ENTREVISTA
Venezolana de padre uruguayo, la periodista forma parte de la cadena Univision Network, con sede en Seeatle, Estados Unidos. Además, está al frente del podcast Power moment.

La periodista Paula Lamas está instalada en Estados Unidos desde hace 20 años. Actualmente forma parte de la cadena Univision con sede en Seeatle y además, está al frente del podcast Power moments, un ciclo de historias de superación nacido en plena pandemia.
Aunque venezolana de nacimiento, su vínculo con Uruguay es sumamente estrecho y no solo porque su padre es oriental. Pasó la gran mayoría de sus vacaciones de la infancia en Montevideo.
“Tengo muchos recuerdos grabados: los aromas, los sabores. Cerca de la casa de mi abuela había muchos árboles de jazmín. Hasta el día de hoy, siento el olor a jazmín y me llega la calle donde vivía mi abuela en El Prado”, asegura Lamas.
La comunicadora se desempeña actualmente como presentadora en Univisión y si bien lleva 25 años sin visitar Uruguay (tenía un viaje que se troncó con la pandemia), sigue el día a día de la actualidad nacional y además, es columnista del programa radial Monte Carlo a sus órdenes, en Radio Monte Carlo. Espera aterrizar pronto en Carrasco.

-¿Cómo definirías tu vínculo con Uruguay?
-Más allá de lo sanguíneo por mi papá, pasé las vacaciones de mi infancia en Montevideo. Para mí Uruguay era sinónimo de alegría y libertad. Esa libertad que en Venezuela no tenía de jugar en la calle con mis primos. Veníamos siempre hasta que mis padres se separaron. La última que pisé Uruguay tenía 18 años.
-¿Cómo empezó tu vínculo con los medios?
-También hiciste carrera como modelo y aspiraste a ser Miss Venezuela…
-Es verdad. Mientras estudiaba empecé a trabajar como modelo en una agencia en Caracas. Comencé con clases de modelaje e hice varios comerciales en aquel entonces. También participé de telenovelas, algo que nunca me había imaginado. Creo que aquellas actuaciones me prepararon para lo que vendría después en mi carrera en la televisión. Yo estaba fascinada con ese mundo nuevo. Conocí a mucha gente vinculada a la industria del cine en Venezuela y también a la fotografía. Estudié producción televisiva y locución. Yo quería aprender de todo, además de seguir en la Universidad. En Venezuela, en aquel tiempo, estar en TV era bien importante para concursar en el Miss Venezuela, lo que, como a toda chica de mi generación, era un sueño.
-¿Llegaste a participar?
-Casi. Me invitaron a participar y comencé la preparación. Estamos hablando del año 1999 y la idea era que concursara al año siguiente. El proceso estaba muy profesionalizado, e incluía entrenamiento en muchísimas disciplinas. Lo empecé con mucho entusiasmo y, según los medios, estaba entre las favoritas. Pero en 2000 llega al poder el difunto (NdR: Hugo Chávez) y las cosas se empezaron a complicar. Mi padre dijo: “Yo me voy porque esto ya lo viví”. Él había pasado por la dictadura uruguaya y por ese motivo se había exiliado en Venezuela. Mi madre también tomó la misma determinación porque tenía vínculos con militares que estaban en contra del gobierno de Chávez. Por eso estamos aquí en Estados Unidos desde hace más de 20 años.
-¿Y te quedaste sin corona?
-Me quedé sin concursar y sin volver a pisar Venezuela desde entonces. Fuimos de los primeros en irnos del país por motivos políticos. En ese momento en Estados Unidos no la comunidad venezolana y era muy raro que en los medios hubiera venezolanos. Yo no llegué, además, con la mentalidad de emigrar. Con mi madre veníamos, supuestamente por un tiempo, con la expectativa de regresar a Venezuela, una vez que se hubieran arreglado las cosas.
-¿Cómo fueron aquellos tiempos?
-Difíciles. Estábamos viviendo en un hotel en Miami y tuve una depresión e incluso aumenté mucho de peso. Un día salimos a caminar con mi madre y en el centro comercial nos encontramos con mi tía y mis dos primitas chiquitas. Nos pusimos a llorar porque no sabíamos que estábamos en la misma situación. No sabíamos que ella había también salido de Venezuela. Un día me dije que no podía pasarme llorando y salí a conseguir trabajo. El primero como host en un restaurante hasta que tuve una oportunidad en una radio, primero en producción y luego saliendo al aire.
-¿Cuál fue tu primera oportunidad en TV?
-Nunca tuve padrinos, ni palancas. Nadie me regaló nada. Después de varios años de radio sentí que había llegado a un techo. Renuncié y empecé a tocar algunas puertas en canales de TV. La primera que se abrió fue la de un canal muy chiquitito, que se llama Tele Miami. Ahí empecé a hacer noticias. Poco a poco fui avanzando hasta que un día me propone que envíe mi material a CNN porque la cadena estaba buscando personal en Miami. Lo hice sin mucha expectativa y a las 3 horas me llamaron. Pensé que era una broma. Al otro día me presenté y me dijeron: “Vamos a hacer una prueba que va a ser en vivo”. Así me dieron una noticia de Justin Bieber, me preparé en unos minutos y salí al aire nomás. Cuando terminé, me dijeron: “Te puedes quedar”. Empecé con espectáculos y luego fui presentadora de noticias hasta que tuve un ofrecimiento en 2015 de Univisión, donde estoy hasta el momento.
-¿Cómo surgió Power moment, tu ciclo de podcast?
-Con el tiempo volví a sentir la necesidad de hacer radio, como en mis comienzos en Estados Unidos. Ese fue el motor. Luego me rodeó de un equipo maravilloso en producción y en lo musical y lo lanzamos. Presentamos el show el Día de acción de gracias que en Estados Unidos se celebra intensamente. Me pareció una manera de dar las gracias a todos los que me apoyaron.
-¿Qué es Power moment para quien no lo escuchó?
-Todos tenemos una historia de superación que contar. Se trata de rescatar la resiliencia que tenemos; ese superpoder escondido que nace en el momento preciso. De eso se trata el podcast.
-¿Cuál es tu visión de la situación en Venezuela? Se generó un momento donde parecía que la oposición, encabezada por Juan Guaidó, torcer el rumbo del país pero luego se descomprimió…
-El régimen venezolano está siguiendo el modelo que se ha utilizado mucho en Cuba e implica un juego psicológico muy importante. Te dan esperanza, pero después te la quitan. Y en cada uno de los duelos que vas sufriendo, vas perdiendo la esperanza. Eso está pasando en Venezuela. Si me preguntas sobre le futuro, creo que esto va para largo. Nosotros subestimamos al chavismo. Hoy se ha convertido en un narcogobierno, involucrado en múltiples delitos internacionales. Va a ser muy complicado terminar con ese círculo vicioso. Ojalá yo lo vea. Me encantaría volver a Venezuela, pero a una Venezuela libre.
-¿Y a Uruguay has pensado volver, de visita?
-Me encantaría. Tenía todo previsto para viajar en 2020 pero por la pandemia debí cancelarlo. Esperemos pueda organizarme próximamente para ir.