Los Álvarez, guitarra y voz

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Nacho Álvarez tenía una veta angelical y otra demoníaca, según él mismo confiesa. En su tierna adolescencia solía cantar y tocar en coros de Iglesia, pero terminado el acto de casi monaguillo, se calzaba la guitarra eléctrica y tocaba rock and roll en algún pub montevideano. Desde ayer, el periodista de Las cosas en su sitio (Radio Sarandí), quiso rescatar aquella faceta y no precisamente la parte de la Iglesia: todos los viernes de mayo presenta junto a su hermana Mariana Álvarez un show de covers en el Bar Tabaré. A dos guitarras, el dúo le pone música y voz a un repertorio que incluye Beatles, Cranberries, U2, Guns n` Roses, Fito Páez o Andrés Calamaro...

"Lo principal es la diversión de juntarnos y hacer algo. Cantamos y tocamos toda la vida, pero nunca hicimos nada juntos", cuenta la hermana, nueve años menor y también periodista, editora de la sección O2 de El Observador. Nacho, sentado a su lado en la entrevista, asiente y agrega: "Va a ser algo muy de entrecasa, muy cálido".

Para el periodista, de 38 años y dos hijos, los shows del Tabaré implican un regreso a la música en público después de 10 años afinando solo en canchas periodísticas, sea con los ciclos televisivos Zona urbana o Pan y circo o su entrega radial de todas las mañanas en Sarandí.

Con una madre profesora de piano, los hijos agarraron el gusto musical, aunque como hobbie. Nacho: "Nunca pensé en la música como medio de vida. Primero, porque soy mediocre, del montón...." E interrumpe Mariana: "Pero tocás muy bien la guitarra". "No, no toco tan bien. Estudié muy poco; tengo oído y cierta facilidad, pero nada más. Además, nunca me dediqué de lleno, siempre tuve claro que mi prioridad era otra".

Para ser hobbie, Álvarez llegó a tocar en varias bandas, con presentaciones en varios boliches; siempre con covers. Las jornadas de trasnoche se terminaron en 2000, año en que Nacho Álvarez dio el sí (en una iglesia) y cuando comenzó a tomar al periodismo más en serio (y viceversa).

¿Era un rockero con conciencia social e ideas de izquierda o uno más bien punk o skin head de ultraderecha? "Ni uno, ni otro. Tuve sí una etapa algo punk, cuando mi banda de culto era The Cure y me sacaba todos sus temas. Pero al mismo tiempo era fanático de U2 y de una banda de "rock adulto" como Dire Straits. El punto es que me gustaba la música, y ni ahí con los planteamientos político-filosóficos".

Mariana lo supera en méritos musicales. Llegó a hacer coros para algunos cantantes; el último fue Jorge Schellemberg en 2006. Pero, igual que el hermano mayor, el periodismo ocupó la prioridad. Dueña de la mejor voz de la familia Álvarez, ese rubro corre por su cuenta mayormente en el Tabaré.

La idea de juntar a los Álvarez surgió hace unos meses de la mente de un amigo común, Mauricio Martínez. Los tres compartían una presentación del humorista Gustaf y allí mismo tiró la idea sobre la mesa.

Se pusieron a ensayar y también a discutir el repertorio. "Tenemos un punto de desacuerdo porque ella dice que soy muy autocrítico", asegura Nacho. Responde Mariana: "En todos los aspectos de su vida es muy detallista. A mí me dicen lo mismo, pero creo que él me supera". Las discusiones se encendieron estos días, pero al fin llegaron a una lista de temas. Al cierre de esta edición tenían todavía el dilema de qué tema utilizar para cerrar el show. Se supone que anoche habrán solucionado tal entuerto....

¿Hermano cuida, liberal o compiche? Contesta Mariana: "La actitud fue cambiando. Fue bastante "cuida" en mi adolescencia, aunque también muy compinche".

Ese mismo compinche, guitarra al hombro, vuelve a los acordes y no le estresa el escenario ni aquello de los perfiles y la imagen pública. Lo último de Nacho: "Soy muy transparente en mi estilo de comunicación; no solo doy noticias, abro mi vida y cuento cosas que me pasan. No creo que la gente se pueda sorprender. No es que van a ver a (Jorge) Traverso con una guitarra eléctrica".