Los primeros 45 minutos de fútbol que se vieron anoche en el Gran Parque Central entre Nacional y Racing bastaron para escuchar conclusiones dispares entre hinchas que miraron el mismo partido, rodilla con rodilla pegada, y en algunos casos parecían haber visto dos espectáculos distintos.

Lo que para una pareja -que se puso a jugar al truco sobre una butaca en el entretiempo- había sido un bostezo, vibraba como una montaña rusa de emociones permanente para otra fanática, que por unos días dejará sin efecto el uso de su cortauñas. “¡(Antonio) Galeano hizo un gol! ¡No lo puedo creer!”, expresó emocionada ni bien vio al paraguayo anticipar de cabeza en el área para su primer festejo con la camiseta blanca.

La pólvora goleadora de Tomás Verón Lupi, sin embargo, pronto generó turbulencias y provocó que la sonrisa se le desdibujara. El argentino estuvo más atento que Leandro Lozano al picar entre líneas y siguió sin darse por vencido hasta ganarle la corrida y esquivar en el mano a mano a Luis Mejía.

Foto: Estefanía Leal.

El resultado se acomodó antes de que el descanso llegara, cuando la mitad de la cancha estaba partida. Otra vez Nacional se puso en ventaja y, para ese entonces, la impresión era que con muy poco igual podría.

Christian Oliva lo puso a correr como un cohete a Gastón González, que aceleró para dejar por el camino a Hugo Magallanes y le dejó en bandeja el gol a Rubén Bentancourt, quien cabeceó rumbo al lateral, pero tuvo suerte: el ecuatoriano Óscar Quiñónez se interpuso en el camino y se lo hizo en contra.

Adentrado el segundo tiempo, la temperatura bajó, pero no así los aplausos. Antes de que más goles cayeran, Alexis Castro dejó un recital de pisadas, que hizo que algunos butaquistas cantaran un secreto a voces: “Es una pérdida importante para el martes (en referencia al partido con River Plate)”.

De sus pies, llegó el tercero (Juan Izquierdo de cabeza) y con el ingreso de Mauricio Pereyra se despejó lo entreverada que lucía la mitad de la cancha tricolor en la primera etapa.

Foto: Estefanía Leal.

Pese a un nuevo susto de Racing -que descontó después de un absurdo saque lateral hacia el medio, un buen anticipo de Hugo Magallanes y una efectiva combinación entre Juan Rivero y Dylan Nandín-, Nacional sacó provecho de sus individualidades y dio un golpe de autoridad en un momento crucial del Torneo Apertura.

Álvaro Recoba acertó con los cambios y le dio una lección a sus críticos: gana, aún sin repetir el equipo, y está a cuatro puntos del líder Peñarol.