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Pablo González: el campeón, peluquero y mejor jugador de la B que sondean equipos de Primera

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Pablo González. Foto: Marcelo Bonjour.

HISTORIA

El fútbol le dio varios golpes a lo largo de su vida, con resiliencia y el apoyo de sus padres e hijo pudo sortearlas. Hoy busca quitarse una espina que lleva algunos años en su lugar.

Está en Albion por intermedio de Gabriel Corral. Lo hizo tras quedar libre de Atenas en septiembre del año pasado cuando la SAD llegó a Atenas y con ella jugadores nuevos, lo que significó dejar a 15 libres. Y entre ellos estaba él. “Yo no era parte del proyecto del grupo inversor”, dice Pablo González, el mismo que había sido titular en casi todos los duelos del elenco carolino en 2019.

Se quedó entrenando allí porque no tenía otra opción y su contrato aún estaba vigente. En septiembre firmó la rescisión y emprendió rumbo a Montevideo, pero sin un destino claro. Para su fortuna solo tuvo que esperar dos semanas. Entonces lo llamó el coordinador de Albion, una propuesta que se vio favorecida por numerosas lesiones en su puesto que le dieron una nueva oportunidad.

“No lo dudé, venía de Atenas donde pasé todo el 2020 sin jugar porque estuve citado la primera fecha ante Tacuarembó y después vino la SAD y no jugué más. En lo personal era una de las pocas balas que me quedaba y subirme a ese tren era lo que iba a ayudar este año”, recuerda Pablo, que llegó para terminar la segunda rueda, a la cual le restaban cinco partidos. Sabía que era una decisión arriesgada. Llegar a un club que peleaba por no descender a la C y a falta de tan pocos duelos era más que un desafío. “Fue un momento muy duro meterse en grupo armado. Había compañeros con mucha ansiedad de saber qué era lo que podía pasar después. Podían quedarse sin trabajo”, dice.

El apoyo de su familia y la resiliencia

Ese fue uno de los momentos que lo hizo más fuerte, pero Pablo ya había quedado fuera de la selección Sub 15 y 17 y libre en Liverpool y Defensor, sin embargo, nunca bajó los brazos. “El fútbol tiene más momentos feos que buenos, pero todo fue un aprendizaje. Cuando quedé libre fue un momento muy duro porque yo tengo un hijo y era más pensando en él. Al salir lo de Albion no me fijé en la tabla de posiciones, lo tomé más personal, yo tenía que pensar en mí, de esa forma ayudé al club”, sostuvo dejando un poco de lado la cara linda de este deporte, porque para algunos es su único ingreso.
Pero se aferró a su familia y a Bauti, su hijo de cinco años.

“Mis viejos están atrás siempre, cuando a veces uno quiere soltar la toalla de tantas malas ellos están al firme. Y si en algún club tenés alguna deuda también te apoyan económicamente”, dice. Sobre su pequeño asegura que fue su motor: “Que hoy en día están pasando cosas buenas también tiene que ver con él”.

Pablo González y su hijo Bautista
Pablo González y su hijo Bautista

Entre Liverpool y Atenas jugó en la Tercera violeta, donde tampoco tuvo minutos y quedó libre. No sabía qué pasaría con su carrera así que un buen amigo le dio una mano para meterse en el mundo de la peluquería. Hizo el curso de barbero y comenzó a cortar. “Necesitaba trabajar y fue un buen momento. Siempre voy a estar agradecido”, explica Pablo. Lo tomó como un sustento para ese momento, porque lo de él siempre fue patear la pelota. Por más que estaba cortando el pelo pensaba en todo el tiempo en jugar.

La revancha

Pero el fútbol da revancha y él mismo que había contribuido a mantener la categoría en 2020, se consagró campeón de la Segunda División con dos fechas de anticipación tras el empate entre Danubio y Cerro, cuando esperaban enfrentar a Rocha al día siguiente. “El hotel explotó, éramos 22 en un mismo cuarto, hablando y lagrimeando. Nunca había estado en un grupo tan unido”, asegura Pablo, quien además fue el mejor jugador del torneo, convirtió ocho goles y dio dos asistencias.

Pero antes tuvieron que ganar contra Racing. “Fue una locura. Íbamos 1-1 y si empataban teníamos que esperar al otro partido para ascender. Me vinieron muchas cosas a la cabeza, todas las cosas malas que te pasan. Tuve que salir a los 80 y fue muy duro. Los minutos no pasaban más y cuando se dio fue como una recompensa”, asegura Pablo, quien acepta haberse emocionado mucho con un video de saludos hacia los jugadores que el club preparó. “Hicimos historia y la idea es seguir así. Buscar meternos en copas internacionales. Me alegro de dejar una marca en Albion”

Su vínculo con Liverpool

Pablo hizo las juveniles en Liverpool, fue titular en la B (2014) pero le quedó en el tintero poder haber jugado unos minutos en Primera. Ahora, a sus 25 años, su nombre resuena en el negriazul, aunque admite que hubo solo sondeos, así como lo hubo de otros equipos de Primera y Segunda. “Ahora estoy descansando y será lo que sea mejor para mí. Tengo ese sueño de poder volver y tener la revancha personal, sacarme esa espina de jugar con Liverpool en la A”, concluye.

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