JOHANNESBURGO | AP
"Es un clásico. Será como una final``, dijo Robinho después que Brasil eliminara a Chile y se concretará la cita con Holanda en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica.
Si fuese en otros tiempos, un Brasil-Holanda dejaría contento a cualquier aficionado del fútbol ante la expectativa de ver un partido entre dos virtuosos. Pero ya no: la verdeamarela y la naranja mecánica han dado un giro de 180 grados en cuanto a estilo, y el calificativo de obreros es el que mejor se ajusta a sus realidades futbolísticas.
En lo que va del Mundial, ambos se mostraron previsibles, faltos de creatividad y arriesgaron poco. Ahora bien, tanto Brasil como Holanda no han dejado de ser efectivos y aún pueden echar mano a figuras individuales de alto calibre. Kaká, Robinho y Luis Fabiano son los cracks brasileños. Arjen Robben, Wesley Sneijder y Dirk Kuyt son las mejores de Holanda.
¿De dónde surgió el cambio de actitud? La culpa nace de traumáticas eliminaciones en copas recientes.
En Brasil el adiós hace cuatro años en cuartos de final ante Francia, con recriminaciones por la displicencia exhibida, llevó a que la Confederación Brasileña de Fútbol buscará un técnico disciplinario. Ahí llegó Dunga, quien poco a poco fue desarmando el publicitado "Cuadrado Mágico``. El único sobreviviente fue Kaká porque Ronaldo, Ronaldinho y Adriano, señalados como culpables del fracaso en Alemania 2006, no fueron tomados en cuenta para el Mundial de Sudáfrica.
Holanda pegó la vuelta en Alemania tras los octavos, derrotada por Portugal en la llamada "Batalla de Nurenberg``. Marco van Basten tomó las riendas y encandiló en la Eurocopa de 2008 hasta que una Rusia dirigida por Guus Hiddink le desinfló el globo en los cuartos de final. El siguiente elegido como timonel fue Bert Van Marwijk, quien no tenía los mismos galardones que sus predecesores.
Dunga y Van Marwijk no perdieron el tiempo para imponer sus nuevas filosofías y, ante todo, códigos de conducta. Ambos demostraron tener el don para que sus selecciones tuviesen un voraz apetito para las victorias. La de Dunga salió primera en las eliminatorias sudamericanas y conquistó la Copa América, mientras que la de Van Marwijk cerró con ocho triunfos en las eliminatorias europeas.
A pesar de lo anterior, el atractivo sigue latente y los referentes inmediatos de cruces en los mundiales entre estos dos países no son lejanos: se remontan a ediciones sucesivas en la década de los 90.
Ambos partidos caben bajo la descripción de electrizantes. Brasil salió triunfante en las dos oportunidades, un 3-2 en los cuartos de final en Estados Unidos 1994 y por la vía de los penales en las semis de Francia 1998. Dunga fue protagonista de esos partidos como volante de contención.
Melo, Elano y Baptista en duda
Continúan en duda para el partido con Holanda los volantes brasileños Felipe Melo y Elano, así como con el centrocampista Julio Baptista, todos sentidos.
En el caso de Melo, que tiene un fuerte golpe en el tobillo, y de Baptista, no entrenaron en la jornada de ayer, mientras que Elano abandonó antes los trabajos de recuperación física que realizó el plantel en el RandPark a cargo del preparador físico Paulo Paixao.
El mediocampista del Galatasaray turco salió rumbo al hotel caminando despacio y cabizbajo, aparentemente por molestias en su tobillo por el golpe recibido ante Portugal, lo que abre dudas sobre su posible presencia ante Holanda.