Tiene una lengua de víbora

Natalia Martín Cantero, EFE

Los tatuajes y los piercings o perforaciones son para los gallinas y los que están pasados de moda: hoy lo último de los último son las "lenguas bífidas" como las que tienen los reptiles.

Esta moda, que básicamente consiste en partir la lengua en dos mitades para dar al "usuario" el aspecto de una víbora, ya cuenta con unos 2.000 seguidores en Estados Unidos y Canadá.

Esto es lo que asegura Shannon Larrat, creador de la revista en Internet Body Modificacion, una autoridad en la materia.

Los seguidores de esta especie de culto, llamado "modificación del cuerpo" y que también incluye tatuajes, perforaciones, cortes en la piel, y otras actividades que recuerdan la tortura, señalan que las lenguas bífidas se están popularizando rápidamente en Estados Unidos.

Sin embargo, estados como Illinois o Michigan pronto podrían vetar esta práctica, ya que los legisladores alegan —basándose en la opinión médica— que partirse la lengua cual reptil conlleva serios riesgos: desde graves infecciones que pueden extenderse a la garganta hasta hemorragias difíciles de controlar, por no hablar de las posteriores dificultades para hablar como ser humano en lugar de silbar como ofidio.

Larrat, "hombre serpiente" desde 1997, asegura que una vez que la herida cicatrizó, no debe haber problemas en el habla, y señala que el principal riesgo de la operación es "enfrentarse después a la gente de mente estrecha".

Para Larrat, sería contraproducente que el procedimiento se prohibiese ya que los interesados continuarían haciéndolo clandestinamente, lejos de los centros médicos.

Este y otros practicantes oficialmente recomiendan a los que deseen convertirse en dragoncitos que acudan a un doctor, aunque extraoficialmente advierten que es más "espiritual" usar uno mismo un escalpelo o unas tijeras.

Para que los médicos accedan a realizar el procedimiento, advierten, deben asegurarse antes de que el cliente está lúcido y comprende lo que está haciendo, para lo cual recomiendan llevar un informe de un psicólogo, no sea que la visita al doctor termine en el psiquiátrico.

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