Joaquina: la artista de raíces uruguayas que ganó el Latin Grammy, cantó con Andrea Bocelli y prepara disco

Tiene 20 años y su madre es uruguaya; fue la cantante más joven en recibir el Latin Grammy a mejor nuevo artista y este año cantó con Andrea Bocelli en el Hyde Park de Londres. sobre eso, esta entrevista.

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Joaquina.
Foto: Ignacio Sánchez.

Su madre es uruguaya y en 2023 hizo historia al convertirse en la cantante más joven en recibir el Latin Grammy a mejor artista nuevo. Joaquina, que nació en Venezuela y vive en Miami, tiene 20 años y cuenta con un currículum admirable. Su primer EP, Los mejores años (2022), no solo le permitió ganar el Latin Grammy: también despertó el interés de artistas como Juanes y Aitana, quienes la invitaron a componer con ellos en sus canciones “La versión en mi cabeza” y “Dararí”, respectivamente.

Joaquina está a punto de publicar su álbum debut, del que ya salieron seis sencillos, y viene de cantar como invitada de Andrea Bocelli en el concierto que el tenor italiano ofreció acompañado de orquesta en el Hyde Park de Londres. “Todavía me regreso a ese momento y no entiendo cómo pasó, cómo fue real”, comenta sobre su participación en el concierto con el que el artista celebró sus 30 años de carrera.

Al recordar la experiencia, lo primero que le viene a la mente es compartir el detrás de escena con Hans Zimmer, el compositor de bandas sonoras de películas como El Rey León, Gladiador y Duna, que también fue parte del show. “¡No lo podía creer!”.

Más allá del prestigio que implica cantar “Vivo por ella” a dueto con uno de los tenores más importantes de las últimas décadas, la artista venezolana destaca una escena breve pero profundamente significativa. Miró a su madre, la uruguaya Camila Canabal, y le dijo una frase que aún hoy la emociona recordar. “¿Qué pensaría la Joaquina de hace cuatro años que estaba en su cuarto escribiendo canciones y subiéndolas a Instagram?”, le preguntó. “Seguro se hubiera vuelto loca, así que si me voy a subir a esa tarima lo voy a hacer por esa Joaquina que siempre soñó con que aunque sea una persona la escuchara cantar sus canciones”, recuerda y se le escapa una sonrisa.

Es la 7 de setiembre, y la artista de 20 años está en medio de un paso fugaz a Montevideo. Se encuentra con Sábado Show en un hotel de Pocitos ubicado a tres cuadras del apartamento en el que vive su bisabuela de 98 años, a quien vino a visitar junto a su madre. Mañana temprano viajará a Buenos Aires para un showcase de Best New Artist que organiza el Latin Grammy, y que encabeza tras haber ganado del premio a mejor artista nuevo en 2023.

La cantante, que vive en Miami desde que tiene seis años, atraviesa días cargados. Está terminando de mezclar su disco debut, que se editará el año que viene, y viene de girar junto a Morat como artista invitada a abrir los conciertos de los colombianos en su recorrido continental. También ofreció shows propios en España y Chile, y apenas días después de esta entrevista anunció un concierto en el Lunario del Auditorio Nacional de Ciudad de México.

Entre todas esos logros, la cantante de raíces uruguayas no pierde de vista el inicio de esta historia, cuando en plena pandemia aprovechó que sus clases se hacían por videollamada para componer, grabar y publicar en Instagram sus primeras canciones. Tiempo después estaba estudiando en la Art House Academy & Abbey Road Institute que dirige el productor Julio Reyes Copello —se graduó con dos diplomas, uno de interpretación musical y otro de producción—, y empezó a trabajar en las canciones de Los mejores años, el EP que la haría ganar su primer Grammy.

Hoy que tiene 702 mil oyentes mensuales en Spotify y una carrera que crece a un ritmo vertiginoso, le adelanta a Sábado Show que en su inminente álbum debut habrá lugar para un mensaje dedicado a esa adolescente que daba sus primeros pasos, e incluso recita una frase de la canción: “Juro que siempre voy a proteger esa inocencia de niña, / Poder ser ingenua y realista a la vez, saber caminar esa línea”. Para ella, lo más importante es encontrar el equilibrio entre “ser fiel a la Joaquina de siempre y descubrir cosas nuevas”.

Sobre eso, va esta entrevista.

—“Escapar de mí”, uno de los adelantos del álbum, es una buena fotografía de tu estilo compositivo: es el relato de una mirada interna trasparente y reflexiva. ¿Recordás cómo surgió la letra?

Yo soy muy conceptual a la hora de escribir, y “Escapar de mí” nació de un momento en el que estaba pasando mucho tiempo en mi cabeza. Cuando se lo dije a mi productor (Julio Reyes Copello), él me dijo algo que me enloqueció muchísimo: “Joaqui, en los días en que te sientas así tienes que ir en autopiloto. Los días buenos tienen que ser la gasolina que necesites para que te ayuden en los días malos”. Fue así que empecé a escribir la idea de: (canta) “Buena, pero nunca suficientemente buena, / Haga lo que haga, no termino satisfecha”. Se la mostré a mi productor y empezamos a producirla juntos y a cambiarle cosas. Normalmente, mis canciones nacen de un lugar muy personal y suelo escribir con una persona al lado para trabajarla juntos. Me pone muy orgullosa el proceso de reinventar las canciones varias veces pero sabiendo cuándo quedarme con los pedazos que me salieron naturalmente en el momento.

—Ahora que el disco está a punto de salir, ¿qué sentís que cuenta de vos esa colección de canciones?

Que es un viaje, la verdad. Siento que es un disco que fotografía muy bien esta etapa de mi vida, porque escribí todas estas canciones entre mis 18 y 19 años, que es una etapa transicional en la que estoy convirtiéndome en una young adult. Es como que estoy pinchando una gran burbuja en mi vida porque esta es una edad en la que una no solo está aprendiendo mucho sobre una misma, sino que también está desaprendiendo muchas cosas: las cosas que te enseñaron, cómo te criaron, qué cosas te cuestionaste... Entonces, el hilo conductor de este disco es empezar a construir tu vida y la manera en que quieres que se vea.

—En ese sentido, “No llames lo mío nuestro”, otro de los adelantos del álbum lo deja claro...

¡Sí! Hay una parte que dice: “Tú no estarás en la vida que estoy construyendo”. Yo siento que esta canción es una respuesta a “Freno”, de Los mejores años, aunque la novedad es que nunca me había mostrado en ese lugar más cómico y sarcástico. Cada canción es un universo emocional distinto y “No llames lo mío nuestro” usa ese lugar irónico para hablar de sentirse orgullosa de la vida que estás construyendo y de sentirte tranquila por haber dejado ir una situación tóxica y finalmente poder decirle a esa persona que te hizo mal que te deje en paz. Es un lado más empoderado de mi música.

—Creo que en “No llames lo mío nuestro” también se ve encuentra otro de los aspectos clave de tu trabajo: encontrar el costado positivo a una situación adversa. Es algo similar a lo que hiciste en “Quise quererte”, que está dedicada a una amiga que te traicionó. “Aún voy a escoger las mejores fotos, al contar la historia de nosotros”, cantás. ¿Qué tan importante es aportarle esa mirada a tus letras?

Me di cuenta de que todas las canciones de este disco tienen una conexión. Así lo quise cuando empecé a trabajarlo pero se me fue olvidando en el proceso y ahora que lo terminé lo puedo volver a ver: las letras cuentan una historia de mucho desahogo, sinceridad y de no poder entender ciertas cosas, pero a la vez tienen una mirada de aceptación y curiosidad por lo que sucede en esta etapa transicional... (Se interrumpe) Estoy sorprendiéndome para bien y para mal...

—Es que con el tiempo uno va perdiendo la inocencia...

Claro, pero en el fondo hay una temática de la aceptación. Me parece lindo que haya lugar para un aprendizaje en esas canciones tristes y pensativas porque, al final, son las que mejor te ayudan a no sentirte solo. También son las que te hacen decir: “Wow, esta persona plasmó lo que yo estoy sintiendo y me ayuda a sentirme mejor”.

—De eso se trata “El alquimista”, una balada que habla de la situación que se vive en Venezuela: “¿Por qué algunos callan al pueblo con balas? / Se vendan los ojos, / Con puro cinismo, / Y le roban la vida / Y los sueños a un niño”...

Sí, es una canción personal por eso que pasa en mi país y sentía que tenía que compartirla. Yo la había escrito para el disco y un día me grabé cantándola y la subí a las redes. Sentía que tenía que salir lo antes posible porque la había escrito de un lugar muy profundo de mi corazón, y pensé que iba a existir simplemente en redes. Pero se hizo tan viral nunca me había pasado algo así que decidimos sacarla. Mezclamos el demo que había hecho en el piano, y la publicamos así, sin más nada.

—Ya que te nombré canciones como “Quise quererte” y “Escapar de mí”, ambas tienen un sonido inspirado en el folk que se diferencian del abordaje de Los mejores años. ¿Cómo definirías la búsqueda musical del álbum?

Yo diría que es una mezcla entre el folk, el pop-rock y el synth-pop. No tuve miedo de mezclar elementos superorgánicos con otros superelectrónicos; entonces en algunas canciones se escucha una guitarra acústica junto a un dulcimer y un sintetizador Moog; son elementos diferentes que pueden combinar muy bien juntos. También combinamos baterías electrónicas con acústicas e instrumentos folk con sintetizadores. Me parece chévere mezclar, dentro del mundo del pop, ambos sonidos.

—¿Qué te gustaría que le suceda a la gente cuando el álbum finalmente esté publicado?

-Sé que suena tonto, pero lo que más me gustaría es que simplemente sientan lo que les generen las canciones. Al final, una canción cobra sentido dependiendo de tu punto de vista y tus experiencias, no solamente de que percibas lo que yo sentí al escribirla, sino cómo la puedes aplicar a tu vida. Este es un proyecto muy sincero y honesto.

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