Los regalos especiales de los jugadores de Nacional en Durazno y la curiosa reacción de niños a una bandera robada

Enviado a Durazno
“¡Diente! ¡Tu camiseta, porfa! ¡Soy tu fan!”. La súplica se repitió con un nivel de insistencia tan parejo como incansable. En el Silvestre Octavio Landoni, donde Nacional venció 2-0 a Miramar Misiones y reconfirmó su lugar en la final del Torneo Intermedio, hubo un partido paralelo que se jugó desde las tribunas y sin pelota: el de un puñado de niños, que acorraló con gritos y algo de ternura principalmente a Nicolás “Diente” López, autor de los dos goles de la tarde en Durazno.

Los chicos estaban posicionados justo detrás del banco tricolor, en el sector donde se agruparon muchas familias locales. Cada vez que López se acercaba a la línea de cal, renovaban el repertorio con un entusiasmo intacto:

—¡Diente, hiciste dos goles!
—Diente, soy tu fan.
—¡Amigo, la camiseta! ¡Dale, conseguímela! —repetían, sin suerte, y tanteaban a todo aquel que estaba del lado de adentro del alambrado.

Al cabo de un rato, lo que arrancó como un pedido inocente se transformó en una especie de rutina que se repetía sin pausa. Al punto de que, cuando López fue sustituido a los 82 minutos, la intensidad subió como si uno de sus dos goles hubiera sido en ese mismo instante. El jugador saludó, agradeció, pero se quedó sentado en el banco de suplentes.

Foto: Estefanía Leal.

El siguiente blanco fue Luciano Boggio, que también abandonó la cancha en ese momento y quedó conversando con sus compañeros. Finalmente, el que dio la cara —aunque con una dosis de ironía— fue Enrique Méndez, el encargado de seguridad: “Bueno, vamos haciendo silencio…”, dijo.

En el final del partido, la insistencia tuvo su premio para algunos pequeños: Paolo Calione, Jeremía Recoba, Lucas Villalba, Yonatan Rodríguez y el arquero Ignacio Suárez regalaron sus camisetas y las niñas alcanza-pelotas aprovecharon para pedirles fotos.

Foto: Estefanía Leal.

Entre tanta euforia infantil, otro episodio pasó casi inadvertido para ellos, pero no para el resto del estadio. En la tribuna donde estaba ubicada la percusión de Nacional apareció una bandera de Peñarol, que fue exhibida en paralelo a que los hinchas prendieron bengalas. Sin entender lo que pasaba, los niños volvieron a ser protagonistas.

—Para mí que son hinchas de Peñarol.
—Se equivocaron, mirá…
—No, pero dice Durazno…