Del dicho al hecho

| El dicho: el amarillista Don Imus se fue de boca Calificó de "putas motudas" a las chicas de un equipo universitario de básquetbol. Lo rajaron de la radio y de la televisión.

Primero el dicho. Ese tal Don Imus dijo en radio y TV que las chicas de un equipo de básquet universitario eran unas "putas motudas".

La expresión utilizada fue, en slang, o sea el lunfardo del inglés, "nappy-headed ho`s".

No era la primera vez, aunque se espera que sea la última, que el sombrerudo comunicador incurría en ese tipo de ofensa.

Como muchos insultores radiales y televisivos del Río de la Plata, Imus se ha especializado en jugar al borde del reglamento, y muchas veces mas allá, sacando pecho, haciéndose el macho, diciendo barbaridades y consiguiendo, con eso, capturar una audiencia mayormente ignorante y llena de prejuicios.

Una lista abreviada de sus excesos incluye:

1- Comparar al basquetbolista Patrick Ewing con un mono.

2- Decir que la foto de las hermanas Venus y Serena Williams era más para National Geographic que para Playboy.

3- Refiriéndose a una periodista negra, decir que "el Times deja que la limpiadora cubra las noticias de la Casa Blanca".

4- Llamar "Jose Jiménez" al Fiscal General de los Estados Unidos, que será execrable, pero se llama Alberto González.

5- Tratar al Cardenal Egan de "matón irlandés".

6- Usar todo el tiempo expresiones racistas como "Jewboy" (chico judío) y "cabezas de toallas" para referirse a los árabes.

CBS en radio y NBC en televisión venían dándole la oportunidad a este sujeto de vociferar sus exabruptos, en nombre del rating, claro.

Pero esa mañana, cuando el individuo y su interlocutor se fueron de boca en términos raciales y sexistas, la cuenta regresiva comenzó de inmediato.

La protesta iba creciendo y también el tono de las disculpas. Si el otrora arrogante Don Imus no llegó a ponerse de rodillas fue porque no le dieron tiempo.

Ante la avalancha de quejas, le suspendieron el programa por quince días. Pero cuando los avisadores comenzaron a retirarse, primero NBC y luego CBS, decidieron darle el espiante. No hay duda de que ese, el de los patrocinios, es el lenguaje que mejor entienden las grandes cadenas.

La cosa no va a parar acá e individuos como Rush Limbaugh, Glenn Beck y Bill O`Reilly, que viven del racismo y del insulto, andan con el ánimo a cuatro manos.

Insultores criollos, poned vuestras barbas en remojo.

EL HECHO. El hecho, por supuesto, es la masacre en Virginia. A estas alturas, los lectores conocen todos los detalles.

Otra matanza sin sentido cometida por un solitario desequilibrado.

Los Estados Unidos enteros se preguntan por qué. Y no hacen nada. No hicieron nada después de la matanza de Columbine, como no hicieron nada antes.

Nadie puede prevenir que un psicópata haga algo así.

Pero si se podría evitar que cualquier persona pueda adquirir pistolas de 9 mm, fusiles automáticos, una bazooka. Ahora lo único que hay que tener es un documento de identidad y no estar prontuariado.

Bush y los congresistas republicanos se negaron a renovar la suspensión en la venta de rifles de asalto aprobada bajo Clinton. El Gobernador demócrata de Illinois se propone rebajar la edad legal para la compra de armas de 21 a 18 años.

El mundo al revés. Y todo eso DESPUÉS de la matanza de Columbine.

Ahora este desquiciado pudo comprar legalmente una pistola Glock de 9 mm, la preferida de los cuerpos de seguridad y de los espías, con un cargador extra que permite efectuar hasta 17 disparos.

Hay un escombro bárbaro. Pero no va a pasar nada. Y les voy a decir por qué.

Porque los candidatos, incluso los demócratas, le tienen un miedo tremendo a la National Rifle Association, liderada por locos del gatillo y bancada con millones y millones de dólares por los traficantes y fabricantes de armamento (que son los mismos que se benefician con la guerra en Irak).

Y ante la próxima masacre, volveremos a conformarnos con lamentos.

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