"Nunca es tarde para emprender"; el empresario que a los 84 años reflotó la nueva Radio Clarín

Everlí Rodríguez, muy conocido por sus emprendimientos en la noche (Parador del Cerro, Makao, Flamingo), se estrena como gestor de un medio de comunicación.

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Everli Rodríguez.
Foto: Francisco Flores.

Redacción El País.
El empresario Everli Rodríguez (84 años) junto a su socio Leonardo Guzmán están al frente de la nueva Radio Clarín (AM580) en el amanecer del dial. La emisora mantiene su impronta histórica, de difusión de música típica y folclórica para “toda la cuenca del Plata” pero de a poco sus nuevos administradores van aplicando cambios para renovar la propuesta. Para empezar, tiene nuevos espacios y nuevo locutor: Guillermo Trasante. En entrevista, Rodríguez cuenta los planes para la emisora.

—¿Cómo surgió la iniciativa de hacerse cargo de Radio Clarìn?

—Yo estaba jubilado. Antes de la pandemia estaba haciendo algo parecido a lo que hacíamos en Makao en un local en el Parque Rodó. Pero con el coronavirus cerramos y fueron años difíciles, no solo para mí, para todo el mundo. Tengo un campito y me dediqué a eso. Pero no es lo mío: yo he estado toda la vida vinculado a la noche, a los espectáculos, he sido un vendedor de diversión y alegría toda la vida.

—La radio se inscribe en un volver a eso...

—En parte sí. Nos enteramos en cierto momento que iban a entregar la onda. Se produjo un llamado y quedamos primeros. Pero después, cuando fui a negociar con los dueños anteriores, no llegamos a un acuerdo por el precio. Pasó el tiempo hasta que sí hubo arreglo y tomamos la administración.

—¿Cuáles fueron los primeros pasos?

—Nos mudamos con los estudios a la torre de oficinas del Victoria Plaza. Renovamos tecnológicamente toda la radio. En la programación estamos haciendo algunos retoques para que actualizar la radio sin perder el carácter y la personalidad de una radio tradicional del país. Somos la nueva radio vieja.

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—En el proceso de venta, ¿dejó de salir al aire?

—No, nunca. Siempre estuvo funcionando. En algunos momentos lo hizo en la modalidad automática. Hay un público interesante. A pesar de estas circunstancias, estamos quintos en audiencia, según la medición más reciente.

—¿Es tu primer medio de comunicación?

—Sí. Lo mío siempre fue la noche, los boliches y fiestas. Ahora tengo 84 años y ya no estoy para esos trotes, pero la radio me tiene muy entretenido. Mi mujer me quiere mandar al psicólogo pero lo que yo digo es que nunca es tarde para hacer algo nuevo.

—Hablabas de cambios para renovar la propuesta, ¿Qué implica esa renovación?

—Incorporamos a un locutor, Guillermo Trasante, que es muy joven pero tiene un color de voz muy apropiado para esta emisora. En breve vamos a sumar al maestro Julio Frade a la programación, que es un artista que va mucho con la música y con el público de nuestra emisora. Incluimos las editoriales: la radio da su opinión a las 12:00 del mediodía sobre los distintos temas de actualidad. Eso es una innovación: El doctor Leonardo Guzmán es el autor de las editoriales, que han sido muy bien recibidas. El público en la radio y mucho más en esta radio es muy celoso con la emisora porque está identificado. Si movés el horario de un programa aunque sea media hora nomás, empiezan a llegar los mensajes preguntando qué pasa. En la tarde empezamos con temas a pedido de la audiencia y ha impactado muy bien.

—¿Cuál va a ser el rol de Frade?

—Va a presentar música para la familia y también música del año 1990 a 2000. No va a poner solo tangos, sino que se abre el abanico para temas populares en español, como canciones de Isabel Pantoja, por ejemplo. Tenemos también previsto incorporar a un DJ en vivo poniendo música. Estoy entretenido.

—Tu trayectoria estaba vinculada a los establecimientos gastronómicos o boliches. ¿Cómo se inició?

—Yo trabajaba en Ancap. Era operario en la refinería de La Teja. Me enteré que había una licitación para el Parador del Cerro y me presenté. Tenía 23 o 24 años y ninguna experiencia en el rubro, pero no se presentó más nadie. Así empecé a trabajarlo: primero yo solo y después fui armando equipo. Comencé con los espectáculos, las cenas show y me fue muy bien.

—El final de la concesión fue un poco polémico...

—No. Cuando asumió Tabaré Vázquez en 1990 quiso ordenar el asunto porque yo estaba con un contrato precario. Vino un señor de la Intendencia y me habló de que tenían planes de hacer una carnicería municipal, una venta de autos municipal y no sé qué otros emprendimientos. Al final, lo único que hicieron fue echarme a mí. Lo administraron ellos y les fue mal. Ahora, después de 20 años cerrado, lo demolieron el año pasado. Dicen que van a hacer un centro cultural. Ojalá les vaya bien.

—En paralelo empezó tu etapa en el Hotel Oceanía...

—Sí, yo vi que en cualquier momento me sacaban del Parador del Cerro y apareció la oportunidad de comprar el Oceanía y ahí hicimos un montón de cosas, con el Salón Makao y con New York. Después vino la etapa del Salón Flamingo, que era el centro de referencias de las fiestas. Me ha ido bien. Cada lugar tuvo su etapa, su momento. Los negocios son una mezcla de trabajo y oportunidad en el momento justo. Supe combinar esas cosas. Ahora en la radio espero que me acompañe nuevamente esa receta del éxito.

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