promedio de la producción de una serie de 22 episodios es de entre 160 y 180 días aproximadamente. Nosotros hemos estado 179 días grabando sólo 10 episodios de la segunda temporada de Roma", cuenta Melfi y aclara que esta serie también se diferencia del resto porque sus episodios son de entre 55 y 60 minutos de duración, cuando los de las demás duran un promedio de 40 minutos.

la historia. Medio siglo antes del crepúsculo de la Cristiandad, Roma ya se había convertido en la ciudad más rica del mundo. Fundada bajos los principios del poder compartido y la agresiva competencia personal, se había creado la República para evitar que un hombre solo tuviera el poder absoluto. En la medida que la clase dominante se volvió extremadamente adinerada, las bases se resquebrajaron erosionadas por la corrupción y el exceso, y las antiguas virtudes de la disciplina espartana y la unidad social dieron paso a un gran abismo entre las clases. Intrigas, corrupción, división entre partidos y lucha para definir los valores colectivos forman parte de este drama de amor y traición que relata los tiempos épicos de la caída de la República y el surgimiento del Imperio. "La naturaleza humana nunca cambia. Hoy en día vemos los mismos problemas -crimen, desempleo, enfermedades y las luchas de movilidad social-, así como la presión para conservar la posición en una sociedad precaria", afirma el productor Bruno Heller.

"Passover" es el título del episodio que inicia la nueva temporada y que nos lleva a los días posteriores a la muerte del César. Esta situación ha causado un intenso caos en Roma. Ahora, el único heredero de la fortuna es Octavio, noticia que hace que Marco Antonio caiga en shock. Esto en cuanto a los personajes reales, en lo que respecta a los creados para la ficción de la serie, el soldado Lucius Vorenus atraviesa la tristeza por la muerte de su esposa Niobe, mientras que en el otro extremo de los sentimientos, Titus Pullo le propone matrimonio a Eirene.

CARAS NUEVAS. Esta coproducción de HBO y la BBC cuenta este año con nuevos guionistas y también nuevos personajes que se suman a los que ya contaron la caída de la República en el primer año, encabezados por los ficticios soldados romanos Lucius Voreno (Kevin McKidd) y Tito Pullo (Ray Stevenson). A ellos se suman los ya mencionados Atia de los Julios (Polly Walker), Marco Antonio (James Purefoy), Marco Junio Bruto (Tobias Menzies), Servilia de los Junios (Lindsay Duncan), Octavia de los Julios (Ferry Condon) y la enigmática reina Cleopatra (Lynsdey Marshal).

Serán diez episodios para recrear lo ocurrido en el Imperio, diez puestas en escena en las que estarán en pantalla más que los hechos históricos que ya conocemos, estarán los sentimientos de hombres y mujeres que fueron protagonistas de una de las épocas más atractivas y cautivantes de la historia de la humanidad.

ATIA DE LOS JULIOS. Sobrina de César. Voluntariosa, astuta, inmoral y sexualmente voraz. En una cultura en la que el sexo femenino no tiene poder, está entre esas mujeres que son la sombra de los gobernantes romanos y eso las hace poderosas.

LUCIO VORENO. La esencia dura de un soldado romano profesional. Honorable y severo, implacable y despiadado con el que se cruza en su camino. Un hombre hosco y pragmático con tendencia a la autolaceración. Viene de perder a su esposa.

OCTAVIA DE LOS JULIOS. Hermana de Octavio. Es bella pero débil de carácter. Es la joya de su madre, Atia, y esconde un gran resentimiento que se cuece a fuego lento bajo el aspecto de una hija obediente. No tardará en mostrar sus garras.

MARCO JUNIO BRUTO. Joven patriarca, arrogante y algo distante. El hecho de que su ancestro Lucio Junio Bruto matara a Tarquin -último déspota de los gobernantes romanos 200 años antes- crea en torno a él expectativas que le son difíciles de llevar.

TITO PULLO. Feroz amante de la vida, posee el coraje y la lealtad de un guerrero y la moral de un pirata. Un hombre de gran apetito sexual y pasiones salvajes. Impulsivo, irreflexivo, optimista, vanidoso, generoso y brutal. Quiere sentar cabeza.

SERVILIA DE LOS JUNIOS. La madre de Bruto y antigua amante de César. Una aristocrática y leal republicana. Sofisticada, elegante y sutil, se considera a sí misma de más alta categoría que Atia en la jerarquía social y pelea por demostrarlo.

MARCO ANTONIO. Tremendamente heroico, guapo y atrevido; amado por sus hombres y adorado por las mujeres. Arrogante e impulsivo, impaciente en cuanto a necedades políticas. Vivirá un polémico romance con Cleopatra, reina de Egipto.

CLEOPATRA. Luego de una noche de pasión con Pullo, la poderosa Reina de Egipto inició un romance con Julio César del que nació Cesarion. Más tarde se casaría con Marco Antonio e intentaría enamorar a Octavio, todo por mantener el poder real.

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