Enviado / Bahía - Brasil
Transcurrían 19 minutos cuando Lucas Villalba rezongó en buenos términos a Luciano Boggio. El volante de rulos había recuperado magistralmente una pelota, pero no vio que el exjugador de Tacuarembó y City Torque estaba solo y no lo lanzó en carrera, lo que más le gusta hacer al “Rayo”, el “Galgo” o como se lo quiera llamar relacionado a su velocidad.
Apenas pasaron 11’ cuando el número 16 de Nacional sí fue lanzado en carrera y le cedió la pelota a Boggio, que con excelente pase dejó mano a mano a Nicolás López; parecía gol, pero se lució Marcos Felipe y el partido seguía 0-0.
Nacional venció 3-1 a Bahía en Salvador, volvió a ganar en Brasil después de seis años (1-0 a Atlético Mineiro con gol de Felipe Carballo y conducción de Álvaro Gutiérrez), le sacó el invicto en el Arena Fonte Nova a su rival de turno (al que no le habían podido hacer goles en los últimos cinco partidos) y abrochó cuatro de seis puntos en tierras norteñas cuando tenía cero de seis producto de las derrotas contra este mismo rival en el Gran Parque Central y frente a Atlético Nacional en Medellín. Así quedó tercero en el Grupo F, superando por uno a los colombianos, quienes juegan hoy contra Inter de Porto Alegre en condición de local.
Pablo Peirano tuvo la visión de poner de titular a Villalba y no solo eso, también rodearlo de la mejor forma para que pueda explotar sus condiciones; ni que hablar su velocidad, además de la culminación de jugadas. Así fue que el DT explicó en conferencia por qué le dio prioridad a Lucas Morales (cuando no había sido nunca titular con él), relacionado al veloz tándem que podía generar con Villalba, y se explica parte de lo que se entrena en Los Céspedes. “Pablo nos pide que el primer pase sea hacia adelante, y que lo busquemos. Trabajamos para eso”, contó Christian Oliva en zona mixta.
No solo sobresale la velocidad en carrera de Villalba, sino cómo es capaz de ganarle a sus marcadores llevando la pelota en sus pies. Y es un muy buen culminador de jugadas por el costado a pesar de la velocidad con la que llega a cerrar las jugadas. Es cierto que en algunos partidos, cuando ha quedado mano a mano con el arquero, ha fallado, pero asistiendo a sus compañeros desde el costado se destaca, porque es preciso.

Así fue que a los 3’ puso una pelota de gol que rechazó un defensor, que a los 44’ le sirvió el gol al Diente (le quedó atrás el balón), que aprovechó un pase largo de Luis Mejía a los 60’ para ganarle la carrera al lateral y asistir a López (remató y la pelota terminó en el córner) y que logró las dos asistencias para el 2-1 del Diente (muy buen primer pase de Oliva) y para el 3-1 de Julián Millán, otra vez poniendo la pelota donde debía, para que el zaguero solo tuviera que empujarla.
Después de un primer tiempo abierto, donde Mejía tuvo un par de atajadas muy buenas, y donde Nacional había tenido dos situaciones muy claras, Bahía marcó el 1-0 a los 46’, pero el Bolso reaccionó rápido y Morales empató para que el partido quedara a pedir de boca para Lucas Villalba.

Nacional ganó con argumentos, porque tuvo un arquero de jerarquía, porque la apuesta de Morales salió bien, porque los dos volantes centrales fueron un infierno corriendo, porque Villalba se dio a conocer al mundo y porque el Diente demostró su calidad y su vigencia.
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