JORGE SAVIA | DE CONTRAGOLPE
S i acaso, podría decirse que, probablemente, el enfoque es producto de una deformación profesional o, mejor dicho, la afición que uno tiene por el boxeo.
De todas maneras, haciendo una suerte de paralelismo, a esta altura del campeonato en el que el Torneo Apertura no está definido ni mucho menos, la imagen que quedó al cabo del partido de ayer en Jardines, es que Danubio se trata de un peso pesado y Nacional un peso crucero.
Es decir, los de la franja le ganaron a los tricolores, a Defensor y a Cerro, mientras que los del Parque Central, perdieron con los de la Curva de Maroñas, con Liverpool y no pudieron vencer a los violetas.
Ergo: Danubio "tumbó" a tres pesos completos; un poco más "liviano", en cambio, Nacional no tuvo pegada cuando debió enfrentar a ese tipo de oponentes.
Tal vez sea sólo una referencia. Futbolísticamente hablando, Nacional es capaz de subir un par de kilitos y, como en la tabla, no está lejos. Cerro y Peñarol, por su parte, pisaron fuerte la balanza y, después de los resultados del fin de semana, siguen aspirando al cetro. Sabiendo que, quizá, Danubio es un peso pesado, mientras Nacional es peso crucero.
Cuando todos se miran de reojo, es un dato a tener en cuenta.