Diez años batiendo

El 2000 fue el año del pop latino. El marketing, el candombe y la murga reciclaron la cumbia y fue furor. El tema "Mayonesa" se compuso ese año y es la canción más difundida de la historia musical uruguaya. ¡Arriba Malena: escribimos de plena!

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Por: Ximena Aleman

Para el mundo era el Año de la Matemática. Pero en Uruguay se hace números distinto: el año 2000 fue el año del pop latino. Porque no existía la devaluación, ni el corralito. Porque la máquinas seguían funcionando a pesar del cambio de milenio. Porque era año bisiesto. La gente quería divertirse. Y en el 2000, la música tropical vendió diversión y bebidas en todas las barras. La cumbia y la plena abandonaron la reclusión de los bailes como el Palacio Sudamérica o La Casa de Anita para fusionarse con otros ritmos, y el pop latino pasó a ocupar las pistas de todas las discotecas, los eventos y las fiestas.

La canción Mayonesa, interpretada por el grupo Chocolate, fue una especie de jingle publicitario del movimiento. En este 2010, Mayonesa es la canción que generó más derechos de autor para AGADU en los últimos veinte años y la canción más difundida en la historia de la música uruguaya. El disco Chocolate 2000, el segundo del grupo luego de Cariñito, vendió 26 mil copias en Uruguay y 400 mil en el mundo. Pasaron 10 años. El pop latino fue un boom.

¡Bueno que arranca, eh…! Fue en la discoteca Midnight, una noche de 1999 en que salía con su novia. Las 60 personas que estaban en el boliche no paraban de cantar sus temas.

-Todos estos temas los canto yo -le dijo al de la barra

-Andá, yo pensé que eran argentinos.

Entonces se le ocurrió la idea.

-Yo te puedo asegurar que si abrís la semana que viene y decís que vienen Los Fatales se llena.

-Dale, hacemos la prueba.

Así consiguió Fabián "El Fata" Delgado el primer toque en una discoteca. El camino había comenzado antes.

Los Rolling de la cumbia, dice Gerardo Nieto. Los Beatles de la música tropical, dice el director de Sondor, Rafael Abal. Circulaban por Montevideo en una limusina blanca, usaban melenas largas, tenían custodia personal: eran Karibe con K. En el género son una leyenda. Allí nacieron: Gerardo Nieto, Yesty Prieto, Pinocho Sosa, Miguel Cufós, Alex Stella y el "Fata" Delgado, y los chicos lindos en la música tropical. Aparte de música, hacían "marketing".

El grupo se había formado con el nombre de Sonora Caribe, pero bajo la dirección de Eduardo Rivero cambió su nombre y logró su fama. "Eduardo antes había dirigido a Sonora Palacio y la había puesto por allá arriba con muchas ideas de marketing. Antes las orquestas eran un disco arriba del escenario, no importaba la imagen, no bailaban. La gente se ponía a bailar y ni miraba el escenario. Eso sí, sonaban muy bien. Era otro estilo", cuenta Gerardo Nieto, integrante desde 1989 de Karibe con K. "Cuando Eduardo Rivero salió con Sonora Palacio innovó en coreografías y en vestuario. Karibe con K salió con la misma política y "fue una pegada". Marcó un precedente de estilo. Apenas una muestra de lo que la música tropical podía lograr cuando se juntaba con la publicidad.

El "Fata" estaba desde 1990 en el grupo. A fines del 95 Eduardo Rivero le propuso hacer un grupo con las canciones que él cantaba. "Yo cantaba las canciones movidas. No me siento con la música romántica. Me río, mi forma de ser no es seria, y abandoné el romanticismo." El nuevo grupo no tenía nombre. En los estudios de grabación de SUA, donde ensayaban, les decían "Los Fata". En un apuro, para una entrevista Pato Molina sugirió Los Fatales.

La noche del terror. Pasaron diez años, pero a Gerardo Nieto le cambia la voz cuando recuerda esa noche. Los ojos se le agrandan, los labios ensayan una risita nerviosa. Cuenta que fue de un día para otro, que les bajaron la cortina. "Fue tan drástico… Teníamos diez bailes ese sábado y terminamos haciendo tres. ¿Y qué pasó? No iba gente a los bailes. De golpe. Ya estábamos agendados y en la puerta nos decían: "No pueden tocar, muchachos. No hay gente". Y nosotros decíamos: "¡Qué raro!" Íbamos a otro baile, y pasaba lo mismo. ¡Fue un susto! Yo ganaba muy bien pero en ese momento y se me movió la estabilidad económica. De ganar 25 palos hicimos un arreglo para que ganara 7 y medio. Y a sueldo fijo, no por baile."

El impacto del pop latino en los bailes fue trascendental. La gente que antes iba al Palacio Sudamérica, a La Casa de Anita se volcó a las discotecas. La sorpresa no fue grata para todas las orquestas, algunas se disolvieron. Otras tuvieron que adaptarse. Nieto, que había empezado en Karibe con K, en ese momento estaba en L` Autentika, banda integrada por muchos de los músicos de Karibe. "Nosotros nos resistíamos, uno como músico trata de evolucionar. Eso era como ir veinte años para atrás, los arreglos eran todos sencillitos musicalmente. No nos llamaba la atención hacer eso", cuenta Nieto.

Para él, el fenómeno de la cumbia en el 2000 fue publicitario. No se imagina cuánto. "El Fata fue el vanguardista que en el 2000 se metió en los boliches y nosotros, que éramos de otro estilo, tuvimos que cambiar a ese que se llamó pop latino, y que es la música de Mayonesa". Es cierto, El "Fata" Delgado empezó a hablar de pop latino por encargo de EDEL Music, un sello argentino que se negaba a editarlos en aquel país bajo el rótulo de cumbia y los emparentaba con música pachanguera como Los Auténticos Decadentes o La Mosca. Los Fatales tenían un sonido distinto. "Empezamos a fusionar canciones con ritmos que no se usaban en la música tropical. Tocábamos plena tradicional pero sumándole candombe, pagode, ritmos de música brasilera, que a mí me gusta tanto y ahí empezó a sonar diferente". Pero el pop, su publicidad y su estética recién empezaban a infiltrarse en el mundo tropical. Él no era el único que hablaba de pop latino.

¡Bate que Bate! Hoy son los mayores recaudadores de AGADU de los últimos veinte años gracias a la música tropical y en gran parte a su primer hit: Mayonesa. Antes eran los anti Karibe con K. "Odiaba la tropical", cuenta Alejandro Jasa. "Me peleaba con mi hermana cuando ella la escuchaba". Por esa época él y su socio, Eduardo Brito integraban Brumas, un grupo de covers, cuyo productor era Juan Carlos Cáceres.

"El negocio de la música tropical era rentable: el mercado tropicalero ocupa el 70 % del mercado musical", dice el empresario. Eso no lo sabía en el 93 cuando por intuición abandonó los grupos de covers y de dance que tenía al inicio de la década y se abocó a ese género. Fundó ese año el grupo Nietos del Futuro bajo la dirección de la productora Colorama y contrató a Eduardo Brito y Alejandro Jasa como productores musicales. Ellos querían vivir de la música. Y lo siguieron.

En el 96 la productora sumó el grupo Chocolate y en el 98 Monterrojo. Jasa y Brito compusieron para los tres grupos.

Para ellos el término pop latino es un resultado musical: "Nosotros siempre escuchamos los Beatles, Chicago, Supertramp, Queen, Sting, Air Supply y el rock argentino. Eso está volcado ahí y hace a las canciones distinguibles. Por eso el llamado pop latino muchas veces no le gusta el tropicalero de alma."

Lo primero que fusionaron con la plena fue la murga en el tema Arriba Malena. No fue el único cambio: agregaron instrumentos sintetizados y cambiaron los arreglos tradicionales por arreglos de pop. "El sonido era más compacto, tenía más ataque. Te empujaba a salir a bailar. Lo que hicimos fue cambiar la estética musical. Las armonías y las melodías son distintas. Cuidamos mucho que las mezclas tuviesen una base sólida rítmica por debajo, más parecida a la que nosotros absorbimos de chicos, el rock pop. No dejamos tan solos los instrumentos de viento y pusimos el bombo más fuerte como para que entrara más en las discotecas. Apuntamos a que los DJ tuvieran una canción con un pegue y una fuerza que te hiciera mover".

Me gusta la cumbia "Es como hacer un jingle", dice Jasa. Él y Britos tienen una fábrica de canciones que entre otros títulos cuenta con: Paola, Uka Yaka, Bailaora, Nathael, Carolina y Gelatina. La música tropical no era su ambiente. Eduardo Brito venía de estudiar arreglos musicales en la prestigiosa universidad de Berkeley. Jasa se había criado en una familia de músicos: su tía fue directora del Conservatorio Nacional de Música, su tío es el respetado músico Coriún Aharonián y él había estudiado jazz. "Nosotros tenemos que hacer canciones comerciales que gusten." Para eso les sirvió la experiencia previa en su empresa de publicidad que fue premiada con medallas de oro en Nueva York y de plata en Cannes.

Como buenos publicistas ampliaron el mercado tropical. "Es muy difícil componer una canción que le guste al muchacho que trabaja en una panadería, al surtidor de nafta y al gerente del banco. Antes la música tropical era para un circuito: solamente los bailes de música tropical y alguna fiesta. Nosotros veníamos de otro universo. Tratamos de que todo sonara agradable para alguien que no viniera del mundo tropical, y no lo escuchara como tropical. Pero sin que dejara de ser plena. Y tuvo un furor rapidísimo."

Besa que besa. "Hay canciones que te mueven el cuerpo, hay canciones que te mueven fantasías, hay canciones que te mueven resortes reflexivos o espirituales. Cuando vas a una fiesta no querés escuchar a Serrat, querés escuchar algo que te divierta. La música que hace mover los pies es la que más vende en el mundo", dice Alejandro Jasa. Y su voz es la voz de la experiencia. En el 2000 lo comprobó. Las canciones que divierten, venden. El grupo había firmado contrato con el sello Obligado Records que sacaba los temas del verano de Concierto FM. Y ese verano Rafael Bonilla, dueño del sello discográfico, le ofreció a Berch Rupenián sacar un disco que se llamara Concierto Latino. Al principio Rupenián no estaba convencido, no sabía que con él empezaba la cadena. Era apenas el primer eslabón de la comercialización. "Los discos de Concierto eran de música anglo y europea, pero Berch entendió. Le dijimos que esta música estaba sonando bien. El negocio de los hits es ver más allá de lo que está sonando en el momento.". Rupenián apostó. Mayonesa fue el primer tema del disco. Y fue la canción que sonó más ese verano en Punta del Este", cuenta el empresario.

De Punta del Este salió exportada a Europa. Bonilla fue a la feria de negocios musicales MIDEM en Cannes y allí cerró negocio con el sello español Vale Music que incluía en su campaña de marketing que Mayonesa sonara en la casa del primer Gran Hermano. Allí se aprendieron el paso y en el 2002, Mayonesa fue canción del verano. Esto es decir poco, si no se agrega que en el 2001 ese puesto había pertenecido a la canción de Alejandro Sanz Corazón Partío. Desde España el disco fue exportado a Holanda, Italia y Alemania. Hasta hoy la canción circula por Noruega, Dinamarca, Portugal, Francia y Japón. Jasa y Brito lo saben porque AGADU les cuenta. Se grabó en Argentina, en Chile, en Paraguay, Perú, Colombia y Venezuela. 16 países tienen licencia de edición y grabación de Mayonesa. En Brasil, Gil hizo un cover y vendió un millón de copias.

Es julio del 2001 Mayonesa está en plena ebullición. Entonces a Bonilla lo llama el presidente de Universal: Univisión quiere los derechos para México y Estados Unidos. El plan de marketing incluye diez salidas en televisión de 40 segundos. La proyección de ventas es de dos millones de discos. Las regalías son de un dólar por copia. Obligado Records tiene una oferta millonaría. Para eso solo le falta un videoclip.

Nadie ahorró en gastos.

Indias Fílmica fue la productora y Alejandro Dubé el director. "El clip fue bastante gráfico. Pero llevó mucha producción", cuenta Dubé. Él no cobró mucho, dice, pero no da cifras. Bonilla no las recuerda con precisión. Martínez dice que el clip salió 16 mil dólares. Eso no es nada. En el evento de lanzamiento se gastaron 34 mil. Se trajeron periodistas de México y Centroamérica. Se realizó una fiesta de lanzamiento en la discoteca Black. "La idea era entusiasmar a los medios con el producto. Después de aun agasajo así, donde pagamos el pasaje, el hotel cinco estrellas, un buen evento y les dejamos en beta cam el video, al otro día Mayonesa estaba en todos los medios." Fue el primer videoclip uruguayo en llegar a MTV y por su difusión Chocolate se convirtió en el mejor grupo tropical del año en México. "Le dimos un corte internacional con más glamour. El video clip representa más lo que era el grupo."

Un mes después del flamante estreno el grupo se separó. Los músicos formaron otra banda lejos del productor ejecutivo Cáceres, bajo el nombre de Mayonesa, un tema que paradójicamente no podían cantar. El productor se quedó con la canción y el nombre del grupo. Pero las caras no eran las del video clip. Los mercados del norte no aceptaron la nueva partida de exportación cuando se inició la gira. El trato se canceló.

Polvo de Estrellas. Pasaron diez años. El boom de la música tropical también pasó. Chocolate, L` Autentika, La furia, Quien, Bataola, NG la banda, La 424, Etiqueta Negra, Nietos del Futuro, Mayonesa, Montana, Monterrojo, Bola 8, KGB, La criatura, La roca, NBA, Texano: hubo espacio para todos. Ya no es lo mismo. Algunos bailes se cerraron. Algunas orquestas también.

L` Autentika cuando se resignó al pop latino cobraba 1.500 dólares por fiesta y 800 en las discotecas. Por fin de semana hacía 25 shows. Monterrojo llegó a hacer 30 espectáculos por semana y reservaba fiestas de cumpleaños con dos años de anticipación. En el 2000 Sondor editó 17 discos de música tropical. Este año solo sacará uno de La revancha. El disco Revolución Fatal (1999) vendió 14.000 unidades. Él último disco de Los Fatales, Fata les canta, vendió 2000. Pasaron 10 años. Jasa y Brito siguen componiendo para grupos nuevos que quieran hits en su repertorio "temas cuidados, que les permitan estar en los celulares de los liceos privados". El Fata es un empresario independiente que produce sus propios discos y los distribuye, que se cuida la garganta y duerme siesta: ahora es eficiente. Aprendió a manejar el estrés y los vaivenes de la fama. Gerardo Nieto tiene sus propia banda que toca por cuatro mil o cinco mil pesos. Ya no trabaja doce horas de corrido. Ahora busca cotizar su nombre: al fin y al cabo es Gerardo Nieto. Karibe con K desde el 2006 toca de nuevo. Ahora no hay fans, ni limusinas blancas. Pero, de esa fama quedó una estela: cobran 12 veces más que un grupo cualquiera. Las adolescentes todavía cantan sus canciones y en los espectáculos las madres con niños en la falda todavía los piropean.

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