Zurdos que andan derecho

Los laterales izquierdos siguen siendo uno de los recursos más escasos del fútbol

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LUIS CABRERA

Habilidosos, creativos, imprevisibles. Diferentes. Los futbolistas zurdos se han ganado un sin fin de adjetivos, pero ninguno los define más que "escasos".

El mundo es "derecho", solamente una de cada diez personas utiliza la siniestra, un porcentaje que apenas mejora cuando se trata de golpear el balón con el pie izquierdo.

Y, si es difícil encontrar futbolistas zurdos, lo es más cuando se buscan jugadores que desempeñen la posición de lateral.

La globalización del fútbol no ha podido solucionar ese eterno problema -los clubes más poderosos se pelean en cada período de pases por uno o dos nuevos nombres- por lo que es imposible pedirle al fútbol local que solucione un mal que lo aqueja desde siempre.

"Es un problema de estadística, pasa en todos lados", comentó el entrenador de Liverpool, Eduardo Favaro. "Se vio como en las selecciones del mundo varios técnicos tuvieron que utilizar futbolistas derechos como laterales izquierdos".

Otra explicación es que de chicos, los zurdos tienden a ser entrenados para cumplir funciones ofensivas, ya sea como punteros o volantes, dejando como prácticamente última opción la de lateral o zaguero.

Víctor Púa, hombre que conoce del trabajo en inferiores, explicó que hay que buscar a aquellos que tengan ida y vuelta. "Usualmente se los termina adaptando luego", explicó.

Al concepto del "zurdo desnivelante" se adaptan figuras como Diego Maradona, Johan Cruyff o, alguien más actual, Lionel Messi. Sin embargo, los estudios indican que un defensa zurdo resulta ser tan invaluable como un atacante, debido a que su perfil le da una gran ventaja ante los atacantes diestros.

No tener laterales zurdos en el plantel o no contar con jugadores preparados para jugar en el primer equipo, ha obligado a los entrenadores a improvisar diferentes soluciones, desde evitar la línea de cuatro (dado que es menos riesgoso "forzar" a un jugador a desempeñarse como carrilero que como lateral) o, lo más común, adaptar a algún derecho a esa zona del campo.

En Uruguay, esta segunda opción ha sido explotada con éxito en varias ocasiones, como lo hizo Óscar Tabárez con Cáceres y Fucile en Sudáfrica.

Los clubes, con menores recursos que una selección, se adaptan a esta realidad mientras recuerdan con añoranza las épocas de Washington González y William Castro, Eliseo Rivero o el gran Elbio Ricardo Pavoni.

"Siempre hubo una escasez", señaló Púa; "pero por ahí, llegan camadas". Habrá que esperarlas.

Problema Mundial

Dos finalistas

De los cuatro equipos que terminaron definiendo el Mundial, sólo los finalistas contaron con laterales zurdos naturales: Gio van Bronckhorst en Holanda y Joan Capdevilla en España. Uruguay utilizó a Jorge Fucile y Martín Cáceres (ambos derechos). Alemania hizo desfilar a tres jugadores: comenzó con el zaguero Holger Badstuber y pasó luego al diestro Jérôme Boateng. Marcel Jensen, zurdo, hizo de lateral, pero juega más arriba.

Suman crÍticas

Roberto Carlos dejó un importante vacío en la zaga brasileña. Dunga optó por probar en esa posición a Michel Bastos y, en Argentina, Maradona volvió a improvisar en los laterales, repitiendo por izquierda a Gabriel Heinze, un central, pese a tener a Clemente Rodríguez en el banco. Ambos jugadores fueron de los más criticados en sus selecciones. Paraguay sí tuvo un "natural" en Claudio Morel Rodríguez.

Carril de promesas incumplidas

PABLO VEROLI

El caso paradigmático del lateral izquierdo que asomaba como solución de futuro para el fútbol uruguayo y quedó en el debe es el de César Pellegrín.

Fue figura indiscutida de las selecciones juveniles uruguayas que brillaron en los mundiales de Malasia 1997 y Nigeria 1999. Tras haber debutado en Danubio, el "Churrasco" llegó a la Juventus para compartir vestuario con figuras de la talla de Zinedine Zidane, Alessandro Del Piero y Paolo Montero, entre otros.

Sin embargo, fue una experiencia nefasta que inició una lucha infructífera por minutos. Tras un breve paso por Nacional en 1999, se quedó sin equipo al año siguiente.

A partir de allí, las cosas nunca fueron como antes: la vuelta a Danubio, breves estadías en Central Español y Deportivo Maldonado, y pequeñas aventuras en mercados tan exóticos como perdidos, como los de Finlandia e Irán, terminaron de complicar una carrera que sufría por falta de continuidad. Hoy, Pellegrín, a los 31 años, espera por una oportunidad mientras entrena en el equipo de Osvaldo Canobbio.

Federico Bergara fue otro de los ejemplos del "lateral izquierdo al rescate" y hasta se puede argumentar que Nacional jamás pudo cubrir su partida.

En 1998 llegó a filas tricolores proveniente de Racing y rápidamente se adueñó del puesto en un equipo hambriento de títulos. Fue campeón esa misma temporada con los albos y titular en la selección uruguaya vicecampeona de América en 1999. En 2001 emigró al fútbol argentino (Estudiantes de La Plata) para regresar dos años después a Racing, su casa. Su estela ya se había apagado.

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