Cine de oro

Los excesos económicos del cine no se detienen con la crisis. Ayer se estrenó Avatar que se suma a las películas más caras de la industria, aquí sus historias.

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Por: Mariángel Solomita

En plena crisis económica mundial James Cameron no tiene pudor en afirmar que su película Avatar le costó al menos 200 millones de dólares. Circulan versiones que aseguran que el presupuesto supera el medio billón, lo que la convertiría en la producción más cara de la historia del cine, luego de Guerra y paz (1965-1967) la película rusa de 8 horas de duración que hizo trepar sus gastos a 560 millones de dólares.

Las contradicciones de la gran industria no se detienen si se tiene en cuenta que al mismo tiempo que Hollywood atraviesa su peor momento, los estudios alternan sus inversiones entre proyectos enormes de recaudación incierta y proyectos de realizadores emergentes que prometen la fórmula de oro: producción barata, ganancias millonarias.

Hasta el momento la historia del cine ha demostrado que no existe un equilibrio que asegure el éxito de una película. Ni un presupuesto exagerado, ni los actores más famosos, ni la condición de remake de una película exitosa, ni de segunda parte de una primera taquillera son suficientes para prever el camino que recorrerá el filme. Mientras esperamos los resultados del capricho de Cameron, aquí van algunos datos de aquellas películas que con millones a cuestas consiguieron enriquecer a sus estudios o convertirse en fracasos.

Ideas de locos. En sus primeros meses de exhibición Blancanieves y los siete enanitos llevó más de 32 millones de espectadores al cine. El primer largometraje animado de lengua inglesa, pionero del technicolor, costó medio millón de dólares. Esta cifra hoy ridícula era una fortuna en 1937, cuando Walt Disney tuvo que defender su locura ante los ejecutivos del Bank of America y conseguir financiación para construir una máquina de 8 niveles que permitiera dar profundidad a los diferentes planos, variar la iluminación y mantener el tamaño real, ya que hasta el momento la animación conocía un solo plano. Este filme se convirtió en el más taquillero hasta la llegada de Lo que el viento se llevó.

Se promocionó como "la película más magnífica jamás vista", la más cara realizada hasta el momento: 4 millones y medio de dólares. El productor David O. Selznick aceptó pagar la millonaria suma de 50 mil dólares a una escritora desconocida con un texto inédito, que de haber sido adaptado por completo a la pantalla se hubiera transformado en una película de 168 horas. Si bien sólo figuran el nombre de un director y un guionista en los créditos, al menos 3 realizadores y 8 escritores se vieron involucrados en este proyecto que se tomó dos años para buscar, sin éxito, a su protagonista.

Entre los planes del habilidoso productor, surgió la idea de comenzar a publicitar la película antes de ser filmada, gastando 92 mil dólares en una gira que recibió más de 140 mil postulantes para interpretar a Scarlett O`Hara. Selznick conoció a su heroína el 10 de diciembre de 1938, mientras daba la orden de quemar los decorados de varias películas para simular el incendio de Atlanta. Su hermano se presentó con Laurence Olivier al rodaje y la mujer de éste, Vivien Leigh. Sobre las cenizas se construyó la mansión de Tara, y se realizó este filme de 4 horas que se estrenó en medio de lujos impensados mientras en Europa estallaba la Segunda Guerra Mundial. Ninguna película hasta Titanic consiguió un éxito de público similar.

Sin recetas. La fiebre de Hollywood por despilfarrar dinero tuvo su primer punto álgido con Cleopatra. La Fox gastó más de 286 millones de dólares en 1963 para realizar el film protagonizado por Richard Burton y Elizabeth Taylor, que vistió 65 vestidos-algunos de hilos de oro- distintos durante el rodaje, elevando el presupuesto de vestuario a 195 mil dólares. Las ganancias no fueron las esperadas: sólo 111 millones.

La segunda película más cara de Hollywood tomó una tragedia real y le agregó una dosis de romanticismo, el resultado superó los 2 mil 300 millones de dólares en la taquilla, su costo: 247 millones. No es sorprendente que Avatar supere el presupuesto de Titanic: tienen al mismo director. "Debido al éxito de Titanic la gente me tiene confianza para hacer algo que no está basado en una novela gráfica o en una historieta o en un libro o en otra película; no es una respuesta en escena o una segunda parte. Y sin embargo la puedo hacer con un presupuesto mucho más alto del que me hubiese sido posible reunir con anterioridad", aseguró Cameron.

En la lista de los proyectos más caros sigue una cinta menor, que ningún espectador que hoy se cruce con ella en un canal de cable apostaría a su costo de 229 millones, sin embargo sí comprenderá porqué Waterworld fue uno de los más grandes fiascos del cine. Kevin Reynolds contó con Kevin Costner para el rol protagónico, pero el fracaso de esta película condenó a ambos a la lista negra de la industria; recaudó sólo 15 millones de ganancias que llevaron a la ruina a la recientemente recuperada United Artist. Al menos Hawaii se benefició de los 35 millones que la producción gastó durante el rodaje, ya que los escenarios eran en su casi totalidad marítimos.

El caso opuesto: la saga Piratas del Caribe. Disney vio cómo los 225 millones invertidos en cada uno de las tres películas se transformaban en 2.6 billones de dólares de ganancias. Aunque Orlando Bloom y Keira Knightley se niegan a una cuarta parte, Johnny Depp dio el sí, y se prevé su estreno para 2011. Según difunden algunos comunicados de prensa, Depp se convertiría en el actor mejor pago de la historia con un cachet que rondaría los 50 millones de dólares.

CÓMICS, RIESGOS Y DINERO. ¿El género se ajusta a un nivel de gasto? Es cierto que el perfil de ciertas películas podrían insinuar desembolsos descomunales, sin embargo una de las sagas más redituables de la historia del cine costó menos de lo pensado. Se trata de El señor de los anillos, adaptada al cine por Peter Jackson quien junto a otros colaboradores también se hizo cargo del armado del guión y creó Weta Digital, una productora de postproducción en Nueva Zelanda que asumió el proyecto, revolucionando la animación a nivel mundial. El costo de cada una de las entregas fue inferior a los 95 millones. Su última entrega, El retorno del Rey, se convirtió en la segunda película más taquillera de la historia (1200 millones de dólares), luego de Titanic y seguida por Piratas del Caribe: El fin del mundo (1100 millones) y Batman: El caballero de la noche (mil millones de ganancia).

Superando al género épico, es el cine de superhéroes el que vacía sus bolsillos para volverlos a llenar. La industria del cómic ha alimentado las cuentas de los grandes-y no tan grandes- estudios, ofreciendo una ecuación envidiable. El éxito del cine fantástico es inseparable de los efectos especiales, lo que se traduce en millones, pero la popularidad de sus personajes asegura salas llenas. Los superhéroes son en el cine actual los únicos millonarios.

Sam Raimi dio sus primeros pasos como director de cine de terror clase B, sin respaldo económico. El éxito de Spiderman le permitió hacerse de 210 millones de dólares para financiar la segunda entrega, la quinta película más cara del cine, con más de 100 escenarios decorados para el rodaje y la construcción de un enorme embarcadero. Heath Ledger rechazó interpretar a Peter Parker que cayó en manos de Tobey Maguire, quien cobró 4 millones por su primer interpretación, 17 por la segunda y 20 por la tercera.

Jackson y Raimi comparten éxito y orígenes. Los difíciles comienzos de ambos les lleva a apadrinar jóvenes realizadores con talento tras la cámara, en la construcción de historias y en la animación. Así es que están detrás del nuevo objetivo de Hollywood: reclutar directores que con pocos millones logren milagros. Es el caso de Neill Blomkamp, creador de Distrito 9, producido por Jackson y ganador de 200 millones con un costo de 30; y de Federico Álvarez, el director uruguayo que Raimi contrató buscando repetir esta fórmula.

CUESTIÓN DE SUERTE. Fue Cameron que tras una noche de fiebre y con una sola (mala) película en su carrera, dibujó un robot rodeado de fuego, más tarde sería un ícono del cine de acción: Terminator. La primera y segunda entrega de este personaje- ya casi el otro rostro de Arnold Schwarzenegger- fueron producciones baratas y consiguieron el visto bueno de público y crítica. En 2003 la posta la tomó Jonathan Mostow, Terminator 3: La rebelión de las máquinas consumió más de 216 millones. Al parecer parte de su elevado costo se debe a la insistencia de su protagonista en trasladar el set de filmación desde Canadá a Los Ángeles, lo que encareció el proyecto pero le aportó una mayor popularidad en vista de su carrera política.

Otras películas de acción siguen en el podio de los mayores gastos: Wild Wild West con sus 203 millones, Máxima velocidad II y sus 198 millones, 13 guerreros con 190 millones y la épica Troya con 184.

TRAS LOS BILLETES. El cine de animación agranda cada vez más su porcentaje de inversiones. El expreso polar logró el décimo puesto entre las películas más caras con un costo de 172 millones, mientras que Stuart Little se mantiene dentro de las 20 con un presupuesto de 159 millones. En 2006 Shrek 3 venció su propio récord (que obtuvo Shrek 2) como la película de animación con mayor recaudación en su debut: 123 millones en su primer fin de semana. La animación es la industria de mayor crecimiento dentro de la producción cinematográfica, contagiando su inquietud a animadores de todo el mundo. Recientemente España presentó la cinta más cara de su cinematografía: Planeta 51 (55 millones de euros), y Perú sorprendió a los críticos más exigentes con El Delfín, esta animación que Twentieth Century Fox se está encargando de distribuir.

Más de 14 años de trabajo invirtió Cameron en Avatar, la razón: las herramientas cinematográficas existentes no permitían realizar su película. Enteramente en 3D, los críticos que han visto un adelanto del filme aseguran que nunca se ha visto algo igual, y que si el argumento llegara a fallar al menos Cameron tendrá el reconocimiento de haber revolucionado la relación entre tecnología y cine cuando es imposible sorprender al espectador. "Avatar cambiará la forma de ver y hacer cine. El renacimiento del 3D o la revolución 3D es por el momento conducida por la animación y hay algunas pocas películas de acción en vivo pero que no son películas mayores", afirmó, pero Disney le pisa los talones. Hace 20 años la innovadora Tron no fue comprendida, pero se prepara su segunda parte, Tr2n que pretenden sea tan fantástica que los 300 millones del presupuesto inicial no alcanzan.

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