"Hoy, la homofobia es el último prejuicio aceptable"

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La cuestión. ¿Por qué el rechazo a la homosexualidad se mantiene aun en tiempos políticamente correctos?

La respuesta / Homofobia, una Historia

Byrne Fone, catedrático actualmente en la City University de Nueva York, tiene la reputación de ser el primero en impulsar académicamente las teorías gay. En ese sentido, Homofobia. Una historia (Océano, 560 pesos) es un exhaustivo repaso, histórico y literario, al fenómeno del rechazo, el miedo o el odio a la homosexualidad y los homosexuales. Su hipótesis es que en su camino a la civilización, el ser humano ha ido despojándose -aunque no del todo-, de prejuicios y recelos (raciales y religiosos, por ejemplo) pero no de la homofobia, presente en todas las religiones y civilizaciones y tanto en heterosexuales como en homosexuales.

A través del tiempo, la gente ha encontrado suficientes causas para desconfiar, despreciar, atacar y en ocasiones matar de un modo despiadado a sus vecinos por diferencia de religión, nacionalidad y color. De hecho, son pocos los grupos sociales que han estado libres de los efectos de los prejuicios, pero la mayoría de las facciones opuestas entre sí -hombres y mujeres, judíos, musulmanes y cristianos, negros y blancos- han estado unidos por un odio eterno: el aborrecimiento de un determinado grupo cuya presencia es universal. Los preceptos religiosos condenan a este grupo; las leyes de la mayoría de las naciones occidentales los han castigado. Son pocas las personas que se preocupan por admitir su presencia entre ellos.

El grupo al que nos referimos es por supuesto el compuesto por aquellos que llamamos homosexuales. La antipatía hacia ellos -y la condena, aversión, temor y proscripción de la conducta homosexual- es lo que se denomina homofobia. En ocasiones, la homofobia parece ser virulenta en especial en la cultura occidental, y quizás incluso única de ésta. Estudiosos de la conducta sexual en otras culturas, pasadas y presentes, rara vez han descubierto la desaprobación social, legal, moral o religiosa de la conducta homosexual que es común en tantas eras de la historia occidental. De hecho, en la sociedad occidental moderna, donde se desaprueba el racismo, se condena el antisemitismo y la misoginia ha perdido su legitimidad, la homofobia permanece quizá como el último prejuicio aceptable.

Ahora se interpreta popularmente que el término "homofobia" significa temor y desagrado por la homosexualidad y por aquellos que la practican. (...) Un fundamento para ese temor, afirman muchos, es la percepción de que la homosexualidad y los homosexuales perturban el orden sexual y de los géneros que supuestamente creó lo que se suele llamar la ley natural. Por consiguiente, las reacciones adversas a homosexuales y a la homosexualidad se basan en el temor y el desagrado de la diferencia sexual que supuestamente representan los homosexuales -de un modo estereotípico, el afeminamiento en hombres homosexuales, la masculinidad en mujeres homosexuales. Otra fuente de homofobia es el temor de que la conducta social de los homosexuales -antes que la conducta sexual solamente- perturbe el orden social, legal, político, ético y moral de la sociedad, una afirmación que supuestamente está sustentada por la historia y afirmada por la doctrina religiosa.

La homofobia tiene vínculos con el sexismo, así como con el antisemitismo y el prejuicio a las personas de color. Al igual que el sexismo -denigración de las mujeres por los hombres- la homofobia usa estereotipos. Si los hombres desprecian a las mujeres porque aceptan nociones estereotípicas sobre la supuesta debilidad, irracionalidad, sexualidad o inferioridad de las mujeres, también desdeñan a los homosexuales porque creen que los hombres homosexuales actúan "como mujeres". El color de la piel, la raza y la religión crean antagonismos que se exacerban de una manera especial cuando la parte estigmatizada también es gay o lesbiana.

(...) Por supuesto, la homofobia no se limita a los heterosexuales. También se puede hallar entre homosexuales; en realidad, desde hace mucho tiempo ha sido algo común del saber popular de los gays que los homófobos fanáticos son, con frecuencia, homosexuales reprimidos. Al igual que la homofobia existe entre no homosexuales y homosexuales, también puede existir entre gays y lesbianas, en la forma de sexismo o incomprensión o desagrado de otra clase de sexualidad. De hecho, el racismo tampoco se desconoce entre lesbianas y hombres gay. Como otros prejuicios, la homofobia entre homosexuales puede ser resultado de una interiorización de las lecciones de una sociedad homofóbica.

Origen del concepto

"La palabra `homosexualidad` fue acuñada en 1869 por el periodista germano-húngaro Karl Maria Kertneby en una carta escrita al sexólogo Karl Heinrich Ulrich. (...) `Homofobia` la utilizó K.T. Smith en un artículo de 1971.

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