A pocos días de reestrenar el exitoso musical Víctor Victoria en el Teatro Nacional, Valeria Lynch no sólo disfruta de su gran momento artístico sino que asume el tiempo de amor y concretamente de los preparativos de una boda que no se hará esperar mucho. El diálogo con Sábado Show fue el siguiente:
-¿Te casás?
-Sí, con Cau (así lo llama a su novio brasileño de 51 años, Osmar Bornez) nos comprometimos en mi cumpleaños. Será en el 2008 y todavía estamos buscando una fecha que sea significativa para nosotros.
-¡Por fin!
-¿Viste? Y justo lo sufría yo, que si hay alguien en el mundo a la que no le podía pasar era a mí. Primero por todo lo que trabajo por el amor y segundo porque no terminaba de aceptar mi soledad… Apareció él y al final encontré el amor al que tanto le cantaba…
-Te veo feliz, pero también lo fuiste con Miguel Habud, que tan mal terminaste, y con Leandro Toselli, el psicólogo marplatense.
-Estás hablando de otras personas, de otros tiempos de mi vida, no me agrada meterme en cosas que forman parte de mi pasado. ¡Ya fue! Hoy estoy plena de felicidad y no la cambio.
-¿Con Habud estás en juicio?
-Si vamos a hacer una nota, hablemos de mí, no quiero que sea una entrevista para tratar temas de otras personas.
-Estás más delgada. ¿Cuánto adelgazaste?
-¡Viste! Ya llevo 12 kilos y con un par menos me voy a plantar. Cuando una mujer se enamora se cuida desde otro lugar para ese ser que ama. Con felicidad y una dieta equilibrada, nada del otro mundo, más una buena rutina física me siento espléndida.
-Tu verdadero nombre es María José Lancelotti, ¿si volvieras a empezar volverías a llamarte Valeria Lynch?
-Mal no me fue, ¡sí! Al nombre lo quiero, forma parte de mí.
-¿Cómo nace?
-Se lo ocurrió a mi representante (se refiere a Héctor Cavallero, el padre de sus dos hijos, pero no lo nombra) en ese momento. Decía que María José era muy largo y que el apellido no sonaba bien. A mí se me ocurrió Valeria, porque me gustaba, y Lynch daba sensación de alcurnia y de escritora… Así nació mi marca.
-¿Después de la pelea que tuviste con Iliana Calabró en "Cantando por un sueño" se amigaron?
-No, no, en realidad, fue un cambio de opiniones en el que ella quedó dolida. Yo no le dije nada que no fuese cierto. Soy docente y tengo hace 12 años escuelas de canto… Yo no podía decirle a Iliana, aunque estuviera formando parte de un programa en donde se competía cantando pero en el que también había parodia, que ella cantaba fenómeno…
-Pero después fue la ganadora contra tu crítica y fue una de las revelaciones del verano en teatro…
-Como dice Rial: ¡País generoso! Está bien, porque Iliana, a quien quiero y respeto más allá de la polémica, supo cubrir lo que le faltaba de voz y garganta con creatividad, mucha actuación artística e inventando un personaje que iba por el grotesco, que fue lo que votó la gente. Me alegra que le vaya bien… pero que aproveche.
-¿Por qué lo decís?
-Porque este momento con la música es un milagro de la vida, cuando la gente se avive… Pero queda claro que Iliana no va a vivir de la música, es un valor agregado que aprovecha su buen nivel artístico. Ella es una comediante de la hostia. Ahí te hace la diferencia.