Uruguay salió del paso con un empate ante Japón

| Los celestes estuvieron dos veces en ganancia; sintieron el desgaste y la inactividad de varios jugadores

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AP

Por José M. Bello

TOKIO

Sin abdicar de su propuesta, teniendo los jugadores el lastre del viaje y del poco trabajo previo, el Uruguay de Gustavo Ferrín empató 2 a 2 con Japón en un desbordante y eufórico Estadio Nacional de Tokio, al cabo de un partido en el que los celestes picaron siempre al frente en el marcador.

Primero es preciso ubicarse en el actual universo futbolístico para darse cuenta si el resultado obtenido es aceptable o no para nuestro fútbol, y desde esa óptica es posible afirmar que si antes de iniciarse el encuentro alguien hubiese asegurado un empate, era para estampar la firma, por varias razones:

a) los japoneses esperaron en su casa, mientras que los nuestros debieron viajar más de 42 horas; b) Uruguay llegó con un equipo sin entrenar, en el que muchos de los jugadores ni se conocían, que tuvo un sólo trabajo de conjunto; y 3) en esta escuadra debutaron en la selección mayor cinco jugadores: Bruno Silva, Marcelo Sosa, Pablo Lima, Juan Curbelo y Fabián Estoyanoff.

PRIMERO. El partido en sí tuvo dos tiempos muy diferentes.

Desde el comienzo se notó que el local quería apropiarse del balón para luego lanzar su propuesta, que no podía ser otra que ofensiva, y en los primeros 10 o 15 minutos lo logró, con una constante: los japoneses tenían la pelota, pero era Uruguay quien controlaba el partido, ya que los nipones no llegaron con peligro al arco defendido por Carini.

Luego de ese inicio, en desventaja futbolística para los celestes, la situación mejoró y Uruguay empezó a llegar con cierto peligro al arco del bondadoso Kawaguchi, hasta que llegó la apertura mediante una jugada que arrancó sobre la izquierda por intermedio de Recoba, que continuó Lima y terminó cuando la cabeza de Forlán le ganó a la de todos los japoneses. Pero ni tiempo hubo para el festejo, ya que un minuto después el coreano Kim Tae Young pitó un penal que no vimos, que para el juez se lo cometió Sosa a Suzuki, y que Nakamura se encargó de convertir en el gol del empate.

Luego el encuentro siguió parejo, con llegadas sin mayor peligro para los arcos, hasta que la anotada generosidad del arquero local le permitió a Lembo marcar el segundo gol. Así, 2 a 1 para la visita, terminó el primer tiempo. Fue un corner desde la derecha que Kawaguchi salió a buscar, pero se olvidó del gran objetivo: la pelota, y ésta encontró al capitán celeste, que no tuvo dificultades para anotar.

SEGUNDO. Uruguay sintió el desgaste del viaje en unos casos y de la inactividad de determinados jugadores en otros, y le costó agarrar la pelota. Entonces, el domino territorial de los nipones se hizo tan evidente como intrascendente, ya que Carini no pasó por situaciones difíciles de solucionar y solamente fue vencido con un remate desde el borde de la medialuna disparado por Inamoto, que pasó entre una gran cantidad de piernas.

Los celestes, pese al dominio local, igual tuvieron alguna chance de anotar. Por ejemplo cuando un tiro libre de Recoba pasó rozando el horizontal o en otra oportunidad en la que Diogo desbordó por derecha y no pudo alcanzar el balón que se le fue afuera.

En resumen: el empate fue un buen resultado, ya que se consiguió con un equipo mal preparado y muy mal físicamente, debido fundamentalmente a los traslados, al cambio del huso horario y, sobre todo, a la falta de conocimiento que hubo entre los jugadores, que en algunos casos recién se presentaron en el hotel, pues nunca habían estado juntos.

Uruguay deja Japón con la frente alta y con la ilusión de que el futuro trabajo lo lleve al Mundial de Alemania.

Sorondo es siempre el mismo

TOKIO | J. m. b.

n En un partido sin muchas figuras que rayaran a gran altura, la de Inamoto en Japón y la de Sorondo en Uruguay fueron realmente para el destaque.

URUGUAY. CARINI: Pese a que no tuvo mayor trabajo, las veces que fue exigido respondió con solvencia. Lo vencieron mediante un tiro penal y luego con un remate desde afuera del área que pasó entre "mil" piernas. LEMBO: Volvió a su viejo puesto en la selección, sttoper por derecha, y metió un gol y salvó con nota. Cuando la mano se complicó marcó presencia, sin "matonear", con carpeta. SORONDO: Hace un montón de tiempo que no juega, pero se pone la celeste y siempre es figura. Mandó en el área y fue el mejor de Uruguay. D. RODRIGUEZ: Importantisimo, no sólo por lo que jugó, sino por lo que ordenó a Lima. B. SILVA: Hasta que entró Alex, no tuvo porblemas, luego fue diferente. No subió mucho, pero las pocas ocasiones en que lo hizo, fue con criterio. EGUREN: Jugó en la zona donde complicaron más a Uruguay y le costó agarrarle la mano al partido. Para peor, a su lado Sosa al comienzo no daba pie en bola. Cuando mejoró el "Pato", su trabajo fue más convincente. SOSA: En la primera media hora parecía que estaba pintado. Después volvió a ser el de siempre y luchó a brazo partido en una zona donde los nipones se mueven bien. En el complemento fue uno de los pocos que, en vez de decaer, siguió levantando. LIMA: Con personalidad y ganas de subir. En unas de las veces que lo hizo, levantó el centro para el gol de Forlán. RECOBA: De un corner que ejecutó en muy buena forma, cerrado y envenenado, llegó el segundo gol, y también fue quien inició la jugada de la apertura. CHEVANTON: Fue a todas, a las que podía y a las otras, pero el partido no se dio para su juego. Demandó constante custodia. FORLAN: Viene de una lesión que lo tuvo un tiempo parado. Hizo el primer gol y fue generoso en el esfuerzo. En Uruguay es titular clavado. DIOGO: Hizo una jugada espectacular por la derecha, que no pudo finalizar. PERALTA: Fue otro que debutó en la selección mayor, pero para él fue lo mismo que jugar en la sexta de Danubio. Intentó alguna cosa pero no pudo. CURBELO: Jugó sus primeros 10 segundos con la celeste.

Japon. INAMOTO cumplió una gran tarea, sobre todo en el primer tiempo, donde fue el dominador del mediocampo. H. NAKATA es el ídolo japonés, pero no demostró por qué. Nunca asumió protagonismo y parece rehuirle a la responsabilidad, pisó muy poco el área y su mejor aporte fue, un pase atrás para el segundo gol de su equipo. ALEX, fue el responsable de la levantada nipona.

"Arriesgué y no me salió mal"

TOKIO | J.M.B.

n Gustavo Ferrín quedó satisfecho: "a mí me gusta trabajar con más tiempo, pero las circunstancias se dieron así y tuve la suerte de encontrar una muy buena actitud de los jugadores, que dieron una muestra de gran compañerismo. Tuvimos como principio no renegar del fútbol ofensivo y, sobre todo en el primer tiempo, aunque tuvimos que protegernos un poco más atrás, jamás abdicamos de tener tres hombres de ataque. Sabía que era un riesgo jugar con tres en el fondo, ya que no pudimos entrenar casi nada, pero sabiendo la categoría de los jugadores, igual arriesgué y creo que no me salió mal. Mientras el equipo tuvo fuerzas suficientes, tuvo la intención, y la concretó, de ser un equipo ofensivo y de jugar bien; después, todo empezó a caer, no porque el rival haya planteado algo mejor que lo nuestro, sino porque ellos estaban en mejores condiciones físicas".

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