Norte y Sur: Guillermo Francella

| En el Norte, filma la ópera prima de Carlos Cuarón, para la que fue elegido entre más de 40 actores argentinos. En el Sur, estrenó Incorregibles, una de acción con Dady Brieva.

Por: Analía Filosi

Es sábado, día de descanso en la filmación de Rudo y cursi. Guillermo Francella se encuentra en el hotel en el que se aloja en el D.F. (México) durante las, en principio, nueve semanas que dura el rodaje de esta ópera prima de Carlos Cuarón -guionista de Y tu mamá también y hermano de Alfonso- a la que el actor accedió luego de haber pasado por una audición en Buenos Aires. "Hacía mucho que no auditaba, desde adolescente", recuerda telefónicamente pocos días antes de hacer una escapada a Argentina para presentar la otra película que filmó este año, Incorregibles. "Este año se me dio algo que hacía mucho que no se me daba, que fue filmar en febrero y ahora estar filmando en junio en México otra película, de otro tenor. Pero no abundan este tipo de propuestas o no abundan buenos guiones. No es tan sencillo encontrar una continuidad cinematográfica", cuenta un actor acostumbrado a los éxitos de taquilla en la pantalla grande. "El otro día hacíamos las cuentas de cuatro películas que hice -Un argentino en Nueva York, Papá es un ídolo, Un día en el Paraíso y Papá se volvió loco- y fueron 5 millones y medio de espectadores sólo en Argentina. Algo pasa con las películas que hacemos", dice con orgullo de esa sociedad exitosa que mantiene con Argentina Sono Film y sus responsables, Luis Scalella y Carlos Mentasti. Por eso se muestra confiado con lo que podría ocurrir con Incorregibles en su país, donde se estrenó el pasado jueves.

REHÉN. "La vi en doble banda cruda-cruda, es decir sin musicalizar ni sonorizar, por lo que perdés muchas cosas. A priori, creo que es una película que va a gustar, que va a entretener. Es una película absolutamente sincera, no es pretenciosa", anticipa quien en esta comedia de acción se convierte en Pablo, un hombre de coeficiente intelectual brillante, aunque no lo sabe. Trabaja como cajero en el banco de su suegro, lo que lo lleva a convertirse en rehén de Pedro (Dady Brieva), un hombre devenido ladrón para salvarle la vida a su hermana enferma (Gisela Van Lacke). "Es la primera vez que trabajo con Dady. Nos conocíamos mucho como amigos, en la vida, de eventos, en tapas de revistas, conversando. Fui una vez a su programa, él vino una vez al mío, pero no habíamos compartido esa posibilidad de filmar una película juntos. Fue una muy linda experiencia", rescata de esta pareja que tiene momentos de contrapuntos muy graciosos, pero que también debió estar muy preparada para la acción, las corridas y los tiros. "Es un género que nunca hice. Es más acción, más efectos especiales, más thriller. Las otras películas no tenían esta explosión de efectos, al contrario, eran un poco más intimistas: la relación de un padre con una hija -con Natalia Oreiro en Un argentino en Nueva York-, de un padre con un hijo chico, lo que vive un hombre en el Caribe con una mulata…". En Incorregibles había que estar más atentos a otras cosas. "Hubo varios momentos en que, si bien sabíamos donde estaban las detonaciones, había que caer en el lugar adecuado, correr en el lugar adecuado, sabíamos que a nuestras espaldas había disparos y teníamos que saber sortearlos. Había mucho ensayo para no cometer errores. Lo poquito que vi, salió maravilloso", destaca anticipando un éxito que no imagina con segunda parte. "Nunca hemos hecho segundas partes, pero no porque no fueran buenas, sino porque siempre hemos tratado de estar en una búsqueda diferente y de encontrar algo que nos guste más, no aprovechar la saga. Intentamos no hacer eso, a veces se hablaba, pero a mí mucho no me interesa", aclara sobre sus charlas con Mentasti y Scalella.

PURO CINE. El presente tiene a Francella muy metido en la pantalla grande, con varios proyectos dando vueltas para los que sólo falta tiempo y un guión adecuado. "Pero hay buenos disparadores e historias que me están gustando. En principio tengo ganas de seguir haciendo cine, sea comedia o drama. Cuando yo empecé mi vida profesional, trabajaba en cosas que no eran comedia. Después empecé a hacer comedia y me fue tan bien que ya no querían verme en otro lugar", destaca quien se sabe dueño de la risa pero que no le teme a otros desafíos. Rudo y cursi es un ejemplo, ya que se trata de de un drama.

De todas formas, también sabe que el éxito que tan bien ganado tiene deriva de hacer reír, pero no lo presiona a la hora de elegir futuros trabajos. "En este momento de mi vida no me pasa, no pienso solamente si será exitosa la película o no, no lo mido en esos términos. Busco que haya un buen guión, que me guste quién lo va a dirigir".

SOrPRESA MEXICANA. Fue precisamente el guión una de las primeras cosas que pidió leer cuando lo convocaron al casting para la película de Cuarón. Allí se enteró de que podía convertirse en un contratista que busca y promueve futbolistas para llevarlos a probar a clubes de fútbol del D.F. mexicano. Fue uno más de los más de cuarenta actores argentinos que audicionaron para el film, muchos de ellos primeras figuras. Y el elegido fue él, algo que lo llenó de satisfacción por la forma en que se dio y porque lo lleva a ser parte de una producción de tres directores mexicanos que admira especialmente: Alfonso Cuarón (Y tu mamá también, Niños del hombre), Guillermo Del Toro (Hellboy, El laberinto del fauno) y Alejandro González Iñárritu (Amores perros, Babel). "Siento una admiración muy grande por ellos, por los libros que escriben. Y ahora, filmando acá, me doy cuenta lo que son". Y, como compañeros de elenco, tiene nada menos que a Gael García Bernal y Diego Luna, que hacen de dos de los futbolistas descubiertos por su personaje. "Son muy jóvenes, muy talentosos, muy respetuosos, muy inteligentes, muy profesionales… la verdad es que me dan mucho placer, son chicos de una onda maravillosa. Tienen una disciplina que es admirable, porque son jovencitos y son estrellas, no sólo en su país, sino internacionalmente", destaca el actor de esta experiencia a la que le está sacando el mayor jugo porque podría abrirles nueva puertas en otros mercados. "Fue muy fuerte esto que me pasó, muy movilizante para mí".

TV Y TEATRO. Si bien el cine puede seguir siendo una caja de sorpresas para Francella, en TV son pocas las cosas que lo descolocan tras tantos años de carrera. Por eso es que el éxito de Casados con hijos, lo último que hizo en la pantalla chica, no le resultó inesperado a pesar de que la sitcom no arrancó con buen pie. "Todo el elenco, adaptadores, productores, directores, confiábamos mucho en el proyecto. No es usual que pase lo que pasaba en los ensayos, de carcajearnos nosotros mismos, verlo y morirnos con lo que acabábamos de hacer en 24 minutos de artístico. Sabíamos que era algo muy fuerte". El error estuvo en el horario elegido. "Cuando en enero decidieron repetirlo en el horario adecuado, a las 9 de la noche, fue un boom fenomenal y partir de eso lo pasaban y lo pasaban y lo pasaban… creo que debe tener como una sexta pasada", recuerda de esta historia importada de Estados Unidos que representó durante dos temporadas con Florencia Peña, Luisana Lopilato, Darío Lopilato, Erica Rivas y Marcelo De Bellis. De todas maneras, no cree que haya más temporadas "porque ya no hay libros. Además, creo que hay que cambiar y buscar algo interesante para el día que vuelva a hacer tele". Claudio Villarruel, gerente de Programación de Telefé, le tenía preparado algo para este año pero "me dijo que tenía que hacer la película mexicana y disfrutarla, que ya hablaríamos de TV en otro momento", cuando el rodaje de Rudo y cursi ya sea historia y sólo reste esperar su estreno, previsto para el año que viene. Entonces habrá tiempo para poner nuevamente la cabeza en la pantalla chica o en el teatro, donde viene de interpretar con éxito la comedia musical Los productores, junto a Enrique Pinti. "Hay una cosa dando vueltas, pero no inmediata. Es El joven Frankestein, también de Mel Brooks, que tengo que viajar para verla. Es una expresión de deseo que tenemos con el grupo que hicimos Los productores. Sería la misma producción, dirección y música", adelanta de una idea que recién se empieza a gestar y de la que no puede dar más detalles porque hoy Guillermo Francella es sólo cine: comediante incorregible en el Sur y contratista dramático en el Norte.

Top 5 de taquilla

UN ARGENTINO EN NUEVA YORK (1998): Una adolescente atrevida y bonita (Natalia Oreiro) decide vivir en Nueva York. Su padre viaja para traerla de vuelta a la Argentina, descubriendo que ya no es una niña. Dirección: Juan José Jusid.

PAPÁ ES UN ÍDOLO (2000): Un ex esquiador profesional lleva a su hijo a esquiar a España. Allí reencuentra a su ex mujer (Millie Stegman) y madre del niño, de novia con un esquiador, lo cual remueve su pasado profesional y afectivo. Dirección: Juan José Jusid.

UN DÍA EN EL PARAÍSO (2003): Romance entre un dibujante que se gana la vida como fotógrafo de revistas y una joven (Araceli González) que llega a Buenos Aires desde el Interior para triunfar como modelo y actriz. Dirección: Juan Bautista Stagnaro.

PAPÁ SE VOLVIÓ LOCO (2005): Juan y Ana (Lucía Galán) pasan su segunda luna de miel en el Caribe, acompañados del hermano de Ana y su mujer. Juan se verá tentado por una lugareña. Dirección: Rodolfo Ledo.

INCORREGIBLES (2007): Un hombre (Dady Brieva) roba un banco porque necesita dinero para el transplante de su hermana. Toma como rehén a un cajero que es el yerno del dueño del banco. Dirección: Rodolfo Ledo.

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