Entre 1831 y 1833 Charles Darwin visitó dos veces Uruguay, y durante tales viajes, relevó y estudió una amplia zona que abarcó Montevideo, Maldonado, Colonia, Lavalleja, Soriano y San José. Sus observaciones de estas tierras, y las muestras de animales, plantas y rocas recolectadas entonces, resultaron cruciales para el desarrollo de su revolucionaria teoría de la evolución biológica de las especies. Lo que el naturalista hizo, fue brindar evidencia científica para una nueva versión sobre la historia de la vida en el planeta.
Casi dos siglos después, la expedición Darwin200 busca recrear esta experiencia trascendental con un enfoque moderno. Para tal fin, 200 jóvenes, apasionados ambientalistas de todas partes del mundo, fueron seleccionados mediante las postulaciones de diversas ONG's e institutos de investigación, para convertirse en Darwin Leaders, que los lleva en un viaje en barco de dos años por la ruta original que Charles Darwin hizo a bordo del HMS Beagle.
El viaje consta de 32 etapas y recorre múltiples sitios de interés natural, en una ruta de más de 40.000 millas náuticas. La embarcación utilizada es la majestuosa Oosterschelde, un velero de tres mástiles, considerado uno de los barcos de época más destacados del mundo, no solo por su construcción, que data de 1917, sino también por su alto valor histórico.
El CEO y fundador de la misión es Steward McPherson, un biólogo británico conocido por su dedicación a proteger la biodiversidad y por ser un veterano en esto de las expediciones y viajes de exploración a regiones remotas y a menudo inaccesibles. Su objetivo es estudiar y documentar especies vegetales y animales poco conocidas o en peligro de extinción. McPherson también es autor de libros y documentales generados para crear consciencia acerca de estas temáticas ambientales.
Expertos uruguayos en esta misión:
- Agustín Loureiro, de Mar Azul Uruguayo.
- Manuela Acosta, de Mar Azul Uruguayo.
- Nadia Kacevas, del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE).
- Pablo Quezada, Urumepa (Uruguayan Marine Environment Protection Association).
- Anita Aisenberg, del IIBCE.
- Macarena González del IIBCE.
- Mariana Cosse del IIBCE.
- Raúl Maneyro, de la Sociedad de Zoología.
- Andrés Milessi, de Mar Azul Uruguayo.
- Andrés Estrades, Director de Karumbé Biodiversidad y Conservación.
- María Victoria Pereira, de la fundación Lagunas Costeras.
–¿De qué trata esta expedición?
−Esta es una acción sin precedentes. Se trata de un esfuerzo global y colaborativo que busca inspirar, educar y capacitar a las generaciones actuales y futuras para convertirse en líderes comprometidos con la conservación y la sostenibilidad del planeta. Este viaje no solo honra el legado de Charles Darwin, sino que también pretende dejar un impacto positivo duradero en nuestro entorno natural.
–¿Cuál es el objetivo?
−Se trata de generar una experiencia transformadora para estos jóvenes ecologistas, provenientes de múltiples países, bajo el lema Change the World (Cambia el Mundo). Queremos que sean los impulsores de acciones concretas para preservar nuestro planeta, alentando a las nuevas generaciones a liderar un futuro más sostenible y consciente del entorno que nos rodea.
–¿Cómo es navegar en el Oosters-chelde?
−El barco, además de ser una maravilla histórica y una obra maestra de la navegación, ofrece una plataforma única para llevar a cabo las investigaciones científicas y los programas de liderazgo. Darwin200 brinda una oportunidad emocionante, que fusiona historia, ciencia y conservación, en un solo viaje.
–¿Qué se necesita para ser un Darwin Leader?
−Deben tener una pasión sin límites por cambiar el mundo, y haber hecho grandes cosas para mejorar y conservar la naturaleza del planeta. No todos los participantes tienen certificaciones académicas. Se necesita mucha pasión, y eso es lo más importante para convertirse en un Darwin Leader. A lo largo de la ruta, estos 200 guías irán subiendo y bajando, y trabajarán con diferentes proyectos en cada uno de los puertos que visitemos. Es muy enriquecedor el intercambio de experiencias transformadoras entre los científicos y la tripulación que sube a bordo, incluyendo al equipo de científicos uruguayos coordinados por el Instituto Clemente Estable. Su participación no solo enriquece la experiencia de la travesía, sino que también refuerza la conciencia ambiental de nuestra ciudadanía a través de la difusión de la ciencia y la educación ambiental participativa.
–¿Qué se espera de ellos?
−La intención es que cada Darwin Leader reciba nuevas ideas, habilidades y experiencias que impacten positivamente en el trabajo que ya realizan en sus países de origen. Del mismo modo, esto inspirará sus futuras carreras en conservación. Al fin y al cabo, ellos serán quienes logren cambiar el rumbo de las cosas. Hoy, la mayoría de los participantes tiene poco más de 20 años, pero serán quienes lideren los proyectos en los próximos 50 años. De verdad espero que esta experiencia y la nueva información científica que recaben, les permita cambiar al mundo.
–¿Qué proyectos de investigación se llevan a bordo?
−Todos los proyectos de Darwin200 se centran en temas cruciales como la conservación de especies en peligro de extinción; la reducción de la contaminación plástica; la preservación de ecosistemas frágiles; la salud de los arrecifes de coral y la comprensión de los impactos humanos pasados, presentes y futuros en el medio ambiente marino y terrestre. Además, se recopilan datos sobre aves marinas, ballenas, y delfines, que formarán parte de un proyecto de divulgación científica orientado a ciudadanos y estudiantes. Aquí, en Uruguay, se estudian especies y hábitats muy particulares como el banco del Pez Limón (sobre Isla de Lobos y declarada área protegida el año pasado); las arañas aeronautas, o el sapito endémico de Darwin, que es muy raro y estudiado. Hay anotaciones increíbles escritas por Darwin para conservar esta especie en el país.
–¿Con qué apoyo cuenta esta iniciativa?
−Darwin200 contribuye de manera oficial al Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible 2021-2030. Pero además, este viaje está respaldado por destacados referentes mundiales como la conservacionista Jane Goodall, la bióloga marina Sylvia Earle, y la botánica Sarah Darwin, tataranieta de Charles Darwin y patrocinadora de la expedición. Todos apoyan fervientemente este esfuerzo para promover la ciencia, la conservación y el desarrollo sostenible, además de infinitas organizaciones mundiales.
“La historia del barco y la pasión de nuestra tripulación brindan un relato que se mete bajo la piel de todos los que navegan a bordo. Aquí buscamos mostrarle al mundo que con una visión clara y espíritu de aventura, es posible lograr lo imposible”, afirma Gerben Nab.
–¿Qué o quién lo inspiró a crear esta expedición?
−Hace 10 años me encontraba filmando un documental para la BBC. Estaba en las Islas Caimán, en el Caribe, y conocí a Fred Bottom. Él logró salvar a la iguana azul, una especie endémica de esa isla. Su labor fue increíble, lo hizo sin ayuda, sin dinero y sin colaboración del gobierno. Él solo, con sus propios recursos y esfuerzo, logró conservar este animal. Fred me mostró cómo las personas pueden cambiar el mundo y salvar las especies para el futuro.
–¿Cual es la importancia de Uruguay en este recorrido?
−Punta del Este es el sexto de los 32 puertos que se visitarán durante el viaje. Darwin estuvo en Uruguay muchas semanas, y es un punto geográfico crucial para la conservación. Por ejemplo, tiene la unión de las aguas tropicales con las aguas más frías, así que aquí hay muchas especies de tiburones. Aunque Uruguay es muy pequeño, tiene una variedad increíble de flora y fauna. Se pueden ver muchos proyectos que Darwin hizo en esta rica región. Realmente es un país único por su altísima biodiversidad.
–¿Cómo se integra la tripulación?
−Además de una crew de 10 marinos fijos a bordo, hay unas 24 plazas de pasajeros adicionales, ocupadas por una mezcla de aventureros y científicos, que se embarcan detrás de ocho fascinantes proyectos de investigación. Pero no solo los buscadores de aventuras pueden navegar en este barco; el público en general tiene la oportunidad de unirse a la tripulación en diferentes piernas del viaje, y trabajar junto a los experimentados para ser parte de este impulso conservacionista a bordo del Oosterschelde. Y no se requiere experiencia previa en navegación.
–¿Cómo es esa experiencia?
−A bordo del velero se vive un programa inmersivo de capacitación en liderazgo en conservación que dura una semana. En total participarán 200 personas a lo largo de los dos años de expedición. Todos trabajan en sinergia con expertos locales en conservación. Cada líder utiliza el barco como campamento base y sale al campo para estudiar una especie de animal, planta o ecosistema; evalúa el estado de su población y cómo ha cambiado en los últimos dos siglos; aprende sobre iniciativas para protegerlas en vigor, y desarrolla sus propias ideas sobre cómo conservar mejor la especie elegida en el futuro. Durante este viaje, todos trabajan directamente con las organizaciones, y otros expertos y científicos locales de cada puerto, para nutrirse de las experiencias y estudiar la biodiversidad; evaluar las amenazas ambientales, y generar conciencia sobre la importancia de la preservación del medio ambiente.
Sobre el Velero
El Oosterschelde fue la primera embarcación holandesa en navegar con éxito hacia ambos polos y tiene una historia rica y emocionante que se remonta al pasado marítimo de la navegación comercial.
Fue construído en 1917 como buque de carga, y desde entonces ha experimentado una transformación notable. Primero fue restaurado meticulosamente para ser un ícono en la navegación, y aún hoy mantiene gran parte de su autenticidad y encanto original. Luego, durante la pandemia, fue sometido a una nueva e importante renovación para prepararse para su papel en la misión Darwin200. Un equipo de constructores navales holandeses trabajó arduamente para asegurar que el barco estuviera en óptimas condiciones para esta aventura de dos años, mejorando su equipamiento y estructura para afrontar los desafíos de esta travesía global.
Posee una longitud de 50 metros, cuenta con tres mástiles y un aparejo de vela cuadrada, que le permite navegar noblemente entre los mares. Es el velero más grande jamás restaurado. Fue puesto en marcha por Su Alteza Real, la Princesa Margarita de los Países Bajos, y hoy es dirigido por el Capitán Gerben Nab.
–¿Cuáles son los mayores desafíos a los que se enfrenta?
−Lo más urgente es conservar cada vez más, sitios naturales. Hay que crear áreas protegidas, especialmente en islas, donde suelen instalarse especies invasoras como gatos y ratones, que se alimentan de las poblaciones nativas, y cambian los ecosistemas. La conservación varía mucho de un área a la otra, al igual que los factores que inciden en la supervivencia natural.
–¿Qué destaca de la ruta?
−Cada tramo del viaje tiene un encanto y una duración diferente. Puede durar tan solo un día, o abarcar una pierna de 48 días a lo largo de 5.300 millas náuticas hasta el Cabo de Hornos, que es lo que tenemos por delante. Esa será una navegación épica.
–¿Cuál es su visión para el futuro?
−Muchos piensan que todo esta perdido y destruído, y que no hay un futuro. Eso es absolutamente verdad, tenemos un impacto muy fuerte que genera muchos problemas. Pero también hay muchas soluciones y se pueden ver miles de ejemplos de cómo los conservacionistas logran ayudar y salvar especies raras, como la iguana azul, el mono dorado, o la misma mata atlántica, entre muchas otras. En todos estos casos, si trabajamos duro podemos cambiar el rumbo de las cosas. ¡Ese es nuestro poder! Podemos lograrlo, pero debemos trabajar realmente duro y rápido porque lo necesitamos ahora. Es muy urgente e importante tomar acciones. Los últimos proyectos de conservación nos enseñan una y otra vez, que si actuamos ya, no es demasiado tarde para eliminar muchas de las amenazas a las que se enfrenta el planeta. Podemos restablecer los ecosistemas y salvar a las especies vulnerables que se encuentran al borde de la extinción. Todo lo que debemos hacer es movilizar la pasión y dejarnos inspirar. ¡Aún podemos cambiar al mundo!
PAULA agradece a Gabriel Fia, presidente y representante de la sociedad Kingston & Gyan S.A. por su disposición a la hora de facilitar esta entrevista. Se puede seguir los pasos de esta emocionante expedición a través de las redes sociales con las etiquetas #Darwin200 y #Oosterschelde. Los más curiosos y apasionados, pueden encontrar más información en darwin200.com, e incluso acceder a más detalles sobre la ruta, fechas, costos y disponibilidad de participación a bordo, acción que además ayuda a financiar las investigaciones.