Potro Rex, padrillo de sangre azul

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Pablo Núñez

Hoy llegará al novel haras María Victoria un fiel representante de una dinastía de campeones: Potro Rex, la última cría que dejó en este mundo la yegua Chaldee (Banner Sport) una de las pocas reproductoras a nivel mundial que se dio el lujo de enviar a las pistas a cinco ganadores de grupo uno.

Dispuesto a continuar con la exitosa tradición de padrillos argentinos que en Uruguay inmortalizaron sus nombres a través de las performances de sus hijos, Potro Rex arriba al establecimiento de crianza que está ubicado en el kilómetro 43 de la ruta 32, con un palmarés de cinco éxitos sobre apenas nueve actuaciones. Su triunfo más importante lo logró en la que luego sería su última presentación: el Gran Premio General San Martín (G.I - 1.800 m) donde derrotó a ejemplares que ya se habían destacado en el máximo nivel.

Es sabido que a la hora de apostar por un semental, no sólo hay que tener en cuenta los logros que éste obtuvo durante su vida competitiva; también pesan mucho su conformación física y, sobre todo, su línea baja. En ambas materias, este hijo de Potrillón califica con alta nota. La nueva promesa de la pujante cabaña pertenece a una de las familias maternas más exitosas que se puedan encontrar, la cual también dejó su huella en el elevage oriental, ya que de su quinta madre, Betsabé (Congreve) desciende Abel (Good Manners) uno de los padrillos más influyentes en las últimos décadas de la hípica local.

Una prueba cabal de la estupenda capacidad transmisora de su genética ya la han dado sus famosas hermanas, las que además de brillar en las pistas generaron excelentes corredores, como T H Approval, en el caso de Potrichal, o Melhor Ainda, uno de los exitosos productos que salieron del vientre de la gran Potrinner.

Bienvenido sea entonces Potro Rex, el cual sirvió en el haras La Madrugada en las dos últimas temporadas y ahora llega a Uruguay con todo a favor para responder a su excelso linaje.