¿Quién es "Alta Facha", la tuitera que marca agenda política en redes sociales?

En marzo de 2019, cuando el país entraba en campaña electoral, BMS (las iniciales de su nombre verdadero y lo máximo que está dispuesta a revelar de su identidad) hizo una publicación en Twitter que tuvo sorpresiva repercusión, con muchas interacciones, likes y visualizaciones. Si bien no recuerda muy bien su contenido, supo entonces que desde su álter ego @AltaFachaUy podía dar rienda suelta a sus opiniones políticas y que del otro lado había muchos identificados con su pensamiento y también otros en la vereda opuesta, dispuestos a darle pelea.

Hoy, la cuenta tiene casi 17.000 seguidores y una actividad diaria que a menudo marca agenda en la red social del pajarito y de las discusiones en hasta 280 caracteres.

Madre de dos hijos, militante esporádica del Partido Nacional, BMS accedió a contar algo más de su vida y de su pensamiento político con la condición de no revelar su identidad, ni salir en fotos frontales. “Hay mucha gente jodida en las redes y no me gustaría verme expuesta en sus manos”, argumenta.

“Alta facha” surgió como un juego entre “la facha” como apariencia física y “facho”: una referencia a “fascista” que los militantes de izquierda suelen propinar a sus oponentes de la derecha. “Me pareció divertido”, considera la tuitera quien frecuentemente apela al humor y a los memes en sus posteos de contenido político.

BMS no se considera una defensora intransigente del gobierno multicolor de Luis Lacalle Pou más allá de que obviamente lo votó y militó por él desde la lista 71.

“No aplaudo todo. Hay cosas, como el manejo actual de la seguridad que no me gusta. Veo cierta pasividad y así lo expreso”, asegura y se apena porque dice tenerle respeto y cariño al ministro Luis Alberto Heber, uno de los líderes de la 71.

“Mi cuenta de alguna forma, es una manera de militar. No estaré parada en un semáforo repartiendo listas, pero desde este lugar, milito también. Capaz que da la sensación de que mi cuenta puede ser manejada por varias personas o automatizada (me lo han dicho), pero soy yo solita con mi celular, tuiteando desde la fila del supermercado, en la sala de espera del dentista o en algún rato libre. Desde donde y cuando se presente la oportunidad”, comenta.

A pesar de que su familia es de extracción colorada, “Alta facha” se unió muy temprano en la adolescencia a la lista 71 del Partido Nacional. Era el año 1989. “No me preguntes por qué, pero me sentí atraída por esa agrupación”, cuenta y revela que ha participado de reuniones y militado pero sin mayor dedicación ni figuración.

Vive la política con pasión, lo que la ha llevado a tomar una medida drástica: tiene familiares votantes del Frente Amplio, pero con ellos no habla del acontecer del gobierno y la oposición. “Es una norma. Me ha pasado de irme de cumpleaños porque alguien saca el tema político. La discusión llega a tal punto que digo: “nos vamos”. Por eso, desde hace un buen tiempo, la política no se toca en reuniones sociales y familiares”.

En la red del pajarito, otro es el cantar. “Otra cosa es discutir a través de las redes sociales cuando desde el anonimato se plantean los debates. Pero con familiares y amigos, prefiero no hacerlo”, agrega.

Conocedora del mundillo Twitter, BMS suele lanzar disparadores para la discusión, en especial con una posición muy crítica hacia la oposición del Frente Amplio. “Más que nada pongo preguntas o comentarios en base a alguna noticia o información de portales. Me gusta informarme y me gusta preguntar”. A partir de allí comienzan las interacciones: desde la cuenta @AltaFachaUy, BMS está dispuesta siempre al diálogo “con respeto”. “Si hay insultos, bloqueo o silencio”, asegura y desconoce la cantidad de bloqueados que tiene. “Son muchos, perdí la cuenta”.

Esta semana, por ejemplo, BMS se preguntó por la suba del boleto en Montevideo interpelando a la intendenta Carolina Cosse, compartió una publicación sobre un presunto aumento del sueldo para Lula da Silva e hizo capturas sobre lo auspicioso que, al parecer, marcha la temporada turística. También comentó en tono crítico las vacaciones de Fernando Pereira en José Ignacio.

Los hashtags favoritos de “Alta facha” están todos dedicados a los simpatizantes del Frente Amplio y son: #DatoMataRelato, #AsíSon y #YoNoMeOlvido.

“No todos mis seguidores están de acuerdo conmigo”, aclara y añade que tiene un porcentaje (“bajo”) de seguidores de izquierda, entre ellos algún “referente”, que prefiere no nombrar.

Además de a la maternidad, BMS se dedica a trabajar en el rubro inmobiliario. Estudió marketing. Vive en Pocitos, pero de inmediato aclara: “También tuve épocas de vivir al norte de Av. Italia. Muchas veces me dicen que me hace falta un baño de realidad y la verdad que lo tuve a lo largo de gran parte de mi vida. No siempre estuve en la buena”, comenta.

En el gobierno, hay un ministro y un director de una repartición que conocen la identidad de “Alta facha”. “Se la dije porque fueron muy atentos cuando les escribí pidiendo información o datos y me parecía de orden no seguir desde el anonimato la comunicación con ellos”, comenta.

El presidente Lacalle Pou no la sigue, pero ha interaccionado con ella en varias oportunidades. “Le he escrito por privado varias veces con consultas puntuales y responde”, asegura. Personalmente, lo cruzó en alguna oportunidad pero como una simpatizante más.

“Lo he visto en actos o reuniones políticas. Nunca me saqué una foto con él, como sí lo hicieron mis hijos. No lo conozco personalmente, ni tengo su celular, como a veces fantasea la gente, que tengo línea directa. No la tengo con él, ni con los ministros, ni con nadie”, dice BMS.

Lorena Ponce de León sí la sigue y con ella ha tenido varios intercambios a través de la mensajería privada de Twitter. “Desde la separación, ella está menos activa en redes sociales y no hemos hablado”, asegura “Alta facha”, quien agrega que no la consultó por los motivos de la ruptura. “Trato de no involucrar los asuntos personales”, dice.

Por el momento, BMS descarta un involucramiento mayor en la política más allá de su militancia virtual. “No pretendo nada de la política a nivel personal y tampoco me puedo comprometer al nivel que muchos sí pueden”, comenta.