La historia de Jaimito

Eduardo "Lalo" fernandez

Jaimito era un botija medio pícaro, atrevido, más despierto que el resto de los de su edad. Medio chueco y de colita parada, atributos casi fundamentales para jugar bien al fútbol.

Hijo de Jaime, "el Jaime" para el barrio, cartonero de oficio al decir de los porteños y de doña Carlota, la gorda Carla para las vecinas. Jaimito jugaba al fútbol en los "cebollitas" del cuadro del barrio, el "Rápido Cucusú" y llamaba la atención por su dominio de la pelota y visión para pasar, patear o jugar sin ella. Demasiado para su edad.

El sueño de "el Jaime" como buen manya era que su hijo jugara algún día en Peñarol. Doña Carla no discutía el tema pero no podía ocultar la contradicción de ser hincha de los trico y que el nene vistiera algún día la aurinegra.

Y Jaimito creció y jugaba cada día más, tanto que un "caza talentos" lo vio y hablando con su padre le invitó a practicar en Las Acacias. "El Jaime" casi se desmaya y Jaimito no durmió esperando el día. Y allá fue. Le dieron zapatos, medias, pantalón y una camiseta de Peñarol.

Y como era bueno quedó y ascendió ...y creció y llegó arriba. En esas estaba cuando apareció Pocho, conocido hombre de negocios representante de varios fuera de serie. Habló con "el Jaime" y con doña Carla para proponerle representar a su hijo a cambio de un mejor pasar inmediato de toda la familia. La respuesta fue sí. Y Jaimito firmó contrato con Peñarol bajo la tutela de don Pocho. Cuando terminó el mismo el club propuso volver a contratarlo pero Don Jaime, (ya no era más "el cartonero Jaime"), asesorado por el experiente representante dijo no. Por esa plata ni loco. "En ese club son unos negreros" se quejaba, dejando de lado sus pasiones de antaño.

El, doña Carlota ya menos aferrada a sus antiguos sentimientos tricolores y Jaimito empezaron a soñar con Europa. El club recibió una oferta pero Don Pocho les sugirió que no aceptaran. El tenía otras ideas mejores y la familia le hizo caso. Jaimito terminó jugando en Francia, Don Jaime con doña Carlota viviendo en París y Don Pocho feliz porque el negocio salió redondo y gracias a "su esfuerzo" una familia vive muy bien. ¿Peñarol?...¡son unos negreros!.. no querían que a Jaimito lo defendieran. ¡Si Don Jaime nunca fue hincha! Hincha era "el Jaime".

Los personajes son ficticios. Toda similitud con la realidad es pura coincidencia.

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