Rapidos Y furiosos

Dom (Vin Diesel), Letty (Michelle Rodríguez) y compañía dan un exitoso golpe en República Dominicana en una atrapante secuencia inicial. Siempre perseguido por la policía, Dom decide volver a desaparecer, pero una llamada lo pondrá de vuelta al descubierto: Letty ha sido asesinada. Para vengarse, entrará al grupo criminal responsable, topándose con Brian (Paul Walkner) que, como miembro del FBI, también tendrá sus razones para infiltrarse. Delincuente y policía terminarán trabajando juntos una vez más, unidos no sólo por sus objetivos, sino también por el vínculo romántico del federal con la hermana del prófugo. Como bien lo saben los seguidores de la saga (ésta es la cuarta película), el argumento es apenas una excusa para que desfilen autos de todo porte y tamaño, midiendo fuerzas y poderío, estrellando carrocerías o superando obstáculos imposibles. La historia entretiene, tiene su lógica y un buen desarrollo. A las actuaciones hay poco que pedirles, lo que más importa es que ellos tengan buenos músculos y ellas bellos cuerpos. A fin de cuentas, los verdaderos protagonistas terminarán siendo los autos. No defrauda y, obviamente, deja la puerta abierta para una quinta parte.

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